Sobre dietas de unos y otros

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Hace unos días, por causas médicas, que no vienen al caso, he tenido que trasladarme a Tenerife a una determinada consulta médica, como por desgracia tiene que hacer todo hijo de vecino que resida en La Palma, dadas las carencias crónicas que padecemos en la isla de numerosas especialidades, pero para eso hay mucha gente más cualificada para opinar que un servidor.

Lo que quiero manifestar en estas cuatro letras mal redactadas es que me llevé una desagradable sorpresa cuando a la hora de rellenar toda la documentación requerida para la compensación generosa que nos concede el Gobierno de Canarias para que nos sea menos gravosa esa manifiesta carencia de médicos (y así ni chistar), es que pensaba (ingenuo de mí) que tenía derecho entre los gastos a compensar, además de los billetes de avión y demás gastos de movilidad, a una pequeña dieta, tanto para el paciente como para el acompañante si fuese prescrito.

Mi sorpresa tremenda, que me dejó aún más 'alelao' de lo que ya soy, es que esa dieta solo se abona en caso de pernoctar en el lugar de la cita médica. ¿O sea, que un enfermo que tiene que acudir al hospital fuera de su isla (típico de las islas menores), y tenga que estar hasta la tarde, no tiene derecho a cobrar esa dieta? ¿Y la comida? Supongamos que haya ido desayunado de casa, que ya es mucho suponer. Resulta que estamos fuera de nuestra casa hasta las 9 de la noche, ¿y nada de dieta? Un respeto, por favor, señorías. Por cierto, la dieta en cuestión para todo el día es de 37 euros.

Aquí es donde entra en juego el distinto rasero de sus señorías, los señores diputados del Parlamento de Canarias, y esta crítica va dirigida fundamentalmente a los diputados de La Palma, de todo color político, pues unos están ahora y antes estuvieron otros (conozco varios diputados de las tres fuerzas políticas). 

Resulta que la Mesa del Parlamento de Canarias acordó el pasado 9 de julio subir las dietas y los sueldos de los diputados y diputadas de la Cámara (que, por cierto, no seré yo quien critique que los políticos tengan un sueldo adecuado a sus responsabilidades), lo que sí me parece injusto es que entre sus retribuciones, publicadas el pasado 17 de julio en el Boletín Oficial del Parlamento, en el concepto de dietas, sus señorías se fijan unas cantidades, no superiores a las de los ciudadanos de a pie, que si vamos no es por placer, sino infinitamente superiores a las de los almeros en general. Ahí van:

 3.º Indemnizaciones a diputados y a diputadas no acogidos al régimen dedicación exclusiva a las tareas parlamentarias:

 a) Para afrontar los gastos de alojamiento y manutención con ocasión de su concurrencia a reuniones o sesiones de los órganos de la Cámara, los diputados y las diputadas no acogidos al régimen dedicación exclusiva a las tareas parlamentarias percibirán una indemnización de carácter único y exclusivo: Isla de Tenerife, 100 euros; resto de islas: 180 euros. 

 b) Por la concurrencia a cada una de las reuniones y sesiones de los órganos de la Cámara convocadas a las que asistan, percibirán una indemnización de carácter único y exclusivo, compatible con las del apartado a) anterior: Isla de Tenerife, 100 euros; resto de islas, 180 euros.

Resumiendo: dietas para los palmeros/as si se quedan a dormir en Tenerife, 37 euros, y si no pernoctan, cero euritos.

Dietas para sus señorías: si pernoctan, al menos 360 euros. Si no pernoctan, 180 euros.

Un poco de 'por favor', señorías, no se olviden de que fueron elegidos para tratar de mejorar la vida de sus paisanos, no solo la suya propia. Espero que sea revisado lo antedicho.

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