Al décimo día, la lava cayó por fin al mar en la costa oeste de La Palma tras precipitarse por un acantilado de unos 100 metros de alto. Al día siguiente ya se ha formado un delta de lava de unos 500 metros de ancho y 40 de alto que sigue creciendo por la llegada constante de más lava descendida en coladas desde Cumbre Vieja. La enorme nube de gases que provoca el contacto de la lava con el agua ha obligado a confinar a las poblaciones cercanas de Marina Alta, Marina Baja, La Condesa y San Borondón.