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“El PP ha abierto una brecha social que es urgente que empecemos a coser”

Eva Díaz Tezanos, secretaria general del PSC-PSOE y candidata a la Presidencia de Cantabria.

Rubén Vivar

Eva Díaz Tezanos (Puente San Miguel, 12 de junio de 1964) está convencida de que una amplia mayoría de los cántabros votarán el próximo 24 de mayo por el cambio. El balance de legislatura de quien prometió acabar con el paro en cien días no puede ser peor, afirma. “Tenemos 9.500 parados más y se han destruido 14.300 empleos”. A la cuenta de resultados de Ignacio Diego, añade los recortes en los servicios públicos, el empobrecimiento de los ciudadanos y la “privatización” de Valdecilla. “Es necesario un cambio radical de políticas. Y ese cambio solamente puede venir de la mano de los socialistas”, sostiene. 

¿Qué balance hace de la campaña electoral?

Positivo. Han sido 15 días que se suman a una precampaña intensa y, sobre todo, a unos meses e incluso diría que años, desde que soy secretaria general, en los cuales he tenido la oportunidad de recorrer toda Cantabria. La campaña electoral ha sido la culminación, la oportunidad de ofrecer a los ciudadanos un proyecto realista, con los pies en la tierra, y con medidas concretas para abordar los dos principales problemas que tienen los ciudadanos, que son el empleo y el bienestar social.

He percibido la receptividad de la gente a las propuestas que hace el Partido Socialista y, sobre todo, porque ha sido una campaña muy cercana, no de grandes mítines sino de estar muy a pie de calle.

¿Qué expectativas tiene el Partido Socialista en estas elecciones?

Todas. Las encuestas coinciden en que está todo muy abierto; hay todavía un número de indecisos importante y, por tanto, no me atrevería a predecir lo que pueden decidir los ciudadanos. Creo que hemos hecho los deberes en los últimos cuatro años, hemos renovado un proyecto político, contando con los ciudadanos y los colectivos, y también hemos renovado nuestras listas municipales y la candidatura autonómica. El Partido Socialista sale fuerte, unido y a por todas. Estamos convencidos de que el cambio real y posible en Cantabria solamente va a venir de los socialistas.

¿Da por seguro que no habrá ningún partido que obtenga mayoría absoluta?

Totalmente. Si algo está claro es que hay una pulsión de cambio en la calle, y nosotros estamos trabajando para que ese cambio se canalice hacia nuestro proyecto.

Las mayorías absolutas se han acabado. Se ha acabado la política de la imposición y confrontación que es la que representa Ignacio Diego. Esa es la vieja política, la política caduca, y lo que se impone es un nuevo tiempo de negociación, de diálogo y de pacto, en el que yo me encuentro capacitada para poder liderar.

¿Cuáles son las líneas rojas o las pautas del Partido Socialista para llegar a un acuerdo de Gobierno con otras formaciones?

Desde luego nosotros no vamos a pactar con todos aquellos que han destruido y desmantelado lo que habíamos construido nosotros. No vamos a pactar con los que han quitado derechos laborales, ni con los que han recortado la educación o han privatizado nuestro hospital. A partir de ese momento, tenemos un proyecto político que tiene claras cuáles son las prioridades, que, como ya he dicho, son el empleo y volver en pie el Estado de Bienestar. En ese sentido, hablaremos con quienes coincidan con las aspiraciones que tenemos los socialistas.

Con la entrada de nuevas formaciones en el Parlamento, que también parece que será seguro, ¿teme o cree que exista alguna posibilidad de que se repita lo que está sucediendo hasta ahora en Andalucía, donde de momento no ha sido posible formar Gobierno?

Para los socialistas las elecciones autonómicas y municipales son fundamentales porque son básicas para resolver los problemas que actualmente tienen los ciudadanos, mientras que estas formaciones políticas que acaban de llegar consideran estos comicios como una estación de paso para las elecciones generales, que es el objetivo que tienen sus líderes nacionales.

Además, creo que hemos asistido a cómo no son capaces de dar estabilidad y gobernabilidad en una comunidad autónoma como Andalucía, que en estos momentos no tiene un gobierno por tactismo político y por intereses partidistas que nada tienen que ver con los intereses de los ciudadanos.

Decía Miguél Ángel Revilla en una entrevista en eldiario.es que usted “no es buena, es buenísima” y que, además, le gustaría tenerla en su partido. ¿Qué opinión tiene usted del líder del PRC?   

A nivel personal, procuro tener una relación cordial con todos los líderes de las distintas formaciones políticas. Yo aprecio a Miguel Ángel Revilla porque compartí con él un Gobierno que creo fue positivo para los ciudadanos.

No obstante, tuvo su tiempo, tuvo su momento, han pasado doce años, y como él mismo decía, le pilla mayor, cansado, y creo que en estos momentos Cantabria necesita una presidenta con una dedicación al 100%, con toda la fuerza y energía para sacar a esta región del agujero en el que le ha metido el Partido Popular.

Agradezco esa valoración pero creo que su tiempo ya ha pasado, y que se necesita una presidenta reivindicativa y, desde luego, que esté en Cantabria dedicada a los problemas de los cántabros.

¿Llamará a Ignacio Diego si gana las elecciones?

No tengo problema en levantar el teléfono y felicitar a aquel que tenga los mejores resultados. No obstante, espero que sea al revés, que el actual presidente en funciones me tenga que felicitar a mí, aunque ahí sí que dudo que tenga la capacidad de hacerlo.

Hay que acabar con la descalificación y el insulto que Diego ha instaurado en esta Comunidad Autónoma en estos cuatro años, y volver al diálogo y a la normalidad institucional.

¿Daría el aprobado a alguno de los consejeros del actual Gobierno?

No, no puedo. Me hubiera encantado decir que el balance ha sido positivo pero es difícil cuando uno sale a la calle y ve la situación que están atravesando los cántabros, esos más de 51.000 parados, que no cobran prestación la mitad de ellos; cuando vemos que hay 150.000 personas al borde la pobreza y la exclusión social; cuando hay 20.000 niños que pasan hambre porque el presidente de Cantabria decidió que había que recortar las becas de comedor… Es muy difícil. Si el presidente saliera un ratito, no todo el día porque sabemos que no tiene capacidad para hacerlo, por cualquier calle o plaza, se daría de cuanto del sufrimiento, pobreza y desesperanza que ha traído a los ciudadanos. Por lo tanto, el balance ha sido muy negativo; ha sido una legislatura perdida en la que Cantabria está peor. El PP ha abierto una brecha social en nuestra región que es urgente que empezamos a coser inmediatamente.  

Sin embargo, los datos del PP son bien distintos. Ignacio Diego destaca que hay menos parados que cuando él llegó al Gobierno y dice, además, que Cantabria es líder a nivel nacional en la reducción del desempleo. También señala que el PIB de la región lleva 18 meses consecutivos creciendo.

El presidente del PP llegó al Gobierno prometiendo que iba a acabar con el paro en 100 días y lo que nos encontramos es que hoy, según la última EPA, tenemos 9.500 parados más y se han destruido  14.300 empleos en esta legislatura. El balance de Diego es que ha destruido cada día de esta legislatura once empleos. Y además de eso, el poco empleo que se puede crear es producto de una reforma laboral que en este país solo ha traído pérdida de derechos laborales.

En cuanto al PIB hemos perdido 1.000 millones de euros de riqueza, lo cual quiere decir que Cantabria es más pobre.

Estamos ya hartos de mentiras, de toda esa campaña de propaganda mediática del presidente, porque los ciudadanos no perciben en absoluto esa recuperación de la que él habla. Solamente será posible la recuperación económica si hay una recuperación social. Y la solución es un cambio radical de políticas respecto a la austeridad a ultranza del PP.     

Hablemos de futuro. ¿Qué propuestas tienen los socialistas para crear nuevos puestos de trabajo?

Lo primero que tenemos que hacer es volver a recuperar el diálogo con todos los agentes sociales y económicos; hay que definir un pacto político y social en torno por dónde debe de ir nuestra Comunidad Autónoma en el futuro. Yo tengo claro que los ejes son las energías renovables, la investigación y el desarrollo, la biotecnología y la apuesta por lo público no solamente como prestador de servicios sino también como motor de creación de empleo. Convertir también a nuestra comunidad en un gran centro logístico, porque estamos estratégicamente situados. Es decir, en todo aquello en lo que Cantabria tiene fortalezas.

Para los socialistas es urgente crear nuevos puestos de trabajo, y por eso nos hemos comprometido a dedicar el 2% del presupuesto regional a políticas activas de empleo. Y fundamentalmente en tres colectivos: los parados de más de 45 años de larga duración, los jóvenes y las mujeres.

Para poner en marcha esos planes específicos de empleo y reconstruir el Estado de Bienestar, entiendo que harán falta más recursos públicos. ¿Cómo se van a obtener?

Una de las primeras medidas que tiene que hacer el nuevo Gobierno es reestructurar y renegociar todos los préstamos para liberar 160 millones de euros adicionales al presupuesto.

Además de eso tenemos que cambiar la política fiscal, para que paguen más quienes más tienen, quienes más ganan y quienes más heredan. Las políticas del PP están beneficiando a las grandes rentas, no a los que peor lo están pasando. Por lo tanto, una de las cosas que haremos es recuperar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones para las grandes herencias, así como darle más progresividad al impuesto de patrimonio.

En este momento no es entendible que quienes más tienen no tengan que tributar cuando reciben una gran herencia. Y se viene a la cabeza una gran herencia que ha habido en Cantabria hace pocos meses, y que como consecuencia de la eliminación por el PP del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, Cantabria ha perdido más de 300 millones. Creo que Cantabria no está para perder recursos.

Y, por otro lado, como hemos tenido un presidente incompetente, Cantabria ha perdido muchos fondos, como los del ‘Plan Juncker’, el primer plan de inversión pública de Europa destinado justamente a crear empleo en los países que tienen altas tasas de paro. Hemos visto como otras comunidades autónomas vecinas hacían los deberes, reunían a todo su sector económico y social para presentar proyectos a Bruselas y, sin embargo, el presidente de Cantabria ha dejado pasar el ‘Plan Junker’. Eso no puede ser.  

¿No cree que sería complicado renegociar la deuda con el Estado porque sería discriminación con respecto a otras comunidades?

Yo no sé cuál es la situación económica de otras comunidades; lo que sí tengo claro es que el Partido Popular nos ha llevado a un nivel de endeudamiento que ha superado los límites que establecía el Banco de España, que vamos a irnos a más del 20% del PIB al acabar este año cuando el anterior Gobierno se lo dejó en el 9,7%, y, por lo tanto, lo mismo que una familia renegocia su hipoteca para ganar tiempo, Cantabria necesita reestructurar esa deuda.

En cualquier caso, hay que apostar por políticas de crecimiento. Como este Gobierno han paralizado todas las inversiones, que han caído más de un 40%, la economía se ha paralizado, y si la economía se paraliza, no hay consumo. Tenemos que salir de esa espiral de políticas de austeridad que ya ni siquiera los más ultra ortodoxos creen en ellas.  

¿Es partidaria de que el Gobierno aporte capital a las empresas privadas como ha sucedido esta legislatura y también en la anterior?

Los dos instrumentos más importantes que tiene el Gobierno, que son Sodercan y el ICAF, tienen que estar al servicio de las empresas. ¿En qué sentido? Para que se hagan más grandes, para internacionalizarse y también para facilitar su acceso al crédito para iniciar o consolidar proyectos, que no tienen porqué ser solo de grandes empresas sino también de pequeñas y medianas y de autónomos.

Y si hay un proyecto que está en la línea de los ejes estratégicos que nuestra Comunidad Autónoma ha definido, Cantabria tiene que estar ahí. Pero nunca como lo ha hecho este Gobierno en casos como el de Nestor Martin o como los contratos que tenemos para los teleféricos o Valdecilla, que son proyectos fallidos y de dudosa rentabilidad económica y social, que se resumen en proyectos para los amigos del presidente.

Habla del contrato de Valdecilla. El anterior Gobierno ya tenía privatizados 37 servicios.

El Partido Socialista ha estado sólo en la defensa de Valdecilla, aunque ahora alguna formación política pretenda arrogarse este hecho. Nosotros somos los que hemos llevado el contrato al Parlamento, hemos estado en la calle y en los tribunales, que nos han dicho que no teníamos legitimidad porque no han querido entrar en el fondo del asunto.

Dicho esto, yo nunca voy a estar de acuerdo con un modelo que lo que hace es negocio con la sanidad. En las obras de Valdecilla faltaban 99 millones de euros, que Rajoy vino a Cantabria hace cuatro años y prometió que los iba a pagar el Estado. Y en 2012 el presidente de la Comunidad decidió paralizar esas obras, que no se habían parado nunca, diciendo que hay un incumplimiento de plazos por parte de la empresa adjudicataria. ¿Las para por eso? No. Las para porque quiere poner en marcha el modelo que el PP tiene para la sanidad en todo el Estado, el modelo sanitario privatizador. Y nos embarca en una operación en la que faltaban 99 millones y ahora los cántabros vamos a tener que pagar 870 millones a lo largo de 20 años. Esto es un pelotazo. No tiene otro nombre. Y nosotros vamos a poner en marcha todos los mecanismos jurídicos para hacer una auditoría de ese contrato para intentar recuperar la gestión pública de Valdecilla.

El presidente de Cantabria ha privatizado servicios como el de cocina, donde ha entrado personal de la empresa privada mientras los trabajadores públicos han perdido empleo y condiciones laborales, y también se ha perdido calidad en la prestación a los pacientes.

Lo que está claro es que el PP ha roto el consenso que siempre hubo en torno a la sanidad pública y universal, por un lado, excluyendo a colectivos del sistema de salud y, por otra parte, privatizando. Y cuando lo privado entra en lo público es para hacer dinero.  

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