Coscubiela: “El conflicto identitario es tan potente que no hay sitio para banderas blancas”
“El conflicto identitario es tan potente que no hay sitio para banderas blancas”, dijo Joan Coscubiela este jueves durante la presentación de su libro sobre la situación de Catalunya 'Empantanados, una alternativa federal al soviet carlista'. Lo hizo en la sala La Imperdible de Sevilla de la mano de CCOO Andalucía a quien lo une su pasado como secretario general de CCOO Catalunya desde 1985 a 2008.
No hay banderas blancas pero Coscubiela la enarbola. Enarbola la badera de la equidistancia , “que no indiferencia” en un conflicto en el que las posiciones caminan hacia la polarización convencido de que “en Catalunya existe más gente en la equidistancia y no lo saben”.
Ha sido crítico con la falta de manejo político de la situación por parte de Rajoy a quien considera invalidado y “no capacitado”, no sólo por la Gürtel aunque “le debilita”, que se coló en la presentación inevitablemente al conocerse las condenas, si no por su “nefasta gestión” del problema catalán, por su respuesta violenta y por la judicialización del caso. Ha sido crítico con los independentistas por su “irresponsabilidad”, por convertir la “astucia en engaño” y jugar con la ilusión de muchos catalanes, por el ninguneo de las instituciones y la falta de respeto a los procedimientos democráticos. Todo lo explica en un libro que, avisa, está escrito en “siete semanas y media”, a contrarrelojo y en medio del huracán de la actualidad. Cuando lo escribió estaba seguro de que sucederían muchas cosas después que podrían invalidar sus tesis, pero ahora cree que está acertando con el diagnóstico. Y las cosas siguen “empantanadas” y al borde de la “putrefacción”. Por eso mencionó el trabajo que está haciendo él “y otros muchos, para intentar articular un movimiento transversal”.
“Tenemos que articular movimientos transversales”
“En el eje izquierda derecha se tiende a buscar el centro. Cuando la confrontación se realiza en el eje identitario se tiende a los extremos”. Por eso “tenemos que articular soluciones y movimientos transversales”. En esa posición está también Javier Pacheco, secretario general actual de CCOO Cataluña que acompañó a Coscubiela en el encuentro, y quien aprovechó la ocasión para explicar la criticada posición del sindicato en el asunto. Pachecho niega el concepto de equidistancia porque se niega “a reconocer que los bloques son la solución al conflicto político”. “Nosotros tenemos posición: la necesidad de una reforma constitucional, el reconocimiento de Catalunya como una nación, el derecho de autodeterminación, el respeto a las instituciones y reglas democráticas”, explica. Pacheco cree firmemente que hay que mantener “organizaciones transversales en la sociedad catalana que puedan articular un puente. Porque las están destrozando”. De hecho, Coscubiela aseguró que “el papel del sindicalismo en este asunto no se ha reconocido y se hará con el tiempo”.
El libro de Coscubiela plantea efectos colaterales del problema catalán, entre ellos, “un brutal retroceso de la cultura democrática de este país”. Afirma que se están utilizando palabras muy grandes que se desvirtuan, que hace falta recordar que “la democracia y la legalidad van juntas” porque las “leyes son el mecanismo de defensa de los más débiles”.
Pero también plantea posibles salidas, posibles soluciones o “microsoluciones” como él las denomina. Y estas pasan por abordar la financiación autonómica en la que “lo primero es aumentar el pastel de reparto con una reforma fiscal”; y el encaje territorial, porque la España de las autonomías, ese modelo “improvisado”, “está agotada”. En este sentido plantea un camino hacia el “federalismo asimétrico”, un concepto, el de la asimetría, que se ve con recelo en Andalucía como explicó Nuria López, la secretaria general del sindicato en la región. Aunque Coscubiela insistió que ese plantemiento no excluye la igualdad entre las personas de distintas regiones porque el federalismo es “solidario” y “fraterno”.
En cualquier caso, Coscubiela confiesa que, pese a lo escrito, (y así lo manifiesta también en las páginas publicadas) se mueve en el terreno de “la duda” y, lejos de verdades absolutas renueva su apuesta por ofrecer otro relato del problema en Cataluña “y en España” y por tender puentes entre contrarios. Seguirá haciendo “pedagogía en política a pesar de creer que los que hacemos pedagogía somos como unos inadaptados” y respaldando el acuerdo, que siempre es doloroso. Porque, como dice el poeta israelí Yehudá Amijai siempre mencionado por el escrito Amos Oz, “donde tenemos razón no crecen las flores”.