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Estos días se ha hablado mucho del partido de Ciudadanos, del cambio de alcaldey del acuerdo de cambio de diputadas de Cs en Diputación. Pero cuando las cosas están claras, muy claras, no hay nada que hablar... Sólo toca cumplir.
Dicho acuerdo se llevó a cabo hace dos años (para apoyar a Ciudadanos en el ayuntamiento mientras tuviera la alcaldía) por no ir dos concejales del ayuntamiento de Albacete a Diputación. Y, al cambiar la Alcaldía, se produciría el cambio en Diputación.
Este acuerdo, desde entonces, es público y conocido por todos (desde las personas que lo suscribieron a los medios de comunicación). Bien, este acuerdo tiene una fecha y ya ha llegado.
Las circunstancias son las mismas que hace dos años, no ha cambiado nada, no hay motivos para incumplirlo. Por tanto, es la hora de cumplir lo acordado y firmado. La gente pregunta, reflexiona, opina: ¿qué credibilidad tienen esas personas que están pensando en traicionar a una compañera? ¿por qué ese trato a un miembro del Comité Regional y del Consejo General de Cs, que ha sido Coordinadora de la agrupación de Albacete y Coordinadora provincial de Albacete (electa)? Si incumplen su palabra no tienen dignidad ni conciencia… Por tanto, no se puede depositar nuestra confianza en ellos. ¿Qué partido no cumple ni sus propios acuerdos? ¿Cómo queda la imagen de un partido por un interés personal? Esas cuestiones y más son las que los albaceteños cuestionan sin obtener respuesta.
Quizás, desde sus puestos de trabajo, entienden que lo lógico es: construir un gran complot; comunicar deslealtad; asesorar en egoísmo; enseñar traición; defender el engaño con premeditación y alevosía. En definitiva, por puro amiguismo, arrinconar la regeneración democrática de la que tanto hemos presumido en cada propuesta de nuestro ideario.
Insisto: los acuerdos se hacen para cumplirlos, sobre todo cuando no hay condiciones, no para engañar a la ciudadanía.
Las credenciales para que fuera diputada Agapita García se concedieron para dos años (entre ellas era necesaria la mía). Y deposité mi confianza en mis compañeros. Me pregunto una y otra vez: ¿qué ha cambiado para que ahora esa confianza no sea recíproca?
Y ahora, nadie quiere cumplir ese acuerdo (lo comunican a través de la prensa). Valientes, cumplidores, formales, leales… Toda ironía es poca para tanta bajeza institucional. Cumplir lo acordado es de personas honradas; personas de palabra; personas a la altura de ser políticos serios y responsables.
¿Este es el ejemplo que queremos dar? ¿Este es el partido por el cual me dejo la piel día tras día? Perdonen pero a este partido no lo reconozco. Rectifico: a las personas que forman este partido en Albacete no las reconozco. Y como formo parte de él me veo en la obligación de escribir estas líneas porque así me lo enseñaron estas propias siglas: defender lo que es justo. Apelo a la honradez de las personas cumplidoras porque aquí no es sólo la palabra, sino lo que está escrito y firmado por todos.
Si no cumplen, ¿a quién creen que engañan? ¿A mí? ¿A ellos mismos? ¿A todos los que confiaron en ellos votándoles? Como decía Abraham Lincoln: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo” Basta ya de engaños. Es hora de ser valientes; es hora de cumplir.
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