Feminismo: qué hacer si eres hombre, explicado en campos de fútbol

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Se vienen tiempos aún más difíciles para el feminismo. Estamos y estaremos, desde las elecciones de Castilla y León el pasado febrero, en un periodo preelectoral constante, un trienio electoral 2022/2024 sin precedentes entre autonómicas no históricas, las históricas, municipales, generales y europeas. Las aguas están revueltas, hay que mantener votos fieles y captar indecisos. Remover fondo de todos los colectivos sociales para ganancia de pescadores. Pero hay un concepto erróneo en la idea de revolver colectivos, y es que el feminismo no es un colectivo de votantes, las mujeres somos la mitad de las votantes.

El “voto feminista” no se capta porque el feminismo se encarga de la propia agenda política de gobierno. Se está utilizando, como siempre, para azuzar posturas y ganar votos. Estamos las mujeres, desde los vientres de alquiler hasta la menstruación, desde la violencia de género hasta la prostitución, a debate diario. Y en estos debates están ustedes, los hombres, opinando, o como me gusta más decir por lo gráfico, opinándose encima con el feminismo. No saben. Venga, no pasa nada. No saben porque no son mujeres, no tienen ni la perspectiva feminista ni la sensibilidad suficiente para conocer cómo afectan las políticas por, para y hacia las mujeres. Sensible en lo económico y liberal en lo feminista, Manolo.

Los debates con hombres en los medios de comunicación están siendo, como mínimo, bochornosos. No se quitan de en medio porque: primero, les ofende no saber; segundo, tendrían que dejar a las mujeres las decisiones de contenidos y los debates, pero perderían sus privilegios. ¿Qué hacer? Pues mira, para que lo entiendas te lo explico en campos de fútbol:

Portero: Quédate quieto. Cuando te llegue una explicación de una mujer, si puedes párala, cógela, dale un par de vueltas y pásala a algún compañero para que rule. Si no has podido pararla y te supera es gol. Uno a cero.

Defensas centrales y laterales: Eres el aliado, te crees feminista y quieres aportar, pero cuando opinas lo empeoras. Tu rol es impedir que el contrario traspase la línea y se anote un punto. Limítate a eso, porque si abres la boca, abres fisuras, y así no avanzamos. Cierra filas para proteger al equipo de los ataques. El líbero está en desuso. 

Mediocentro, mediapunta: Pregunta, no tengas miedo, que de esto no te saca el Google Maps. Es importante que lo hagas porque repartes juego, tienes que dominar para saber cuál es el avance, y para eso tienes que confiar en quienes te pasan el balón. Tienes mucha presión del adversario, tus congéneres, pero requieres de más habilidades para apoyar a quienes llevan la delantera, las mujeres. Quédate en constante movimiento y pasa balón, deja que sean otras las que marquen. 

Delantero, delantero centro: Te consideras el más importante del equipo pero no te lo creas, las importantes somos las mujeres. Eres responsable de marcar: pasa balón. Eres bueno leyendo y analizando al contrario y el juego: si lo consigues tu labor es parar al macho contrario con argumentos. Eres rápido y si quieres desequilibras a la defensa de los adversarios. Hay que ser muy bueno para esto pero insisto, no te lo creas, suelen salir por las puertas traseras. 

Entrenador: es una mujer. 

Árbitro: tiene que conocer cuáles son las reglas para parar el juego cuando los jugadores opinen. 

Yo no sabré lo que es el fuera de juego, pero que detecto a un público que quiere opinar en debates interminables para mantener cualesquiera que sean sus privilegios, desde el interés espurio o la ignorancia, lo mismo me da, se tienen que ir acabando. Poner fin a los debates significará la consecución de los derechos y el respeto de hombres hacia las mujeres en igualdad como sociedad y como parte de una cultura e identidad. No los alimentes. Échate un buche de cerveza y unas anchoas que mientras tragas no hablas. Y como canariona me van a permitir que termine con un grito feminista y mira, futbolero: arriba d'ellos.

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