Cantabria ultima un plan de choque económico con un presupuesto de emergencia por la crisis del coronavirus

El presupuesto de Cantabria ha saltado por los aires. Las cuentas públicas de la comunidad autónoma para 2020, que el bipartito PRC-PSOE aprobó con solvencia el pasado mes de diciembre, haciendo buena su amplia mayoría en el Parlamento, “no valen para nada”, en palabras del jefe del Ejecutivo regional, Miguel Ángel Revilla, que ha reconocido en las últimas horas que todas las previsiones son ahora papel mojado y quedan supeditadas a la situación actual generada por el coronavirus.

Ante este escenario, que califican de “desolador”, desde el Gobierno de Cantabria trabajan en el día después del levantamiento del estado de alarma y el fin de la alerta sanitaria que está llevando a todo el planeta a una situación límite. Por ello, barajan un paquete de medidas extraordinarias, que afectan a todos los departamentos, para reelaborar un “presupuesto de emergencia” que incluya un plan de choque que reactive la maltrecha economía regional.

Inicialmente, el objetivo pasa por volcar todos los recursos disponibles en atender las necesidades en aspectos como la sanidad o las políticas sociales para superar la alerta sanitaria del COVID-19, que mantiene cerrados a la práctica totalidad del sector turístico, comercial y hostelero, y que ha provocado expedientes de regulación temporal de empleo en las principales industrias de la comunidad.

“La Consejería de Economía y Hacienda está realizando un estudio detallado del presupuesto, viendo las partidas presupuestarias que son prescindibles y que se pueden redistribuir para luchar contra esta crisis sanitaria. La Ley de Finanzas permite, a través de las modificaciones presupuestarias, hacer esa redistribución”, explican fuentes del Ejecutivo.

“Por supuesto que las gastos que se van a priorizar son todos los necesarios para atender la sanidad, las políticas sociales y el empleo. Esa es la prioridad ahora mismo. Posteriormente, aunque ya estamos trabajando en ello, el gasto también deberá dirigirse a las consejerías que son tractoras de la actividad económica, como son Industria, Turismo, Obras Publicas o Cultura”, insisten, considerando clave este aspecto para hacer frente así a las consecuencias económicas y sociales, una vez superada la crisis sanitaria del coronavirus.

En este presupuesto de emergencia que pretende elaborar el departamento que dirige María Sánchez (PSOE), las acciones que se pondrán en marcha pretenden reforzar las medidas que se han anunciado desde el Estado, “actuando de manera coordinada para conseguir que el efecto sobre la economía sea el deseado y no solapar esfuerzos”.

“Ya no valen los objetivos de estabilidad presupuestaria. En la Consejería de Economía y Hacienda nos centraremos solo en uno de los que marca la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que es el periodo medio de pago a proveedores porque es necesario mantener la liquidez en el mercado. El resto de objetivos ahora no cuentan, estamos en otra situación”, subrayan.