Carne de Fiscalía

La televisión canaria firmó, entre febrero y septiembre de 2008, cinco contratos por un total de 1.639.800 a la productora Amanecer Latino, propiedad del periodista Francisco Padrón, para la realización de 260 programas, organizados en cinco series de programas, en los que se debía entrevistar a 260 deportistas, a sus amigos, conocidos, vecinos y familiares. Según ha denunciado el PP, los programas no fueron nunca emitidos, ni probablemente realizados, aunque sí fueron inmediatamente abonados.

El pago de los programas -260 capítulos contratados en sólo siete meses- se produjo poco antes de que Padrón se enfrentara a un macrojuicio en el que el fiscal le pedía un total de 13 años por pederastia. Padrón sólo fue condenado a dos años por abusos sexuales –lo que le evitó entrar en prisión- porque en la vista, seis de los menores denunciantes se desdijeron de las declaraciones efectuadas ante la Policía y ante la jueza instructora, declaraciones que incriminaban de forma directa a Padrón, asegurando que éste les había dado dinero a cambio de recibir favores sexuales. Aún a pesar del cambio de opinión de los menores, Padrón resultó condenado porque uno de los niños sí mantuvo su acusación de que entre sus 13 y 15 años, acudió con frecuencia a la finca de Padrón, donde Padrón le pagaba por desnudarse y dejarse tocar.

Pero volviendo a la tele, resulta que desde hace más de un año, desde distintos grupos y partidos políticos, se ha intentado conseguir que Willy García explique ante el Consejo de Administración de la tele o en la Comisión de Control del Parlamento dónde se encuentran esos 260 programas -y algún otro más encargado también a Padrón en esas fechas y que tampoco aparece- por los que se pagaron al final algo más de dos millones de euros. Preguntado por ese asunto hace unos meses, García insulto y amenazó a la diputada Agueda Montelongo, recibiendo por sus amenazas la reprobación unánime del Parlamento, aunque García no renunció a seguir en la dirección de la tele, algo inaudito en un mundo distinto al de la Universidad de la Vida.

Ayer, Águeda Montelongo pidió de nuevo información sobre el asunto, y García no aportó ninguna evidencia de haber recibido y emitido esa producción, que debería figurar en las bodegas de la tele, de acuerdo con la cláusula sexta de los cinco contratos firmados entre él y Francisco Padrón. La televisión apenas ha aportado una decena de entrevistas mal iluminadas, pésimamente realizadas, y que parecen coincidir con programas efectivamente montados por Padrón, pero para su propia televisión –Canal 7 del Atlántico- en cuya web puede encontrarse aún alguno de ellos, mientras en la web de la tele canaria no aparece ninguno.

Desde luego, parecen muchas coincidencias. Quizá haya llegado el momento de que este muy turbio asunto salte a los juzgados. Porque estamos hablando de casi 300 millones de las antiguas pesetas, que pudieron haber sido abonados sin contraprestación alguna a una empresa –Amanecer Latino- cuyo administrador único fue –durante muchísimos años- jefe directo del que hoy es el actual director general del Ente. Y además, en un momento en que ese dinero le resultaba imprescindible al antiguo patrón. Si esta historia tremebunda no es carne de Fiscalía, ya me dirán ustedes de que debe ocuparse la señora Farnés.