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Pueblos turolenses forman una 'tribu rural': varias familias se unen para ampliar servicios y generar empleo

Tribu Rural ha dado ya servicio a unas 80 personas

Isabel Traver

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Tribu Rural es ejemplo de cooperación entre vecinos y lucha. Cooperación entre las comunidades de Burbáguena, Báguena y Luco de Jiloca y lucha por mantener y ampliar servicios en sus pueblos. La iniciativa surgió de los padres y madres de alumnos del colegio de Báguena, que habían apostado por escolarizar a sus hijos en esta pequeña escuela y así mantenerla viva, pero ante la falta de ciertas prestaciones como el transporte escolar o el servicio de comedor, tenían dificultades para conciliar la vida familiar y laboral. 

“Decidimos contactar con Educación para reclamar servicios como madrugadores, transporte, comedor y más extraescolares. La respuesta fue tajante, todos estos servicios ya los teníamos en el colegio de Calamocha, esa fue la solución propuesta desde la administración”, explica Sofía González, miembro de Tribu Rural.

Ante esta situación, los progenitores decidieron dar un paso adelante y ocuparse del problema ellos mismos. Pronto se dieron cuenta de que algunos de estos servicios podían, además, extenderse también a la guardería de Burbáguena e incluso vieron la posibilidad de ofrecer actividades lúdicas a la gente mayor de estos municipios. “Por eso elegimos el nombre de tribu rural, es un concepto amplio que recoge a todos los miembros de la población, que invita a reunir fuerzas y dirigirnos hacia el bien común”, apunta.

Una vez desarrollado el proyecto lo presentaron a los ayuntamientos de ambas localidades, “que se mostraron muy dispuestos a apoyar la iniciativa”, explica Sofía. A través de las administraciones públicas lograron la subvención necesaria, que en este caso llegó por parte del grupo de acción local Adri Jiloca-Gallocanta.

Más servicios y dos nuevos empleos

Con este proyecto se han cubierto todas las demandas de los padres: se ha creado un servicio de comedor que gestionan desde Tribu Rural y del que hacen uso unos 20 niños, se han añadido extraescolares como clases de música, a través del colegio se logró contar con una joven para el servicio de madrugadores y el transporte escolar llega no solo a la escuela, sino también a la guardería de Burbáguena. 

A esto se suman, además, otras actividades promovidas por la Tribu Rural y dirigidas a todos los vecinos, como las clases de inglés que imparte Laura Ruíz o el taller “Mueve tu mente”, que tutoriza la propia Sofía y en el que, mediante ejercicios “trabajan la atención, la memoria, la relajación, la autoestima o la creatividad, entre otras”. 

Ambas trabajadoras dependen de los Ayuntamientos de Báguena y Burbáguena, donde se muestran muy satisfechos de poder ofrecer oportunidades laborales y también de la buena acogida que ha tenido el proyecto. “La gente está muy contenta, seguramente porque localidades pequeñas como las nuestras no han tenido actividades a lo largo de estos últimos años. Nosotros hemos entendido que hay que mantener activa a la gente, especialmente a aquellos que ya no desempeñan una ocupación laboral, y al mismo tiempo mantener vivos nuestros pueblos”, apunta Joaquín Peribañez, alcalde de Burbáguena. 

Próximos pasos

Desde Tribu Rural calculan que durante los siete meses que lleva en funcionamiento el proyecto, se ha dado servicio a unas de 80 personas, teniendo en cuenta a los usuarios del colegio de Báguena, de la guardería de Burbáguena y de las actividades que organizan.

Su intención es seguir en esta línea e incluso ampliar prestaciones, empezando por un servicio de asistencia domiciliaria a personas mayores. “Sobre todo pensando en el invierno, que aquí las condiciones son muy duras, pues asegurarnos de que tienen las necesidades básicas cubiertas o simplemente hacer una labor de compañía, llamarles por teléfono un par de veces a la semana y que nos cuenten cómo están”, apunta Sofía. 

Otro de los objetivos pasa por diseñar actividades atractivas para los adolescentes de la zona, “que aunque no hay muchos en estos pueblos, su franja de edad se queda un poco descolgada de las actividades lúdicas”, señala. 

La subvención para desarrollar el proyecto es de dos años, aunque esperan poder mantener la Tribu Rural durante más tiempo. “El éxito de momento ha sido rotundo y nuestra intención es continuar, por supuesto”.

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