Coalición Canaria no se da por aludida

Coalición Canaria no se ha dado por aludida este sábado tras el arrollador éxito de las manifestaciones que recorrieron todo el Archipiélago al grito de “Canarias no se vende” y reclamando una revisión de su modelo turístico. Autoproclamado en sus estatutos como nacionalista y progresista, y adoptando como hizo la bandera independentista de las siete estrellas verdes como la representativa, el partido que ahora mismo lidera Fernando Clavijo debería hacer una serena y profunda reflexión sobre lo ocurrido porque ha sido una interpelación a la identidad canaria, al autogobierno y a la capacidad de decisión que debemos tener los canarios ante un problema que nos atañe directamente y sobre el que tenemos plenas competencias.

La gente está muy cabreada, no ve que sus responsables políticos planifiquen adecuadamente el rumbo de la economía y del crecimiento; los considera entregados a los poderes económicos y de espaldas a la población y, consecuentemente, completamente ajenos a los problemas que están sufriendo con la carencia y el precio de las viviendas; con el deterioro ambiental y de recursos naturales que provoca el peso de tanta población nativa y visitante; con los graves problemas de movilidad y gentrificación que presentan algunas islas como Tenerife o Gran Canaria consecuencia de un defectuoso servicio público de transportes y unas infraestructuras mal planificadas…

En lugar de eso, de reflexionar bien qué respuesta dar, CC emitió la tarde de este sábado un desafortunado comunicado con el que pretendió colocarse del lado de los manifestantes, culpar al Gobierno anterior de Ángel Víctor Torres, y lo mejor de todo, afirmar que las manifestaciones “completan el trabajo iniciado por el actual Gobierno de Canarias hace nueve meses con medidas como la regulación del alquiler vacacional por primera vez en las islas y la aprobación del decreto ley de medidas urgentes en materia de vivienda”. 

A la vista de ese comunicado debemos concluir que Coalición Canaria considera que las manifestaciones han respaldado sus políticas económicas, ambientales, de movilidad, de vivienda pública y de regulación turística.

En Coalición Canaria no se han enterado de nada.

Cualquiera que haya acudido a cualquiera de las ocho manifestaciones celebradas en el Archipiélago o a cualquiera de las concentraciones en otras ciudades españolas habrá tardado poco en percatarse de que el clamor va mucho más allá de reclamar parches como los que el actual Gobierno está poniendo básicamente al problema de la vivienda y al alquiler vacacional.

El decreto de medidas urgentes en materia de vivienda solo lo aplauden los empresarios porque es a ellos a los que el Gobierno va a beneficiar con una serie de medidas que, entre otras ocurrencias, se lleva por delante los espacios dotacionales que puedan tener sin usar los ayuntamientos, o convierte en viviendas (dicen que “dignas”) los locales comerciales a pie de calle que estén vacíos. 

En ambos casos, según todos los expertos que ha consultado este periódico, se trataría de actuaciones dirigidas a crear zonas de infraviviendas, guetos sin espacios para las dotaciones comunitarias como parques, escuelas o infraestructuras sanitarias. Una chapuza más.

Que el partido queha gobernado Canarias 31 años, que estuvo diez (2009 a 2019) sin construir una sola vivienda pública, y ahora nueve meses con más de lo mismo, se atreva a decir a la ciudadanía cabreada que lo está haciendo muy bien, es verdaderamente preocupante. Pero que encima pretenda hacer ver a las personas que se manifestaron que están en un error porque las soluciones ya están sobre la mesa resulta insultante.

Pero se equivocarían en los demás partidos políticos que operan en Canarias si creyeran que la manifestación iba dirigida sólo al actual partido en el Gobierno. Todos tienen responsabilidad en lo que ha provocado esta reacción ciudadana. Todos están obligados a reaccionar y a promover salidas a todos esos problemas, escuchando a la sociedad organizada, a los ayuntamientos, a los cabildos, a los sindicatos y a los empresarios, y poner sobre la mesa soluciones audaces de futuro que empiecen desde hoy a transmitir que esto tiene futuro.

De lo contrario, el estallido social será el siguiente episodio.