En 2024 se cumplirán dos décadas del descubrimiento de un conjunto de cinturones visigodos y restos humanos en Mortera
El próximo año se cumplirán dos décadas desde que, en 2004, el grupo de espeleología GEIS C/R, dentro de sus prospecciones del Valle de Piélagos, acompañado en esta ocasión por miembros de Mortera Verde, descubrió en la cueva de Las Penas o Los Perros (Mortera) un yacimiento arqueológico con numerosos restos óseos humanos, pertenecientes a varios individuos.
El Servicio de Patrimonio del Gobierno de Cantabria encargó a la arqueóloga Ángeles Valle la realización de un peritaje técnico sobre el mismo. Durante la consiguiente exploración tuvieron lugar más descubrimientos, como el de una placa decorada de bronce correspondiente a un cinturón hispanovisigodo.
“La presencia de objetos de época visigoda junto a restos humanos invitaba a pensar en un uso sepulcral de la cueva en un periodo realmente mal conocido de la historia, y en Cantabria ya se tenía constancia de prácticas funerarias anómalas en cueva (La Garma) durante esa época, que nunca habían podido ser bien comprendidas”, ha informado Mariano Luis Serna Gancedo.
Esta oportunidad, unida a la certeza de los procesos de destrucción paulatina del depósito, aconsejó la realización de una intervención arqueológica de salvamento de los restos visibles, junto a una prospección exhaustiva de toda la cavidad.
El proyecto consistió en la excavación por cuadrículas del área principal de la confluencia del lecho del río y las galerías finales y en la prospección visual y magnética del lecho del río.
El equipo de arqueólogos y voluntarios fue dirigido por Ángeles Valle y coordinado por Mariano Luis Serna Gancedo, con la colaboración de la antropóloga forense Silvia Carnicero.
Tras dichos trabajos se pudo documentar un extenso y complejo yacimiento sepulcral tardoantiguo, fechado entre los siglos VII y VIII, que certificaba la presencia en la cueva de los cadáveres de un mínimo de 13 individuos, de los que hay ocho adultos (tres mujeres, cuatro varones y un indeterminado), cuatro infantiles y un neonato.
“Estaban depositados junto a un importante ajuar personal, integrado por cinco guarniciones completas de cinturón (compuestas de placa liriforme y hebilla, decorados a molde y uno de ellos, damasquinado), una sexta hebilla de otro cinturón, dos pendientes y un anillo, un encendedor de chispa de tipo briquet, entre otros elementos. Además, se recuperó abundante ajuar doméstico (calderos de tipo herrada, acetre, ollas de cerámica) y algún arma (hacha, regatón de lanza)”, ha comentado Serna Gancedo.
Aún sin haber desentrañado del todo la razón de este peculiar enterramiento colectivo “fuera de lugar sagrado”, en una época ya plenamente católica, haber estudiado con metodología arqueológica este yacimiento ha servido para establecer un paradigma con el que entender otros hallazgos similares en cueva como lugares funerarios anómalos o fuera del canon cristiano.
También el hallazgo ayuda a documentar en el entorno una población local hispanorromana plenamente visigotizada, cuyo núcleo está aún pendiente de localizarse.
Los broches de cinturón (la mejor colección del norte de España) se encuentran expuestos en el Mupac (Museo de Prehistoria) a copia en el Centro de Interpretación Valle de Piélagos.
El Ayuntamiento de Piélagos ha comenzado a repartir la agenda escolar 2023-2024 a los estudiantes del municipio, según ha anunciado la concejala de Educación, Carmen Bedoya. En esta ocasión, tendrá como tema central el 20 aniversario del descubrimiento de un conjunto de cinturones, así como una réplica de ellos en el Centro de Interpretación del Valle de Piélagos, ubicado en el edificio de la primera escuela de Vioño, junto al Santuario de la Virgen de Valencia.
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