La fiscala pide que se condene por asesinato a la autora del crimen de Arinaga

Arantxa A.M. (i), de 26 años, autora confesa del asesinato del hombre que fue encontrado apuñalado en una casa de Arinaga en julio de 2013, y la procesada Tania D.S. (d), una joven que inició un escarceo con la principal inculpada

La fiscala ha pedido este martes al tribunal de jurado de la Audiencia de Las Palmas que considere culpable de asesinato a la joven Arantxa M.A., quien mató en 2013 a su pareja Jordi B.P., de una cuchillada en el corazón “limpia y sin tanteo”, cuando estaba “relajado en la cama”.

En la sexta y última día del juicio celebrado contra Arantxa M.A. y su amiga Tania D.S., que fue exculpada por las acusaciones del delito de encubridora del crimen, ocurrido en julio de 2013 en la casa donde vivía la pareja en Arinaga, en Gran Canaria, la fiscal ha dicho en su informe que el ataque de la procesada fue “imprevisto”, pues no hay signos de defensa en el fallecido, y que “sabía lo que hacía”, por lo que se merece una condena de 19 años de prisión.

La fiscal Teseida García ha rechazado que Aratxa M.A. actuara en legítima defensa, como sostiene su letrado, que propone una condena de cinco años de prisión para la acusada, quien no ha hecho uso de su derecho a la última palabra y ha optado de nuevo por mantener silencio, pues no contestó a las preguntas cuando fue interrogada por la acusación.

Según la fiscal, no existe prueba objetiva de agresión ilegítima por parte de la víctima, a la que Arantxa M.A. mató porque “así lo quiso” la acusada, sobre la que sí aprecia el atenuante de confesión.

De acuerdo con el Ministerio Público, la acusada tuvo la intención de matar a su pareja porque la herida que le causó fue en el corazón, un órgano vital.

La fiscal considera además que Arantxa M.A. cometió el crimen en plenas facultades mentales, aunque reconoce que sufría una trastorno límite de personalidad.

García ha añadido que el único delito de la víctima fue enamorarse de ella y “consentir a su princesa”, por lo que la procesada, que siempre estuvo protegida por su familia, debe responder por primera vez de sus actos y no con una pena de 5 años, sino con la que corresponde a un “hecho tan atroz”.

El abogado de la acusación particular, José Mario López, ha respaldado el informe de la fiscal y ha recalcado que la procesada no padece ninguna enfermedad mental y que la muerte de su pareja fue un asesinato, si bien no cree en su confesión, por lo que solicita una condena de 20 años de cárcel, sin atenuante alguna.

“Arantxa quiso matarlo y lo consiguió y Jordi no tuvo tiempo para defenderse”, ha sostenido López, quien además ha dicho que en el juicio se ha intentado “desprestigiar” a la víctima, cuando era un “pedazo de pan”.

La defensa ejercida por Daniel Montesdeoca ha manifestado que la acusada no solo confesó los hechos, sino que ella y su familia colaboraron en todo momento en la instrucción, sobre la que ha censurado la actuación “infame” de la Guardia Civil por no incorporar a la causa mensajes de Whatsapp que la favorecían y por tergiversar conversaciones de forma “escandalosa”, que hacían pensar que hasta planeó el asesinato.

Montesdeoca ha afirmado que está acreditado que la acusada sufría una enfermedad mental y que la teoría del crimen de las acusaciones es “ilógica e irreal”, como así lo expuso en el juicio el doctor Villanueva, “figura mundial en medicina forense”.

Este experto descartó que la víctima estuviera acostado o dormido y expuso que no hay signos de defensa cuando “las agresiones ocurren con protagonistas frente a frente, en distancias cortas”, por lo que la agresión se pudo producir de pie o incorporado, ha señalado el abogado defensor.

Ha apuntado que las manchas de sangre del crimen son incompatibles con la teoría de las acusaciones y que la hipótesis más real es que la agresión se produjo a los pies de la cama o en una zona próxima, y ha añadido que los testigos coinciden en que hubo forcejeo entre la pareja, algo que descartan las acusaciones.

Montesteoca ha insistido en que la víctima llevó a Arantxa al límite de sus posibilidades y que su única salida para repeler la acción de Jordi fue matarle, y ha advertido al tribunal que se ha intentado confundir sobre el estado mental de la acusada.

“No es normal estar en una casa con un cadáver 20 días, recibir visitas y mantener relaciones sexuales”, ha expuesto el abogado, que ha situado el origen de los hechos en la relación de la pareja y en el trastorno paranoide que sufría la víctima, que llevó a la acusada a no querer mantener más relaciones sexuales con él.

El abogado de Arantxa ha concluido que los elementos acusatorios no están acreditados perfectamente para una condena como la que piden la fiscal y la acusación particular.

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