La llegada de fuertes lluvias preocupa a las autoridades que monitorizan el volcán en La Palma
Los expertos tienen la mirada puesta en las fuertes lluvias que se anuncian desde este jueves en La Palma, donde se esperan 60 litros por metro cuadrado en doce horas y hasta 15 litros en una hora. El agua puede arrastrar cenizas, pero sobre todo el peligro viene por las escorrentías, por lo que el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) pide a la ciudadanía que se aleje de vaguadas, laderas inestables y pendientes. Estas lluvias fuertes que se esperan para el viernes irán precedidas el jueves por precipitaciones que en este caso afectarán a la vertiente este de la isla, la contraria a la de la erupción.
En este sentido, a Dirección General de Seguridad y Emergencias, en base a la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y de otras fuentes disponibles, ha declarado la prealerta por lluvias en Canarias para este jueves, desde las 09:00 horas (hora local).
En todo caso, los portavoces del comité científico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende y Carmen López, han descartado que pueda haber problemas para la salud de las personas por interacciones de los gases que produce la erupción y el agua de las lluvias.
Las medidas de protección civil ante estas precipitaciones se especificarán mañana, pero Morcuende ha adelantado que es muy probable que se limite el acceso a la zona evacuada de Las Manchas o La Bombilla, donde ya se producen restricciones habituales por la baja calidad del aire, las últimas esta misma mañana.
Por otro lado, el nuevo delta lávico que se está formando desde hace dos días en el norte de las coladas de magma que emanan del volcán ha extendido en cinco hectáreas sobre el mar la superficie de la isla, y alcanza hasta 350 metros de distancia de la línea de costa.
A esta nueva superficie insular se suma la del otro delta lávico formado al sur de las coladas, que ocupa otras 43,46 hectáreas sobre el océano, según los datos facilitados por el portavoz del comité técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende.
La calidad del aire en el conjunto de la isla es buena o razonablemente buena, salvo episodios puntuales, tanto en presencia de dióxido de azufre como de partículas inferiores a 10 micras, con la excepción de las mediciones de partículas realizadas en la estación de la Grama, en Breña Alta, donde se han superado los umbrales diarios hasta niveles desfavorables.
La afección de cenizas a Breña Alta, como a Breña Baja y a Santa Cruz de La Palma, municipios situados al este de La Palma, se corresponde con el régimen de vientos de poniente que afecta a la isla desde el sábado y que mantiene desde ese día inoperativo el aeropuerto de la isla. La previsión para las próximas horas es la misma, de manera que la nube de cenizas seguirá perjudicando la operatividad aérea, según la previsión meteorológica.
Los indicadores de la erupción volcánica se mantienen estables, de modo que la sismicidad intermedia sigue baja, la sismicidad profunda se mantiene intensa, aunque con valores ligeramente inferiores a días anteriores, el tremor está a nivel bajo, las deformaciones del terreno estables y las emisiones de dióxido de carbono en el penacho continúan con la tendencia descendente, con mediciones de entre 1.300 y 18.000 toneladas diarias.
Lo que no cesa es el flujo de lava, que ha ocupado en el último día otras quince hectáreas de terreno, sobre todo en los frentes de colada cuatro y siete, al norte de la erupción.
La superficie total afectada por la lava es de 1.088,84 hectáreas y las edificaciones afectadas, según los satélites Copernicus, son 2.798, de las que 2.675 han sido destruidas.
También hay cubiertas 335,51 hectáreas de cultivo, de las cuales 206,2 hectáreas son de plataneras, 60 de viñas y 26,4 de aguacates, a los que se podrían sumar otras 90 hectáreas de plataneras que han quedado aisladas por la lava y que por tanto se dan por perdidas por la imposibilidad de acceso.
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