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Ribera se remite al código de conducta: dimitiría si se lo pidiera Von der Leyen
Opinión - Ni liderazgo ni autoridad. Por Esther Palomera

Ribera avisa de que el 90% de andaluces que sufrirá cortes de agua vive en cuencas hidrográficas de la Junta, no del Gobierno

La vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, en el foro de la SER.

Daniel Cela

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Mientras el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, estaba en Bruselas solicitando para Andalucía el Fondo de Solidaridad para catástrofes –un requerimiento que debe formular el Gobierno de España–, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, tildaba la propuesta de “sorprendente” y explicaba en Sevilla que esa fórmula era una vía muerta.

“Ese fondo, incompatible con otras ayudas europeas, está pensado para catástrofes que no están contempladas en ningún programa, como un terremoto”, ha asegurado, aunque no se negó a estudiar la propuesta. El fondo para catástrofes está dotado de 1.200 millones de euros y, hasta hoy, sólo se han usado alrededor de 30 millones para una situación “que obligó a desplazar a la población”

Ribera instó a Moreno a hacer uso de los fondos que ya ha recibido la Junta para luchar contra la sequía “en el ejercicio de sus competencias”, pero puso mucho cuidado en evitar fricciones que retrocedan la relación de ambos gobiernos al momento previo al gran consenso sobre Doñana. “Mañana lo llamo para entenderlo mejor”, apuntó.

La vicepresidenta también ha echado por tierra otro ambicioso plan del Gobierno andaluz para la sequía: la solicitud a Portugal para trasvasar agua a Andalucía desde el embalse de Alqueva, en el Alentejo portugués, una de las más grandes de Europa y que acumula más recursos que todos los pantanos andaluces juntos. “Me lo plantearon hace dos meses, pero eso no es competencia de la Junta, se rige por un tratado internacional [el convenio de Albufeira, de 1998] y afecta a los ríos Tajo y Guadiana, que también tienen limitaciones. Tengo la impresión de que eso es un desiderátum que no acaba de encajar con la realidad. Además, esa petición ya ha sido rechazada por Portugal, porque ha llegado a sus oídos, y le ha generado estupor. No tiene gran recorrido”.

“Estrellarse contra un muro”

El Gobierno portugués está en la actualidad en funciones, lo que ha dejado en suspenso las reuniones del convenio de Albufeira, que es el foro donde debería abordarse formalmente la cuestión ya que este tratado regula el uso de las aguas fronterizas. Portugal no ha hecho pública una postura oficial sobre esta cuestión, pero sí ha transmitido que no se plantea este trasvase teniendo además en cuenta que el sur de Portugal sufre también una severa sequía y que sus agricultores ya sufren restricciones. Así que, según Ribera, esta opción “no tiene gran recorrido, ya se lo trasladamos al presidente Moreno y a la consejera, que acabarían estrellándose contra un muro y que era mejor concentrarse en otras opciones”.

De hecho, y después de que el Parlamento andaluz aprobase el pasado mes de octubre una proposición no de ley instando a la Junta de Andalucía a dar los pasos para plantear este trasvase, fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica confirmaron que habían recibido la petición en este sentido del Ejecutivo andaluz. Eso sí, a la vez subrayaban que, según el régimen de caudales establecido en este acuerdo, “la petición no se ajusta al convenio, ya que el Guadiana [el río que alimenta este embalse] también se encuentra en una situación de excepción” por la sequía.

De modo que en pocos minutos Ribera tumbó dos de los grandes anuncios de Moreno para enfrentar la crisis hídrica que vive Andalucía –con los embalses al 21% de su capacidad–, mientras a pocos metros del encuentro informativo organizado por la Cadena SER, en Sevilla, se manifestaban 15.000 agricultores onubenses exigiendo a la Junta una pronta solución a la sequía.

Tensiones por el agua

El hecho de que Ribera dé poco menos que por imposible el trasvase de Portugal ha sido respondido a renglón seguido por la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, que le ha exigido que “aclare” a los agricultores onubenses si “realmente” va a apostar por esta transferencia desde el Alqueva o si por el contrario “está engañando” al sector. A su juicio, los agricultores se han quedado “absolutamente asombrados” después de que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, “les haya dicho que están trabajando en la opción de Portugal, y que ahora Ribera diga que es una ocurrencia”. Desde Transición Ecológica, en cambio, aseguran que Morán no abordó la cuestión de este trasvase sino que se comprometió a impulsar los bombeos del Bocachanza, claves para la agricultura onubense.

Ribera, por su parte, ha esgrimido una actitud propositiva hacia el Gobierno andaluz, con constantes ofrecimientos de ayuda y colaboración institucional para encarar la crisis hídrica que afecta, sobre todo, a Andalucía –que ya ha confirmado cortes en el consumo de agua en verano en las grandes capitales– y a Catalunya, en emergencia desde este jueves.

Sin embargo, el cruce de reproches entre miembros del Gobierno y de la Junta con la sequía como telón de fondo es un hecho. Ambas administraciones han empezado a tener reuniones regulares para abordar el problema del agua –esta semana Carmen Crespo tuvo un encuentro telemático con Hugo Morán–, pero en público se acusan de dejadez o falta de gestión en sus competencias.

Ribera ha tratado de no levantar ampollas en sus declaraciones, pero cuando le han preguntado qué garantías de abastecimiento de agua hay en Andalucía, la ministra ha sido muy clara al distinguir la situación de las poblaciones que dependen de cuencas hídricas controladas por el Gobierno central –la gestión del río Guadalquivir, básicamente– de las zonas dependientes de la Junta: “Las personas cuyo sistema de abastecimiento depende de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir están cubiertas, por lo menos, entre dos y tres años sin cortes. Gracias a que llevamos tres oleadas de inversiones concretas en Sevilla, Granada, Córdoba y Jaén, anticipándonos al ver que los embalses bajaban. Y esto cubre a una parte importante de la población andaluza [cuatro millones de personas]”, ha advertido.

Y acto seguido ha añadido: “Pero el reverso es que el 90% de las personas que pueden encontrar problemas en el abastecimiento viven en cuencas hidrográficas que no dependen del Gobierno central, sino de la Junta. Y de esto sabemos poco sobre lo que están haciendo”. La excepción, ha apuntado Ribera, son los problemas de abastecimiento en la Axarquía (Málaga) y el Bajo Almanzora (Almería) –con obras para dos desaladoras declaradas “prioritarias” vía decreto ley por la Junta–, en las que colaboran ambas administraciones.

“No sólo es pedir, hay que gobernar”

La vicepresidenta ha dado un tirón de orejas a la Junta –“no va sólo de pedir, pedir pide la oposición, los gobiernos ven qué pueden hacer y cuándo deben pedir ayuda”– y le ha conminado a tomar decisiones de emergencia para los próximos meses y “no para dentro de diez años”, en alusión a los complejos trámites para la instalación de desaladoras. “Se pueden acortar los plazos de las desoladoras, pero incluso haciendo virguerías es imposible que nos den agua para los próximos meses”, ha remachado.

Ribera sostiene que el Gobierno está abordando “medidas estructurales”, matizando que “no nos permitirán sacar agua hasta dentro de cuatro años”, y ha tendido la mano a la Junta para ejecutar decisiones “de emergencia” ahora: “Hay que ver dónde hay fugas de agua, mecanismos para la reutilización del agua, de dónde traer el agua que no tenemos y cómo traerla”.

Sobre esto último, se ha quejado de la falta de información sobre el plan de la Junta para trasladar agua en barcos a los puertos de Málaga, Algeciras y Carboneras, como última opción si de aquí a verano no llueve nada. “No nos han trasladado ninguna propuesta concreta. ¿Qué barcos tiene preapalabrados? ¿De dónde va a sacar el agua, qué han preparado en los puertos para recibir esos barcos? Un problema de estas dimensiones requiere el mejor esfuerzo de colaboración institucional”, ha dicho.

La ministra de Medio Ambiente ha asegurado que no es momento de “hacer locuras con el agua”, y ha invitado al Gobierno andaluz a optar por “un plan b para sacar agua del río, abrir pozos e implementar nuevas conexiones”. “Nosotros vamos a acompañarles con medidas de saneamiento para evitar fugas, aunque no esté en el marco de nuestras competencias. Estamos encantados de ayudar”, ha zanjado.

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