¿Cuántas descargas están logrando las apps de rastreo COVID en Europa?
Las apps de rastreo de contactos europeas están lejos de haber logrado una implantación masiva. Hasta 18 países de la UE, a los que hay que sumar a vecinos comunitarios como el Reino Unido y Suiza, las han puesto en marcha en los últimos meses con la esperanza de que fueran un apoyo tecnológico para la detección temprana de las cadenas de contagio de coronavirus. Sin embargo, pocos países han logrado acercarse al 30% de uso entre la población que citan habitualmente los gobiernos europeos como el umbral a partir del cual estas apps pueden empezar a tener un impacto significativo en el rastreo.
España se sitúa lejos de esa cifra por el momento. La app Radar COVID –cuyo despliegue aún no se ha completado, puesto que Catalunya aún no la ha integrado en sus sistemas sanitarios– suma unos 4,6 millones de descargas según los últimos datos oficiales del Gobierno, lo que equivale a un 10% de la población. Según un informe de la consultora Selectra, en el umbral entre el 10 y el 12% se sitúan también Portugal, Italia y Austria, aunque las apps de rastreo de los tres países estuvieron disponibles antes que la española. En el caso de la austríaca y la italiana, muchos meses antes (25 de marzo y 15 de junio, respectivamente).
La experiencia de los países europeos que lanzaron primero sus apps de rastreo revela que la curva de adopción más habitual dibuja un pico de descargas inicial muy pronunciado, seguido de un largo periodo en el que aumentan muy despacio. Es lo que ocurrió con la app de Alemania Corona Warn-App, que apenas un mes después de su lanzamiento ya había logrado unos 15,8 millones de descargas, equivalente al 20% de los alemanes. En los tres meses siguientes apenas ha logrado aumentar esa cifra hasta el 22% actual.
Escalando ese pico inicial se encuentra en estos momentos la app de rastreo del servicio de salud británico. Lanzada el 24 de septiembre, ya ha llegado a un 19% de los ciudadanos tras ser descargada unas 12,5 millones de veces. La app NHS COVID-19 supone el segundo intento del Reino Unido con esta tecnología, puesto que su primera versión tuvo que ser retirada entre dudas por su respeto a la privacidad y la escasa acogida por parte de los usuarios. Estos problemas fueron una consecuencia directa de la apuesta británica por un protocolo centralizado en la gestión de los contactos de cada usuario, en el que es el Estado quien almacena los datos de los contactos de cada persona. Con el método descentralizado adoptado por el grueso de los países europeos (el recomendado por tecnólogos y especialistas en privacidad) esta información solo se guarda en el dispositivo de cada usuario.
La segunda versión de la app británica se pasó al protocolo descentralizado y el resultado ha sido inmediato. “Calificada con un 4,8 sobre 5 en la Apple Store y disponible en 10 idiomas, la app ofrece más funcionalidades que las aplicaciones de otros países. Además de rastrear los contactos directos, también permite ver el riesgo actual en cada área local, monitoriza los lugares en los que estuvo un usuario que luego reportó un brote, revisa los síntomas, permite coger citas para una prueba gratuita si es necesario, obtiene los resultados de las pruebas y cuenta los días que quedan de confinamiento a las personas que den positivo. La aplicación no recoge los datos personales”, destaca el informe de Selectra.
El otro país que apostó por el método centralizado en las primeras etapas de desarrollo de su app fue Francia. Pero al contrario que el Gobierno británico, el francés no enmendó su decisión inicial. La consecuencia es que su app es una de las menos descargadas de Europa y su uso es residual, habiendo alcanzado tan solo al 3,5% de la población desde junio. En el extremo opuesto se coloca Irlanda, cuya app de rastreo descentralizada ha sido descargada por el 26% de sus ciudadanos, una de las cifras más alta de Europa. No obstante, en términos absolutos sus 1,28 millones de descargas quedan lejos de los números de países más grandes.
La diferencia entre “descargas” y “número de usuarios activos”
Pese a que prácticamente todos los países ofrecen las descargas como cifra de uso orientativa de sus respectivas apps, lo cierto es que este número no incluye las personas que bajaron la app pero luego la desinstalaron de sus teléfonos. Tampoco a aquellos usuarios que no han aceptado las condiciones de uso y no han activado el sistema de rastreo.
El único país que ofrece datos completos sobre la adopción de su app de rastreo es Suiza, que centralizó los estudios del grupo de investigadores europeos que desarrolló la tecnología que hace posible el rastreo de contactos a través de bluetooth mientras respeta la privacidad. Su SwissCovid App había logrado 2.496.847 descargas el 12 de octubre, cuando se actualizaron los datos por última vez. La cifra equivale a casi un 30% de la población del país, que cuenta con 8,5 millones de habitantes.
Sin embargo, los usuarios activos a día 15 de octubre –las personas cuyos dispositivos estaban conectándose a los servidores centrales de la app para consultar si alguno de los contactos estrechos que tenían registrados había notificado su contagio– fueron 1.680.000. El dato refleja que los ciudadanos suizos cubiertos por el sistema de rastreo digital fue en realidad un 18%.
Las apps de Alemania, Italia e Irlanda ya son interoperables
Uno de los motivos por los que la UE y sus estados miembros apostaron tan decididamente por el desarrollo de apps nacionales de rastreo de coronavirus es su potencial para conectarse entre ellas. De esta forma, las apps pueden registrar contactos de riesgo entre usuarios de plataformas desarrolladas por gobiernos diferentes, así como enviarles una notificación en caso de que uno de ellos comunique que ha dado positivo en un test. Los primeros países que han dado este paso son Alemania, Italia e Irlanda, cuyas apps son desde este lunes interoperables, es decir que se comunican y funcionan como si fueran la misma.
Radar COVID será una de las próximas apps en sumarse a la interoperabilidad europea junto a la de Dinamarca, Letonia y la República Checa, ha comunicado la UE. Las pruebas empezaron la semana pasada y si todo sale bien, los españoles que tengan instalada Radar COVID podrán registrar contactos con ciudadanos alemanes, irlandeses, italianos, daneses, letones o checos en tres semanas, independientemente de la app que utilice cada uno.
“Los usuarios solo necesitarán instalar una app y, cuando viajen, se beneficiarán del rastreo de contactos y de las alertas, ya sea en su país de origen o en el extranjero”, explica Bruselas. Todas las apps descentralizadas se basan en la misma tecnología (intercambio de códigos aleatorios y anónimos por bluetooth) y se rigen por el mismo protocolo de privacidad, que hace que las apps solo puedan conocer si el usuario ha estado 15 minutos a menos de dos metros de personas que han comunicado su contagio, pero no si esos 15 minutos se han producido solo con una persona o con varias, dónde ocurrió o la nacionalidad de los intervinientes.
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