Espacio de opinión de Canarias Ahora
Un discurso decepcionante
En su discurso de investidura el señor Clavijo nos transmite una actitud fría y lejana frente al problema del Cambio Climático Antropogénico al que dedica el siguiente y lacónico párrafo:
“En materia de transición ecológica sumaremos propuestas para lograr pasar del 20% al 45% de energías renovables en los próximos cuatro años y conseguir así el reto europeo de emisiones netas en el año 2050; con planificación energética y territorial. Con participación y consenso”.
De este párrafo se pueden extraer bastantes conclusiones y la mayoría barruntan un futuro bastante negro para poder afrontar el reto descomunal al que se enfrenta toda la humanidad y que se convierte, por sí mismo, en una tarea sin precedentes que pone al ser humano en una situación crítica y de difícil retorno.
En primer lugar, no es necesario partir de cero “sumando propuestas”. Ya existe un estudio muy concienzudo por parte del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) en el que se realiza un análisis pormenorizado de las necesidades energéticas del archipiélago, tanto en su vertiente eléctrica, como del trasporte marítimo, aéreo y terrestre, como las necesidades térmicas y de climatización, o como las necesidades energéticas de la industria. Partiendo de este análisis se detallan los recursos disponibles en relación a nuestra capacidad de producción eólica, fotovoltaica, geotérmica, energías marinas ... y la futura utilización del hidrógeno verde como vector energético circular de todo el proceso. Por último, en ese mismo estudio, se engarzan todas las piezas en un sistema energético pleno que garantizaría el pleno abastecimiento de las necesidades de energía del archipiélago, en un tiempo aceptable y con cero emisiones.
En segundo lugar, existe una contradicción exasperante en pretender alcanzar el 45% en tan solo cuatro años y, sin embargo, postergar el 55% restante a más de 23 años vista. Es un planteamiento absurdo que, no sólo atenta contra el sentido común, sino que pone en evidencia la falta de voluntad real del nuevo ejecutivo canario para asumir el “desafío climático” sin ambages, y para liderar -y al tiempo vigilar- el urgente proceso transformador que dicho desafío exige.
En tercer lugar, el estudio realizado por el ITC plantea lograr la total descarbonización en el 2040 de una manera completamente asumible, por lo que no se entiende el postergar a 2050 esa culminación; a no ser que se pretenda retardar la entrada de renovables, recurriendo a combustibles fósiles como el gas natural -con todas las implicaciones perniciosas que ello conlleva para nuestro Archipiélago, al tiempo que se renuncia a la consecución de nuestra plena independencia energética.
En cuarto lugar, nos encontramos ante una cuestión de convencimiento y compromiso científico. Si se está con la ciencia -que mantiene la existencia del Cambio Climático generado por el hombre, cuya causa principal se encuentra en las emisiones producidas por el uso de combustibles fósiles- se estaría en el deber ético y moral de hacer todo lo que esté en nuestra mano, para paliar estas emisiones en el tiempo más corto posible, más allá de cumplir un requerimiento a nivel europeo. Aquí no se trata de evitar una sanción de las instituciones comunitarias; aquí, de lo que se trata, es de cómo evitar que nuestros hijos se queden sin futuro.
En definitiva, un discurso deficitario, pero ya no sólo por lo breve en materia de Cambio Climático, sino en que las pocas cosas que se dicen, dejan traslucir el negacionismo ya implícito en muchas declaraciones anteriores de algunos componentes del gobierno y que nos abocan a una serie de actuaciones retardistas que no son otra cosa que un nuevo traje con el que se quiere hacer más presentable el negacionismo climático.
Ante esta constatación y de manera lamentable, lo que queda es comenzar a abogar por las políticas paliativas contra los efectos de un cambio climático para el que no hay voluntad de confrontar.
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