Gobernados y adminitrados por las huestes de Atila

Nuestra administración pública local apenas resuella. No lo hace desde la censura que catapultó, saneó y fichó para la historia a Juan Francisco Ramírez, aquel tipo siempre empaquetado, de lucida percha engominada, que alentó con su vergonzoso transfuguismo el desorden moral y un repentino, innecesario y supercarísimo cambio de ciclo en este Sur de lamentos y sudores. Desde entonces, con una plantilla sobredimensionada de enchufes y figurantes politizados y renqueantes, nuestra administración es un pozo. De momento sin fondo. El Consistorio sobrevive al borde mismo del voraz sumidero, preñado por el caos organizativo, y aquejado por la falta de ética laboral y profesional de muchos funcionarios, la desestructuración de su corpus ejecutivo, la ruina económica y presupuestaria, y la ausencia de un proyecto básico de gestión para encaminar el presente y la senda futura. Carecemos de un faro con luz de guía.

El escenario es patético: un Ayuntamiento y una municipalidad gangrenados por una crisis creada, alentada y alimentada por políticos ambiciosos, miopes, sin ideas y de escasa decencia. Pero ojo. Los contribuyentes también percibimos que en esta estampa demoledora también tiene cabida como figurantes de primerísimo primer plano a muchos trabajadores municipales sin vocación de servicio y con errónea conciencia de clase privilegiada.

Por eso la parálisis en la que vegeta hoy el gobierno de Tunte, acogotadora y crónica, exaspera y encabrona cada día un poco más a la población. Lo evidencia el creciente número de plataformas activistas y también la mala prensa. Como una piraña expiatoria, la crisis e ineficacia gubernativas se están convirtiendo en la calle, en Internet y en los papeles periódicos en un guineo roedor que acrecienta los rumores de censuras y quiebra la poquita y endeble paz social que aún le queda a este municipio nuestro. Con una paradoja insondable. Tan poblado de parabólicas y telefonías de progreso y, sin embargo, a diferencia de nuestros ejemplares vecinos del Sureste, todavía atenazado por la política del favor y otros métodos de mentalidad caciquil. Por eso cada vez más empobrecido, más sucio, más feo, más incívico, menos vivible. Cada vez más decadente. Y sin visión del final del túnel.

En ese nubarrón que a todos nos cubre, el cainita 'pacto de progreso' que mal digieren NCa y PSOE desde hace ya dos legislaturas es para los vecinos y observadores atentos un indigno “montaje” de intereses. “Puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro”. Pero lo mismo que cualquier otro venidero, como aquel vergonzoso 'pacto del tránsfuga' que sellaron con él en octubre de 2001 el entonces PP de Marco Aurelio, Martín Falcón y Benito, y el PSOE de Pacuco, Martín Rodríguez, Aniceto y David Delgado, entre otros. Por eso, por mucho que se pregone, una nueva censura no es buena solución. Siquiera la solución. La raíz que envenena es otra. El daño recorre ya todos los estamentos sociales.

Desde antes del 2001, y en estos momentos la situación es terminal, convivimos con funcionarios, gobernantes y aspirantes de mirada entronada y actitud de yuppies supergraduados, ajenos por completo a la realidad vecinal, con nula o escasa preparación, sin ideología, sin proyecto público, carentes de visión social de conjunto, muchos judicialmente fiscalizados? Toribio, uno de los que hace méritos para escapar de la quema, incluso lo reconoce.

Y es que aquí, desde hace mucho, casi desde siempre y poniendo en saldo honrosas excepciones y contados nombres, nuestra comunidad ha estado regida y administrada por emuladores de las huestes de Atila, por una cuadrilla de políticos y trabajadores municipales asonantes, incapaces, proclives al figureo, la posición, el tintineo, la cartera-monedero y el bostezo. Un 'Paraíso'.

De la pléyade política sin arte ni clase ahí están los últimos ejemplos: Pacuco, Pepe `El Chola´, Concha Narváez, David Delgado, Dunia Santana, Francisco Peñate... Y la última gota majadera: la socialista Pino Cedréz, una monitora sociocultural que logró escaño de edila el pasado 2007, y que ahora, escudera atiborrada a despropósitos, renuncia como concejala de Mujer con el peregrino argumento de que el Ayuntamiento no funciona y que se ve obligado a devolver subvenciones. Da pavor. ¿Mayor ineficacia e incapacidad, dónde?.

Un ejemplo más. Hace una semana, en el último pleno correspondiente al ordinario de Septiembre, nuestros políticos abordaron dos asuntos de importancia meridiana. Uno, la cesión “in natura” de 1.075 metros cuadrados en la parcela nº 7 del polígono T-4, a la Sociedad Municipal de viviendas Gesvisur, para construir una promoción destinada a familias numerosas de baja renta. El otro, la autorización a Gesvisur para concertar un crédito hipotecario encaminado a la edificación de 9 apartamentos para jóvenes en régimen de alquiler, en el T-6 de El Tablero. Fantástico. Ambos asuntos ya se habían abordado en junio de 2006.

Dos años después, los mismos protagonistas, los mismos despropósitos?la misma cantinela. Otra vez.

Fidel Araña