El 90% de Gran Canaria, en riesgo de desertización, según la Fundación Canaria para la Reforestación

Presa de Ayagaures.

Europa Press

Las Palmas de Gran Canaria —

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La Fundación Canaria para la Reforestación ha advertido este lunes de que 90 por ciento del suelo en Gran Canaria está en riesgo de desertización y “más del 50% ya se ha degradado biológicamente”.

“Esto quiere decir que la tierra ha perdido sus propiedades naturales de productividad”, aseveran desde el colectivo, que hacen también referencia a apuntes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el que supuestamente indican que la provincia de Las Palmas es un “territorio semiárido y árido, con un riesgo de desertificación entre alto y muy alto”.

Coincidiendo con el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación, el gerente de Foresta, Sergio Armas, ha querido destacar la “gran” pérdida del suelo que sufre la Isla debido a “la deforestación tan fuerte que hubo en los siglos pasados”.

“Ya que desde la Conquista al siglo XX, Gran Canaria pasó de tener más de la mitad de su territorio ocupado por bosques a tan solo un 3 por ciento de su superficie”, asevera.

Esto tuvo como consecuencia --relata-- que con cada lluvia “el agua lavara el suelo, arrastrando la cubierta vegetal y la tierra hacia el mar”. “Como resultado de este proceso, la capa superficial del territorio se erosionó, de modo que el suelo quedó degradado. ”Aquí radica uno de los problemas actuales que sufre la isla“, añaden desde Foresta.

La erosión fue tan fuerte que dañó la potencia del suelo y actualmente “no hay suelos profundos en toda la superficie”. Eso repercute en el crecimiento de los árboles, ya que “la raíz no entra en profundidad porque a pocos centímetros ya se encuentra con roca madre”, indica Armas.

ABONOS O PLANTAR VEGETACIÓN ACOSTUMBRADA

Para el colectivo, hay dos vías posibles para recuperar la productividad del suelo: “realizar aportes puntuales externos, enriqueciendo el suelo con abonos y materia orgánica”, lo que tiene un coste “bastante elevado”; o “generar una vegetación que sea capaz de vivir en esa situación, como las propias especies forestales de Canarias, que están acostumbradas a las duras condiciones de nuestro territorio”.

“De este modo, al plantar especies típicas de ecosistemas canarios, como el pino canario, la sabina o el cedro, es posible regenerar suelos e incrementar la riqueza de la tierra a partir de los aportes de su propia materia orgánica”, continúan.

De lo contrario, la isla se enfrenta “a graves amenazas” como el aumento del dióxido de carbono o la falta de agua en los pozos, entre otros.

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