Mil Carmenas

El sábado que viene, carrusel deportivo en la Ser o No Ser. Ayuntamiento de Cádiz, minuto y resultado. Cuarto y mitad del Pleno de Investidura, la gente barrunta que nadie quiere el marrón de mando, turulata vara de medir, y está la cosa complicada. Todo parece indicar que la sesión se dilucidará por lo civil, como una boda. El secretario municipal se prepara para lanzar el bastón al aire y el que lo coja pa’ él.

Este miedo a perder, esta linda manera de buscar la felicidad absoluta invita a visitar recónditos lugares de la imaginación parlamentaria. Los cuatro derrotados se disponen a saborear la agridulce victoria, con el tiempo justo, tras la vuelta al mundo de Susana en ochenta días. Nunca el tiempo es perdido, no hay limbos suficientes para acoger a tanto refugiado del desgobierno y la incertidumbre. Mal pensado, no estuvimos tan desorientados en la frontera del silencio, camino del pescantazo. Si nos van a decepcionar, háganlo ya.

Desbloqueada Díaz ha alcanzado la centralidad con bastantes fatiguitas. Flequillo Marín suspira que no le importan los votos. Estupefacta Rodríguez echa cuentas en Cádiz, donde Susana podría entregar la centralidad a Teórica Martínez. Ni cromos, ni cambalaches, en cada sitio interpretaremos a los andaluces y haremos lo que nos venga en gana, nos comprometemos a hacer lo que no quisimos hacer en los años de centro izquierda radical, ¿qué pasa?. Permíteme que insista, quince puntos de palabrería.

Mil Carmenas. Susana habla bien de Carmena, de Iglesias, de Errejón, sólo le falta brindarle un piropo a Monedero con tal de chinchar a Teresa. Podemos, sin duda, suscribir desconfianzas, establecer dudas, articular muñecos de feria y propagar cantinelas. Anuncian cambios en la centralidad derecha. Floriano se ha pelado, y el que pela, estrena discurso preocupado. Pintan de colorado a Pedro Sánchez, advierten del peligro a secas. ¡Peligro! Maneras de claudicar estabilidad en defensa propia. Menos mal que Adelantada Susana ya se encuentra en la centralidad y, además, bla, bla, bla, nos quedamos más tranquilos. Ahora solo resta abandonarse al cuidado de la línea roja con vistas al verano del amor.

La filial de Ciudadanos, Pueblerinos, aguarda el momento de la recalificación de la regeneración, no sin antes lanzar la caña de pescar. Recuérdese que Sobrino de Rivera prometió cañas del país para todos los andaluces.

En Cádiz, mientras tanto, crece la desigualdad, resuenan por alegrías las cifras del desempleo, claman al cielo los asuntos sociales. El sábado que viene, dios menguante, tomará posesión como edil la mujer que renunció al cargo de coordinadora de asuntos sociales tras un turbio asunto social, una entrega de viviendas, y el servicio se ha resentido, aplicaron recortes, limitaron las citas con los asistentes a un encuentro trimestral, como si la pobreza pudiera esperar, y cubrieron todo con un tupido velo que, más temprano que tarde, tendrá que arrojar luz a la misma sombra.         

Mil Carmenas en el horizonte, soñemos despiertos antes del carrusel del sábado, que augura sorpresas morrocotudas. O no. Hay quien ya piensa en grandes emociones de censura. Tamayo, ¿dónde estás?