Bubisher o recaudar 10.000 euros para enviar un bibliobús a los refugiados del Sáhara
La Biblioteca de Castilla-La Mancha recaudará fondos para dotar de un bibliobús a los campamentos de refugiados del Sahara, en la provincia de Tinduf, al suroeste de Argelia dentro de su programa 'Biblioteca Solidaria'. El objetivo es llegar a los 10.000 euros necesarios para habilitar un vehículo, equiparlo y trasladarlo a los campamentos.
El director del centro bibliotecario, Juan Sánchez, ha explicado su intención de sumarse “de forma permanente” al proyecto Bubisher impulsado por la Asociación de Escritores por el Sáhara. Desde hoy, la Biblioteca regional con sede en el Alcázar de Toledo dispone de un expositor en el que se puede dejar un donativo y, a cambio, llevarse un libro.
La Biblioteca regional pone a disposición de este proyecto parte de sus fondos, algunos de ellos, libros donados por ciudadanos. Por sus instalaciones pasan a diario 1.500 personas. Su director confía en la solidaridad ciudadana y, sobre todo, en “concienciar” a los usuarios.
“Somos refugiados pero tenemos bibliotecas dignas”
Liman Boisha es el presidente del proyecto. En la tradición saharaui, el bubisher es un pájaro que se posa sobre las jaimas y eso significará la llegada de buenas noticias. El nombre no es una casualidad, explica Boisha, porque se busca que los niños identifiquen la llegada de los bibliobuses con algo positivo. “Qué mejor noticia que la llegada de la lectura”.
El proyecto surgió en el año 2008, sin ningún tipo de apoyo económico. “Ninguna institución nos apoya, ni siquiera el Instituto Cervantes”, lamentan sus promotores. Nueve años después ha conseguido crear en pleno desierto una red compuesta por tres bibliobuses y tres bibliotecas fijas que son gestionadas por saharauis. “Somos refugiados pero tenemos bibliotecas dignas, gracias a la colaboración de mucha gente incluidas las editoriales. Es maravillosa la solidaridad de la gente”. Pero aún les falta llegar a otros dos campamentos saharauis de la zona.
Explica que en la cultura saharaui, de tradición oral, se contempla a los libros como algo “sagrado”. Tan especial que suelen guardarse como un auténtico tesoro en baúles, como “objetos de culto, que se sacan de vez en cuando para leer”. Por eso, relata que los primeros libros que llegaron a la zona se pusieron “bajo candado”. Hoy la realidad es bien distinta.
Pilar Segura es maestra y tesorera de la Asociación de Escritores por el Sáhara. Explica que un grupo de voluntarios formaron a los saharauis para dirigir y dinamizar la lectura en las incipientes bibliotecas (allí las llaman 'nidos'). Hoy, explica, “supone un puesto de trabajo con un sueldo digno que paga la asociación” y que oscila entre los 100 y 150 euros. Es además una una actividad en pleno desierto donde “no hay nada que hacer, solo ver pasar un día tras otro y así llevan más de 40 años”.
Por eso aboga por que el proyecto pueda crecer más. “La cultura permite el acceso a la libertad”. Un libertad que, aseguran, no llega a estos refugiados porque nunca se ha materializado el referéndum sobre la independencia de Marruecos del pueblo saharaui y que se sigue reclamando, sobre todo ahora que España ostenta la Presidencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Una travesía de 3.000 kilómetros para llevar cultura
Hacer llegar a la zona estos bibliobuses no es nada sencillo y es un proceso largo que se inicia con la donación o compra del vehículo que será habilitado como bibliobús. Tras cruzar el Estrecho comenzará una travesía desde Orán hasta Tinduf de unos 3.000 kilómetros.
Es lo que hará la asociación la próxima semana con una vieja ambulancia reciclada, convertida en un particular bibliobús que ha donado una asociación de jubilados de Coslada. Este sábado estaba aparcada a las puertas de la Biblioteca de Castilla-La Mancha para mostrar lo mucho que se puede hacer con un vehículo que, en su interior apenas lleva una estantería con cajas (los libros han de ir protegidos para evitar el polvo del desierto) y una alfombra.
Cuando llegue a Tinduf conducida por voluntarios de las asociación (necesitará una escolta militar) se abrirá a los refugiados. Recorrerá los campamentos e iniciará un nuevo proyecto, 'La Biblioteca de Familia', llevando cajas con varios libros que se distribuyen por jaima y se recogen días después.
En los campamentos “sobreviven” unas 160.000 personas en un terreno pedregoso y árido, llamado 'hamada', la zona más inhóspita del desierto. Además de los bibliobuses, la instalación de tres bibliotecas fijas en la zona persigue también promocionar a los escritores saharauis. “Esperamos que muchos de los niños que ahora leen escriban en el futuro”, explica Liman Boisha.
El primer paso ha sido la creación de la Editorial Bubisher que ya ha publicado su primer libro, 'Ritos de Jaima', cuyo autor es el propio Boisha y ya se prepara uno nuevo que será el resultado de los talleres realizados en los campamentos.
Ana Garrido Adeva, presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Toledo ha explicado que apoyarán económicamente el proyecto para contribuir a “visibilizar” al pueblo saharaui y porque “el brazo más importante de un pueblo es su cultura”. La presentación del proyecto se ha hecho coincidir con el Día del Bibliobús que se celebra por segundo año en España.