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La consignataria comienza a devolver a los polizones senegaleses del Pegasus, pese a su voluntad de pedir asilo

Uno de los polizones siendo conducido por vigilantes de seguridad privada a la miniguagua que lo trasladó al aeropuerto

Efe

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La consignataria Stier ha comenzado este lunes a repatriar a los ocho jóvenes senegaleses que llegaron el 5 de julio al puerto de Las Palmas de Gran Canaria como polizones del buque Pegasus, a pesar de que varios han manifestado que no quieren regresar y que quieren protección internacional. Sobre las 14.00 horas, una representante de Stier acudió al centro donde esos ocho jóvenes han estado alojados bajo responsabilidad de la consignataria del barco en el que llegaron, en un régimen de retención que solo les permitía ir de la habitación al comedor o al baño, según han contado trabajadoras del centro.

Media hora después, cuatro de ellos eran conducidos por vigilantes de seguridad privada a la miniguagua que los iba a transportar al aeropuerto, en una operación supervisada -sin intervenir- por seis agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

Una representante de la consignataria ha señalado durante los preparativos del traslado que los llevan “a su casa”, a Senegal. Preguntada sobre qué harían si los chicos no se quieren subir voluntariamente al avión, ya que sus compañeros manifiestan que no se quieren ir, ha respondido: “Espero que impere la cordura”. Los cuatro hombres conducidos al aeropuerto para que embarquen hacia Senegal son Babacar S., Khadin D., Abdoulaye N. y Fallou G.

El secretario de la Federación de Asociaciones Africanas de Canarias, Teodoro Bondyale, ha expresado su preocupación por el trato que reciben los jóvenes africanos que llegan a Canarias como polizones, sujetos a un régimen legal diferente a los que son rescatados en el mar o desembarcan de una patera, ya que no se les considera formalmente inmigrantes.

Las trabajadoras del centro han señalado que los ocho han tenido un comportamiento ejemplar desde que llegaron y que les consta que al menos cuatro quieren pedir protección internacional. Respecto a los otros cuatro, los trasladados al aeropuerto, creen que pudieron firmar algún tipo de consentimiento sin comprender lo que aceptaban.

Los cuatro accedieron a hablar, pero la seguridad privada no lo permitió. Sus compañeros también se mostraron dispuestos a hacerlo, pero ocurrió lo mismo. Solo tuvieron tiempo de corroborar que ninguno quiere regresar voluntariamente a Senegal.

Estos ocho jóvenes -y un menor de edad- llegaron al puerto de Las Palmas de Gran Canaria el 5 de julio como polizones en un buque vacío, el Pegasus, que venía arrastrado desde Dakar por el remolcador Kingston.

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