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Incendio en Tenerife
El Cabildo de Tenerife pide una base de hidroaviones pese a que expertos aconsejan helicópteros y más prevención

Hidroaviones en Los Rodeos, Tenerife, para intervenir en el incendio forestal declarado el pasado 15 de agosto

Canarias Ahora

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La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, de Coalición Canaria, ha reclamado este jueves la instalación de una base permanente de hidroaviones en Canarias, una petición recurrente cada vez que se produce un incendio grave en las Islas pero que, sin embargo, no cuenta con el respaldo unánime de voces expertas en la materia.

“Hoy estará en Tenerife la ministra de Defensa [Margarita Robles], que va a poder visitar la zona afectada”, ha dicho la presidenta insular. “Esto nos permite hacer una reflexión sobre la necesidad de que Canarias tenga una base permanente de hidroaviones. Creemos que no hay que darle ni una hora de ventaja al incendio y entendemos que nueve horas de desplazamiento es excesivo. Después de este incendio terrible, y de los que lo antecedieron, creo que ya no se cuestiona que Canarias necesita una base permanente de hidroaviones. Así lo trasladaremos formalmente al Gobierno de España, y durante el día de hoy, a la ministra de Defensa”, señaló Dávila.

Preguntada por esta cuestión, Robles ha eludido posicionarse sobre la petición, pero sí ha dejado la puerta abierta a “mejorar” en los servicios de extinción de la isla. Robles, que ha recorrido las zonas afectadas para evaluar los daños del incendio forestal y agradecer el trabajo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), ha destacado que desde el Ministerio se está “siempre mejorando” y tratar de “hacer lo mejor posible”.

Hidroaviones: qué dicen los expertos

Canarias no cuenta con ninguna base de hidroaviones, por lo que, cuando se requiere su intervención para combatir un incendio, hay que solicitarla al Ministerio de Transición Ecológica, pertrechar las naves necesarias y que estén disponibles y que estas emprendan el vuelo hacia las islas desde el lugar en el que se encuentren. Para el incendio de este agosto se desplazaron hasta cinco botijos del Grupo 43 (como les llaman cariñosamente sus compañeros del Ministerio de Defensa) desde bases en Málaga y Torrejón.

Estas naves tiene que realizar la carga en las aguas tranquilas de una zona portuaria, no en mar abierto para evitar el oleaje, por lo que sea donde sea el incendio, deben volar después hasta un puerto de considerable tamaño para poder realizar el vuelo rasante, ya que en las islas no hay lagos ni embalses. En el verano de 2022, con un incendio en Los Realejos, los hidroaviones tenían que cruzar la isla y regresar cada vez al puerto de Santa Cruz de Tenerife para retomar agua del puerto, una imagen similar a la vista este agosto, con los botijos cayendo sobre Santa Cruz para volver al monte a realizar sus descargas cada 15 minutos aproximadamente.

No es el caso de los helicópteros. Estos pueden realizar cargas de agua en fincas cercanas, embalses de pequeño tamaño, balsas de agua e incluso piscinas privadas si es necesario, con lo que la frecuencia de descarga, aunque de menor tamaño, es más alta.

En la actualidad las Islas cuentan con seis helicópteros del Grupo de Emergencias y Salvamento de Canarias (GES), dos por cada una de las islas de Tenerife, Gran Canaria y La Palma, más los de uso polivalente.

Estas naves tienen la ventaja de poder aproximarse a laderas escarpadas y lugares más inaccesibles que los hidroaviones, que solo pueden hacer pasadas evitando la orografía, muy acusada en las islas.

Los hidroaviones, por tanto, son medios idóneos para controlar fuegos en terrenos llanos y en crestas, donde pueden bajar y remontar el vuelo sin montañas o laderas cerca. No es el caso de Canarias, donde una de sus principales características es su importante relieve. Esta es precisamente una de las razones para preferir el uso de helicópteros al de hidroaviones.

Para el director de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, quien destacó en su papel contra el incendio que asoló la isla redonda en 2019 y que se unió al equipo de coordinación de las labores de extinción del fuego en Tenerife este agosto, aunque es positivo tener hidroaviones en la región “porque es un medio que llega relativamente rápido”, no son la mejor opción para este archipiélago. “Son muy caros y poco eficientes a media ladera. Con el precio de 1 tendríamos 8 helicópteros”, declaró en sus redes sociales el pasado mes de julio, antes de declararse el incendio en Arafo. Además, indicó que en el incendio en Inagua en 2020 “el agua no llega al suelo”. Esto se debe a que los hidroaviones realizan la descarga a mayor altura y velocidad que los helicópteros, con lo que parte de esta se pierde en el camino, máxime cuando las temperaturas son muy altas porque hacen que esta se evapore sin llegar a tocar el suelo.

De hecho, este fue uno de los problemas encontrados en el incendio de Arafo en su fase más virulenta: el agua no llegaba al suelo. Así lo explicó la alcaldesa de Candelaria, el segundo de los 12 municipios en ser afectado por el fuego en las primeras horas del incendio. María Concepción Brito calificó entonces la situación de “muy grave y complicada” ya que la potencia de las llamas en algunas zonas era tal que los medios aéreos no podían actuar porque “el agua se evapora con las llamas”.

Este incendio de Arafo generó incluso una meteorología propia, lo que dificultó sobremanera su control en los primeros días. Los expertos lo consideraron entonces de “sexta generación” debido a su “gran intensidad y por ser altamente destructivo”, además de “liberar una gran cantidad de energía” con formación de “pirocúmulos” o nubes que se producen por el calor provocado por el fuego. No solo la convección propia del incendio impedía las labores de extinción, sino también las temperaturas que se alcanzaban esos días. Expertos señalaron entonces que en el núcleo del fuego la temperatura podía subir hasta los 800ºC , lo que provocaba que el agua que descargaban los hidroaviones se evaporase antes de llegar a tocar el suelo.

Estas naves realizaron cientos de descargas, con toneladas de agua de mar arrojada sobre las llamas, hasta que finalmente, junto al trabajo de los helicópteros y equipos terrestres, se ha conseguido estabilizar el fuego, que no extinguirlo, algo que podría tardar meses en lograrse.

En esta fase, los hidroaviones ya se han retirado y regresado a la Península tras recibir el agradecimiento de decenas de tinerfeños junto al puerto de la capital.

Helicópteros o hidroaviones

El incendio en la cumbre de Gran Canaria de 2019 reabrió en su día el debate, con cerca de 200.000 firmas en Change.org a favor de la petición y una pregunta registrada en el Senado que demandaba conocer por qué no existe ya un destacamento aéreo de hidroaviones en las Islas.

Pero antes incluso, en 2018, el Gobierno canario realizó otra petición: una base permanente de helicópteros modelo Kamov, que tiene una capacidad de carga de 4.500 litros de agua y son muy valorados en la extinción de incendios por su maniobrabilidad y potencia y su capacidad de descarga. En Arafo este verano ha actuado uno de este tipo llegado desde su base en Huesca (Aragón), cedido por el Ministerio de Transición Ecológica.

La conclusión es que los helicópteros son más baratos, más adecuados para la orografía isleña y pueden ofrecer una frecuencia de descarga más alta que los hidroaviones. Los Kamov, concretamente, ofrecen también una gran capacidad de carga de agua.

Sin embargo, los medios se utilizan una vez declarado el fuego, por lo que lo principal será conseguir que este no se produzca o que, una vez activo, su impacto sea mínimo. Para ello lo principal es invertir en prevención y vigilancia.

Además, las descargas de agua salada desde los hidroaviones dañan a la tierra, aunque no es irreversible. Si, además, se le añaden productos químicos, como retardantes o espumójenos [que se han utilizado en el incendio de Arafo], este agua puede impedir que germinen semillas en la tierra, según un estudio del CSIC publicado en 2012.

El ingeniero forestal Ferrán Dalmau explicó a este periódico que aunque se instalara una base de hidroaviones en cada Isla “seguirían produciéndose los mismos incendios”, porque el problema principal radica en la gestión del paisaje.

El director de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Manuel Amador, opina que “todo el dinero que se invirtiera en un destacamento se debería destinar a moldear el paisaje o sustituir vegetación muy tendente a quemarse por otra que fuera más adaptable a las condiciones del fuego”.

Expertos piden un cambio de modelo hacia un paisaje 'mosaico'

Este mismo miércoles, más de 5.000 profesionales de las Islas de las ramas de la ingeniería forestal, la ingeniería agrícola, veterinaria, la agricultura y la ganadería, reunidos en Profor Canarias, advirtieron en un manifiesto de que el archipiélago “es un polvorín” expuesto a megaincendios forestales que pueden desencadenarse simultáneamente en varias islas y que, por ello, “lo peor está por llegar”. “No es cuestión de más aviones y helicópteros, sino de un cambio más profundo” que pase por “un nuevo modelo territorial que cuide la biodiversidad”, señalaron estos profesionales.

“Lo que de verdad se necesita es contar con paisajes en los que se puedan apagar los incendios, añadiendo que el modelo de paisaje que se puede apagar es el paisaje mosaico”, en el que se intercalan “diferentes usos del suelo y que, fundamentalmente, supone un nuevo modelo territorial en el que las acumulaciones de combustible disponible para arder están limitadas”.

En este modelo, señala el manifiesto, los usos agrícolas y la ganadería extensiva juegan un papel fundamental, por lo que es “crucial” que se mantenga y recupere la agricultura de medianías y la ganadería extensiva.

“Son actividades necesarias para mantener un paisaje resiliente que permita preservar toda su funcionalidad incluyendo la biodiversidad. Por eso hablamos de construir en las islas un paisaje mosaico regenerativo”, señalan los profesionales.

La experiencia de Gran Canaria: desde quemas prescritas a burros 'bombero'

Expertos de todas las islas se reunieron el pasado abril en Gran Canaria para participar en unas jornadas técnicas sobre el pastoreo prescrito para la prevención de grandes incendios forestales. En ellas se expuso la experiencia del programa Gran Canaria Mosaico, la estrategia de prevención de grandes incendios forestales impulsada por el Cabildo insular que promueve la recuperación de paisajes diversos, habitados y con menor riesgo basados en actividades agrícolas, ganaderas y forestales.

En la cita se expuso que el pastoreo prescrito desempeña un papel importante en la gestión del paisaje con beneficios ambientales como la reducción del combustible del sotobosque y la gestión y prevención de incendios forestales, la conservación de la biodiversidad, la mejora del suelo o el control de especies exóticas invasoras, entre otros.

El programa del Cabildo grancanario contempla medidas como la adjudicación de superficies de pastoreo en montes públicos y barrancos, un proyecto con el que se remunera económicamente a los pastores por el servicio de prevención de incendios forestales. Más de 8.000 cabras y ovejas complementan el servicio de prevención de incendios de la isla: son ovejas, cabras, vacas y burros bombero que realizan labores de prevención de incendios. En el año 2022, un total de 41 pastores participaron en el proyecto en Gran Canaria. 

Entre las conclusiones expuestas en estas jornadas destacó que los grandes incendios forestales se mueven muy rápido por bosques y matorrales extensos y homogéneos, pero cada vez que el incendio encuentra una zona pastoreada, un campo de cultivo o una vegetación diferente, tiene que cambiar de comportamiento. Eso lo frena o lo ralentiza, dando una oportunidad a los servicios de extinción para poder sofocarlo.

El Rosario toma la iniciativa

Este mismo jueves, día en que la presidenta de Tenerife ha insistido en pedir hidroaviones, el municipio de El Rosario, otro de los afectados por el fuego este agosto en Tenerife, ha tomado la iniciativa para prevenir otra catástrofe en su territorio y ha propuesto que los pastores del municipio, de forma coordinada con las concejalías de Transición Ecológica y Sector Primario, puedan ejercer labores de pastoreo en zonas cercanas al monte y barrancos.

A través de esta fórmula complementaria a los trabajos de prevención que realiza el área de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife se potenciarían las labores de conservación del monte y se realizarían cortafuegos naturales originados mediante el pasto de los rebaños, indica el Ayuntamiento.

Asimismo, el consistorio señala que se trata de una medida que ayuda a incentivar el mantenimiento del sector caprino y bovino.

El alcalde, Escolástico Gil, también plantea al Cabildo de Tenerife que el personal adscrito a próximos proyectos insulares de empleo pueda intervenir en la limpieza de solares abandonados en zonas de interfase en los que no sea posible localizar a sus propietarios o no puedan hacer frente a su conservación, algo que para las arcas municipales es inviable.

“Solo en lo que llevamos de año se han iniciado más de 25 expedientes para ordenar la limpieza de solares y proceder a la ejecución subsidiaria si no se hace”, explica Gil.

Por ello, el primer edil firmó un nuevo bando municipal en el que reitera la conservación y limpieza de parcelas y solares de El Rosario, con especial incidencia de aquellas propiedades en deficiente estado de conservación ubicadas en las calles Vista La Huerta, La Montañeta, Las Erillas y Peñafiel, próximas a zonas como El Aceviñal, que no ardió pero se mantuvo en peligro durante buena parte del pasado incendio forestal.

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