(In memoriam a nuestro amigo y compañero Pablo Fernández, luchador siempre presente junto a los explotados y oprimidos)
Se inicia un nuevo año y, pese a la búsqueda de elementos que inviten al optimismo, poco positivo se vislumbra en el devenir. Asistimos a un entorno desgarrador: entre la sucesión de viejas y nuevas guerras destaca dolorosamente el genocidio que el Estado sionista de Israel sigue cometiendo en Gaza con el apoyo explícito de EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Japón, Australia y el apoyo disimulado por momentos de la UE.
En nuestro país y en particular en Andalucía, viejos problemas se enquistan, normalizan y agravan. El desempleo, la precariedad laboral, la pobreza y la exclusión social instalados como problemas estructurales son impulsados por la inflación y la carestía de vida. Andalucía encabeza todos los rankings de subdesarrollo del Estado.
Algunos datos ilustrativos de Andalucía
PIB per cápita de Andalucía: los 21.091 euros alcanzados en 2022 es la cifra histórica récord. El fuerte crecimiento conseguido (9,2%) no puede ocultar que Andalucía sigue sin converger con España y que está por tercera vez consecutiva como la última comunidad en PIB por habitante en el año 2022.
Renta: 10.703 €/hab.: con 11 de los 15 municipios con menor renta neta media anual per cápita de España. Un 18% inferior a los 13.008 euros de renta media estatal.
Desempleo: 18,67% (775.300 personas), con 12 de las 15 ciudades con las cifras más altas del país. Un 57% más que la media de todo el Estado.
Paro Juvenil: 40,56%. Un 46% más que la media estatal. La droga, el juego y otras formas de automarginación se potencian desde el olvido al que es arrojada buena parte de nuestra juventud. Sin entrar en cuestiones puramente morales, esto simboliza el desmembramiento del futuro más próximo como sociedad.
Tasa AROPE 2022 (Agenda 2030): la población de Andalucía en riesgo de pobreza o exclusión social asciende al 35,8% (son más de 3 millones las personas que malviven en Andalucía). La cifra es un 38% superior a la media del conjunto nacional, del 26 %. La de riesgo de pobreza o exclusión social de los niños, niñas y adolescentes menores de 18 años, es el 43,3% (casi 670 mil menores) frente al 32,2% de media estatal. Hay alrededor de 5.539 Personas Sin Hogar (PSH) identificadas, siendo insuficientes los albergues y centros de estancia donde poder pasar este duro invierno al tiempo que el anunciado borrador de la I Estrategia para la Atención de las Personas Sin Hogar sigue sin ejecutarse.
Pobreza: De los 15 barrios más pobres de toda España, 10 son andaluces. De estos, 6 están ubicados en la capital andaluza, reflejando que la concentración de la riqueza en un polo conlleva la extrema pobreza en el otro.
RMISA (Renta Mínima de Inserción Social en Andalucía): En el año 2021, beneficiaba al 3,3% de la población bajo el umbral de la pobreza en Andalucía, frente al 7,7% de la media estatal.
Ingreso Mínimo Vital: Una de cada tres personas perceptoras (691.955 personas) reside en Andalucía, pero sólo cubre al 28% de la población en situación de pobreza, lo que refleja la gravedad de esta situación en nuestra comunidad.
Vivienda y Desahucios: Más de 11 desahucios habitacionales diarios por falta de pago del alquiler o la hipoteca en los tres primeros trimestres de 2023. El elevado valor del Euribor amenaza a muchos hogares, al igual que la subida de los precios del alquiler, estimados en un 10, 8% interanual en noviembre.
Salud: Privatización de servicios y recursos a través de convenios y conciertos. Recortes de personal, un millón de personas en lista de espera de especialistas y doscientos mil en la de operaciones.
Educación: Continúa el cierre de líneas y el aumento de la ratio de alumnado por curso mientras aumenta el presupuesto transferido a la privada en desmedro de lo público a través de convenios, conciertos y subvenciones a la educación privada.
Suministros Básicos: Siguen sin estar garantizados los suministros básicos como derechos humanos para todas las personas. Además, los frecuentes cortes de luz en barrios obreros de ciudades y pueblos atentan contra las condiciones mínimas de existencia y vida digna y amenazan con especial violencia a enfermos, embarazadas, ancianos y menores.
Desbarajuste social
Los datos son desoladores y las medidas propuestas por los gobiernos de turno no harán más que profundizar en el desbarajuste social si los de abajo, los trabajadores y las trabajadoras, desempleados y desempleadas, no exigimos activa y organizadamente cambios drásticos, sin aceptar la realidad actual como una condena insuperable por razones históricas o económicas.
Andalucía sigue presa de un modelo productivo anacrónico que no innova, ni investiga ni invierte en desarrollos modernos y tecnológicamente avanzados. Las políticas vigentes persisten en el desmantelamiento industrial, encerradas en la acumulación de tierras rentista y especulativa con una explotación limitada por las propias políticas de la UE, abocadas a los servicios y el sobreexplotado turismo, que aportan escaso valor añadido y mano de obra poco especializada. Su requisito de salarios bajos y condiciones laborales indignas alimentan la cronificación de la pobreza.
El desmantelamiento progresivo de lo público merma las pocas herramientas disponibles para combatir la pobreza desde lo institucional. Así mismo, la Ley Mordaza sigue intocable como castigo a aplicar a quienes osen alzar su voz exigiendo derechos humanos.
Mal terminó el año 2023 y mal se presenta el 2024 si no le paramos los pies a este viraje ultraderechista que van tomando la mayoría de nuevos gobiernos defendiendo el incremento de beneficios para un sistema explotador agotado que ya no da más de sí y que amenaza con arrasar pueblos y el planeta mismo.
Nota: Datos extraídos del INE, EAPN, INSS, CGPJ, Directores y Gerentes de SS.SS. y otros de elaboración propia.
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