El cargamento de papas con tierra adherida de Israel es la mayor partida devuelta por incumplir normas fitosanitarias desde 2018

Papas que llegaron al Puerto de Santa Cruz de Tenerife procedentes de Israel sin cumplir las normas fitosanitarias

Alexis González

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Hay que escarbar mucho entre los expedientes de rechazo de productos vegetales y derivados de vegetales para encontrar en los últimos meses un cargamento tan grande como el que quedó bloqueado y posteriormente reexpedido en el Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) del puerto de Santa Cruz de Tenerife este mes de abril.

La partida de 16 contenedores, unas 432 toneladas de papas de consumo con tierra adherida procedente de Israel e importada por una empresa de la presidenta de la organización profesional agraria ASAGA-Canarias, Ángela Delgado, es la mayor con diferencia que no ha pasado la norma fitosanitaria canaria, y por tanto ha tenido que ser devuelta a su origen o a donde la haya llevado su propietario.

Los datos de la Dependencia de Agricultura y Pesca de la Subdelegación facilitados a este diario por la Administración General del Estado así lo reflejan: solo en la provincia occidental canaria, en enero se procedió a bloquear y rechazar un contenedor con 25.000 kilos de papas de consumo procedente del Reino Unido. En febrero, la partida reexpedida fue otro contenedor de Dinamarca, con 27.500 kilos. La diferencia de cantidades entre uno y otro contenedor, según explica a este periódico la Jefa de la Dependencia, Silvia Solís, es que unas papas venían en sacos individuales y otras en yumbos, unos sacos muy grandes de gran cabida.

Además, esos expedientes, así como los de las quince partidas que fueron rechazadas en todo 2019, eran de diferentes importadores. El año pasado, esos quince cargamentos devueltos fueron todos de Reino Unido, a excepción de uno procedente de Marruecos. Y por ejemplo, solo en el mes de marzo de 2019 se ejecutaron ocho de esas quince reexpediciones a Inglaterra, pero ninguna de ellas sobrepasaba el contenedor por caso, es decir, unos 26.000 kilos de media. En total, unos 168.000 kilos, menos de 17 toneladas.

Pero si en enero y febrero de este año, las importaciones reexpedidas se limitaron, en el caso de las papas de consumo, a un contenedor cada mes, en marzo (en realidad el expediente de rechazo se abrió el 1 de abril), la empresa de la presidenta de ASAGA-Canarias, Cadimisa Canarias SL, rompió la báscula hasta alcanzar las 432 toneladas de las controvertidas papas presuntamente contaminadas.

La polémica ha sido de tal calibre que la justificación de Ángela Delgado de que el mercado quedaba desabastecido ha soliviantado a otras organizaciones profesionales agrarias, como COAG o PALCA, y a asociaciones y cooperativas que niegan la mayor. En todo caso, quien quedaba desabastecida para cumplir sus compromisos era la importadora, como bien ha dejado claro ella misma.

Es cierto que parte de la cosecha de papa canaria extratemprana se ha perdido por las inclemencias del tiempo a principios de año, pero no como para justificar la entrada deprisa y corriendo (con tierra adherida, sin el tratamiento adecuado según la Orden Ministerial de 1987) de 16 contenedores de papas de Israel. Así lo sostienen las organizaciones agrarias que se han manifestado claramente en contra de los argumentos de Ángela Delgado.

ASAGA-Canarias publicaba esta semana un comunicado oficial en el que anunciaba estar “dispuesta a emprender acciones legales contra informaciones falsas y no contrastadas de determinados medios de comunicación”, y aseguraba que “la importación es una actividad que realizan cadenas de supermercados con otras organizaciones agrarias que han firmado convenios”.

Esas importaciones, solo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, alcanzaron en 2019 las 24 toneladas y media, muy lejos de ese hipercargamento de 432 toneladas que de un solo golpe iba a inundar el mercado canario justo momentos antes de recoger la cosecha de la papa de la tierra. Las importaciones, siempre en la provincia occidental y de papa de consumo, a lo largo de 2019 procedían de Israel (1.458.400 kilos), Reino Unido (22.374.299 kilos), Dinamarca (291.540 kilos), Marruecos (250.000 kilos) y Chipre (50.000 kilos), de acuerdo a los datos facilitados por la Dependencia de Agricultura y Pesca de la Subdelegación.

Lo cierto es que la importación de papa de consumo (también se importa papa de siembra, aunque en 2019 se redujo a 1.407.100 kilos de las Islas Británicas y otros 400.000 kilos de Dinamarca) suele producirse por estas fechas, previa a la recolección de la papa canaria, y la pauta normal es que proceda del Reino Unido, ya que las del resto de países de origen suelen ser partidas extraordinarias.

Al respecto del destino de esas 432 toneladas de papas de Israel con tierra adherida, cuyo expediente de reexpedición se cerró este misma semana, según ha podido saber este diario fue remitido a un puerto mediterráneo, pero el cargamento puede haber sido revendido o destinado a otros mercados en plena alta mar. La jefa de Dependencia explica el procedimiento: “La comercializadora a nivel mundial con la que la importadora cerró la operación es PanEuropean Potatoes (PEP). Solo tenemos documentada la salida a 16 contenedores. El cargamento se montó en un barco e iba hacia tal puerto, pero puede haber se quedado ahí o cambiado de destino en alta mar, según la operación que haya hecho PEP”.

La responsabilidad de la Administración del Estado español, en estos casos en que no se cumple con la normativa fitosanitaria, pasa por tres opciones dentro de los expedientes de rechazo: la destrucción de la partida, su reexpedición, como ha sido el caso de las israelíes de Ángela Delgado, o su tratamiento. La refrigeración de la papa dentro de los contenedoras permite la reexpedición al país de origen (si se remitiera directamente a otro país, sería un proceso mucho más complicado desde el punto de vista burocrático con el beneplácito de esos países).

En otros casos, con productos vegetales más perecederos, se procede a su destrucción. Este mes, por ejemplo, se han producido ya 16 rechazos totales y 3 parciales. La mayoría de esos productos se deben destruir, como por ejemplo un palé de puerros que ya no sirven para acabar en las estanterías de los supermercados.

Tal y como había anunciado la propia Ángela Delgado, un segundo cargamento de seis contenedores de papa importada de Israel ha entrado ya en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, pasando los controles fitosanitarios.

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