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ENTREVISTA Cantante

Leo Rizzi: “En la industria musical, los que crecimos con las redes sociales nos vemos forzados a demostrar más que el resto”

El artista Leo Rizzi.

Héctor García Alonso

Torrelavega —

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La trayectoria del cantante Leo Rizzi puede ser comparable a la de una montaña rusa. De madre española y padre uruguayo, comenzó sus andaduras en la música con apenas 12 años, buscándose un hueco para sí mismo en un panorama tan complejo. Tras muchos movimientos y cambios de continente, Rizzi consiguió demostrar todo lo que valía al hacerse viral en la red social TikTok con su aclamada canción 'Amapolas', que acumula ya más de 200 millones de escuchas en Spotify. Desde entonces, el artista busca consolidarse en el panorama internacional con un álbum que le permita consagrarse.

El cantautor, que actuará en la decimocuarta edición del festival Música en Grande este viernes 28 de junio en Torrelavega, repasa toda su trayectoria, las dificultades de cambiar de país y reflexiona sobre la actualidad musical y la complejidad de establecerse en la industria musical tras hacerte famoso en redes sociales.

Su situación es diferente a la del resto de artistas, ha estado bastante tiempo residiendo tanto en España como en Uruguay. ¿Qué se aprende de los dos sitios y de culturas que comparten tantas cosas, pero a la vez son tan diferentes?

La cultura uruguaya recoge influencia de la cultura europea, más concretamente de la española, italiana e incluso de la alemana. Pero a la vez, también se ha desarrollado una mezcla de cosas, porque en Latinoamérica hay una cultura muy fuerte que destaca. Es una combinación muy concreta de cosas. Yo me he sumergido 11 años en esa cultura y creo que se aprende mucho. Por otro lado, aquí en España he acabado encontrando mi lugar para poder seguir creciendo. Pienso que ha sido un regalo poder absorber tanto de las dos culturas, tanto musicalmente como por su idiosincrasia, la forma de relacionarse y de ser de la gente. Tienes que ser un poco camaleón, siento que te vas adaptando y ahora veo las cosas de una manera más global.

¿Cree que la faceta camaleónica que menciona le ha ayudado a llegar a más gente?

A veces pienso que sí. Sin embargo, puede llegar a ser algo muy peligroso el querer agradar siempre a diferentes culturas. Me ha estado pasando últimamente ahora que he estado yendo mucho a Uruguay y Argentina, que acabo hablando con acento. Realmente no es nada forzado, soy yo mismo y eso a la gente la ayuda a empatizar. Creo que por eso mi música llegó a Latinoamérica, porque en parte tengo algo dentro muy latino que sale cuando compongo y escribo. Es una suerte poder tener gente que te escucha en los dos lados del mundo.

¿Inició su carrera cantando en restaurantes?

Así es, yo cantaba en el restaurante de mis padres en Uruguay. De hecho, aún sigue activo en Punta Ballena. En aquel momento tenía 12 años y sacaba algunas canciones con la guitarra y las cantaba en el restaurante, aunque sobre todo interpretaba canciones que aprendía de otros autores. A los clientes les gustaba y solían darme algo de dinero, también grabé videos para YouTube.

¿Volvería a repetirlo?

El año pasado en Navidad estuve en el restaurante de nuevo y canté algunas canciones. Fue precioso porque es una manera de cerrar un círculo. Además, fui hasta allí y había gente que me conocía, es muy fuerte que vuelvas al lugar donde te criaste y haya gente que te conozca por tu trabajo. Es algo muy loco.

¿Qué diferencia hay entre cantar en el restaurante a cantar en conciertos o festivales?

Los festivales son un lugar donde se va a captar gente, es algo que he ido descubriendo. En ellos tienes que convencer de que tu proyecto mola, tienes que llevar tu mejor repertorio y ser conciso y directo. Al final, seguramente te vaya a ver gente que no te conoce del todo y es como una carta de presentación. Es una gran experiencia encontrarte en festivales con 50.000 personas y tener que atreverte. La verdad que no tiene nada que ver con cantar en restaurantes. Allí es todo más personal, puedo mostrar mi faceta más de cantautor y estar relajado tocando, es un contraste con el perfil un poco más roquero de los festivales.

En los festivales tienes que ir a captar gente, tienes que convencerles de que tu proyecto mola, porque seguramente te vaya a ver gente que no te conoce del todo, y es como tu carta de presentación

¿Qué ha supuesto el apoyo de tu familia en todo este proceso?

La verdad que mi familia ha sido vital en todo esto. Mi madre es española y mi padre uruguayo, así que mi vida ha estado dividida entre esos dos países. Lo de venir aquí fue una decisión de mis padres y siento que he aprendido de las referencias que tengo de ellos, que siempre han sido muy nómadas y se han adaptado. Eso te libera de muchas cosas. Por ello, siento que mi familia ha sido muy importante, porque si no hubiesen tenido paciencia para que desarrollase todo mi proceso creativo, yo no podría haber conseguido nada de esto.

Con tantas idas y venidas, ¿cómo consiguió encontrar su sitio?

Hoy en día aún me lo planteo, me suelo preguntar qué es encontrar tu sitio. Para mí es tener gente con la que compartir lo que tengo dentro y poder ser yo mismo. Me costó mucho cuando llegué a Valencia, casi cuatro años, tenía amigos, pero no sentía que era mi lugar. Ahora por fin siento que estoy en casa. Es importante porque si no sientes que perteneces a algo es imposible hacer nada. Ahora encontré mi lugar en Valencia y también encontré mi lugar en Uruguay, y siento que todo está como estaba allí, todo lo que pensaba hace 15 años que se iba a desvanecer sigue tal cual lo recordaba.

¿Qué supone para su carrera una canción como ‘Amapolas’?

La verdad que es una canción muy especial. La compuse después de cuarentena y nunca creí que iba a ser la canción que me llevaría a ser reconocido internacionalmente. Desde la inocencia, desde que empecé a compartir mi música por Tiktok, tenía un pálpito con esa canción; pensaba que se podría hacer viral. Cuando la subí sucedió tal como calculaba, pero no pensaba que pudiese suceder a tal escala. Mis amigos me preguntaban cuantas escuchas tendría y yo no podía ni hacerme a la idea. A día de hoy sigo sin entenderlo, se te escapa de las manos la magnitud que puede lograr.

¿Cómo ha sido su crecimiento en redes sociales? ¿Estamos ante una nueva manera de darse a conocer musicalmente?

Sí, pero creo que no por mucho tiempo, ya que está cambiando constantemente. Hemos tenido un periodo durante la pandemia y tiempo después que parecía que TikTok era el lugar donde habitaban los nuevos artistas. Para mí eso ya ha acabado, el mercado ahora está mucho más sobreexplotado. Sí que es verdad que sí que ha cambiado la industria, he notado una evolución. Cuando empecé con esto, hacía promociones en radio y ahora no es lo principal, ahora son las redes sociales. La verdad que me ayudaron muchísimo porque desde mi cuarto podía llegar a 200 millones de personas. Creo que seguimos en constante evolución y la industria musical no es lo que era hace dos años. La lectura es algo diferente a la de ese entonces, creo que hoy más que nunca es muy importante saber quién eres para después poder compartirlo en internet.

Las redes sociales han cambiado muchas cosas, pero creo que hoy más que nunca es muy importante saber quién eres para después poder compartirlo en internet

¿Cree que se puede llegar a desprestigiar a un artista musical por haberse dado a conocer en redes o por tener un perfil muy conocido?

Creo que hay una parte snob que sí. Al final, desde dentro de la industria tenemos una visión muy sesgada. La gente escucha la música porque le gusta y porque conecta con ella. A nivel masivo, la gente no lo piensa tanto, pero dentro de la industria sí que se respeta más a la gente que ha subido de una manera más orgánica. Se cree que muchas veces los que hemos crecido con redes tenemos que demostrar más, pararnos y evidenciar que aunque hayamos hecho un buen hit tenemos mucho más que ofrecer. Hay una especie de estigma con eso. Los caminos dan un poco igual, al final es demostrar y el tiempo pone a cada uno en su lugar. Las redes sociales son una herramienta que todos tenemos a nuestra disposición y hay que aprovecharla.

Ha hecho varios sencillos este año. ¿Hábleme de su nuevo álbum en camino?

En septiembre sale 'Pájaro Azul', mi primer álbum. He sacado ya cinco adelantos y todos han sido escuchados. Aún queda alguno más por salir. Es un concepto muy especial porque es una temática que realmente me ha llamado la atención estos dos últimos años. Es un texto al estilo Rubén Darío. De alguna forma, siento que está a la altura de lo que tiene que ser un primer álbum para mí. Es todo lo que yo concibo, personal, íntimo y explosivo. Si hubiese podido elegir antes de hacer nada, hubiese sido igual. Es un avance enorme, porque cuando uno tiene un disco fuera, tiene las cosas mucho más claras.

¿Ha habido mucha autocrítica por ser el primero?

La verdad es que sí. Lo cierto es que este álbum en realidad lo conforman tres, el primero y el segundo los descarté. A este definitivo aún le juzgo de vez en cuando, pero creo que es porque soy muy perfeccionista y cuesta mucho sentir que lo que haces es merecedor de tanto cariño. Por eso está el público, ahí es donde entra a decidir. Han sido dos años de búsqueda, empecé con una idea y tenía como 50 canciones, de las cuales al final solo quedaron 13. Sería genial si pudiese hacer el disco mirándome desde fuera, cómo me ven los demás, pero como no se puede, tienes que confiar en que lo que estás haciendo tiene sentido.

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