Gamonal, abierto a las reformas tras años de “castigo”: “Lo que tienen que hacer es sentarse y convencer a los que no estén de acuerdo”
“Estamos dejados de la mano de Dios”. Es una afirmación recurrente al preguntar a los vecinos del barrio de Gamonal (Burgos), un barrio obrero golpeado por la crisis que en 2014 se convirtió en un símbolo del derecho de los vecinos a participar en las decisiones que les atañen, como fue entonces el famoso bulevar que el Partido Popular –entonces en el Ayuntamiento– quiso imponer. Desde que se produjeron los altercados violentos de 2014, poco o nada se ha ejecutado en la calle Vitoria, salvo cosas “urgentes” como alguna tubería rota o similar. “La gente percibe castigo”, lamentan los vecinos. Ahora el consistorio –en manos del PSOE– quiere abordar en el barrio de Gamonal la reforma de la calle Vitoria que atraviesa todo el barrio.
Se pretende reducir el número de carriles y ensanchar las aceras para que circulen mejor ciclistas y peatones. Esta obra implicará una reducción de las plazas de aparcamiento, algo que ya provocó revuelo en 2014. Para compensar la pérdida de espacios de estacionamiento, se pretende mejorar el aparcamiento disuasorio, los aparcamientos privados, crear uno nuevo bajo un parque.
“Deberían pedir consejo a los vecinos si quieren evitar que se repita lo de 2014”, comenta el presidente de la asociación de vecinos Juan XXIII-Fátima-Lavaderos, Vicente. Por su parte, Francisco Cabrerizo, de la asociación Eras de Gamonal, reclama estudios de movilidad con las diferentes alternativas que plantea el Ayuntamiento para la calle Vitoria y apuesta por que el consistorio debe trabajar con los colectivos “si no quieren que haya problemas”. “Lo que tienen que hacer es sentarse y convencer a los que no estén de acuerdo”, recomienda.
“No nos han dicho nada ni nos han reunido. Nos hemos enterado por la prensa”, lamenta Rafa Sancho, de la asociación G9 de Gamonal. “Lo que no se puede hacer es lanzar el proyecto si no lo has planteado con nosotros. Primero reúnete y luego lo publicas en el Diario de Burgos. Es lo que pasó con el bulevar en 2014, que lo lanzaron y ya lo tenían todo preparado”, protesta Sancho. Él se muestra partidario de que el Ayuntamiento primero “hable y consulte” antes de presentar un proyecto.
Además de las obras que se plantean en la calle Vitoria, el consistorio pone sobre la mesa la semipeatonalización de calles como Francisco Grandmontagne, algo que varios vecinos ven “fenomenal porque la mayoría de la gente pasa a pie y así habrá menos sustos con los coches”.
Rebeca trabaja en un bar de la calle Vitoria. Esta burgalesa cree que la vía está “obsoleta” y que necesita “un cambio ya”, aunque le da “miedo” que la modificación implique la supresión de muchas plazas. “Daniel de la Rosa, que es de aquí, sí parece un alcalde que escucha a los ciudadanos”, espera, junto a otros clientes que se muestran más escépticos con respecto al futuro del barrio. En una terraza, Casilda asegura que en los últimos años solo ha habido “parches” y lamenta que las aceras estén “muy mal”. Calle arriba y calle abajo, los locales cerrados se suceden y es continuo el ruido de los vehículos, a velocidades superiores a los 50 kilómetros por hora. Los vecinos están acostumbrados a rodear coches y a cruzar los cuatro carriles sin apenas mediana.
“Nos va a costar acostumbrarnos, pero más espacio para el peatón está bien, implica más terraza y a los bares nos vendrá bien”, reflexiona Laura, camarera en otro bar de la calle Vitoria. “Las tiendas cierran... nunca he visto la calle como ahora. La gente está hasta enfadada”, advierte Casilda desde otra terraza. “Ojalá lo arreglen, podrían haberlo hecho antes”, agrega. Casilda también lamenta que los vecinos del centro de Burgos o de otras zonas de la ciudad eviten Gamonal solo por los problemas que hay para aparcar. Ella misma confiesa que debe desplazarse para ver a su familia porque, aunque viven a escasos kilómetros, su familia evita ese barrio. “Además, el aparcamiento disuasorio no está a diez minutos como decía el anterior alcalde. Y los garajes son caros, hay gente que no se lo puede permitir”, subraya.
El aparcamiento de Las Torres, que no cuenta con seguridad, iluminación o vallas, está infrautilizado, según confiesa el alcalde. Está a aproximadamente 10 o 15 minutos de la calle Vitoria para un peatón joven, pero la población de Gamonal está envejecida y acostumbrada a gestionar distancias más cortas. “5 minutos en Madrid es aquí al lado, pero en Burgos está muy lejos”, resume Ramón.
Jorge se muestra a favor de que se reduzca el tráfico del coche para ganar “tranquilidad” y que haya “árboles y sitio para caminar”. “Además, el aparcamiento disuasorio es muy amplio y tiene mucho espacio”, ataja. Maite pasea a un niño pequeño en su sillita y asegura que las aceras “enormes”, aunque a la vista está que depende del tramo de la calle la acera tiene una anchura u otra, con una diferencia importante. Maite es la única que apuesta por que la calle Vitoria se quede como está, de todas las personas con las que habla esta periodista.
“Los vecinos quieren una Área de Rehabilitación Integral (ARI) en las fachadas, que sea armónica y moderna, y mejorar la luminaria. ¿Que quieren poner una mediana? Pues algo puedes poner, pero nada más. Pero que no limiten tanto el tráfico que solo pasen los autobuses, porque la calle pierde la vida que tiene”, añade Sancho, de la asociación G9. Este representante vecinal no ve “necesario” que se ensanchen más las aceras y aboga por un cambio “estético” de la calle para que sea más “uniforme”.
Otras prioridades
Algunas asociaciones de vecinos ven bien que se mejore la infraestructura de la calle Vitoria, aunque hay otras obras que ven “prioritarias”. La asociación Juan XXIII, por ejemplo, cree que Artillería debe recuperar su importancia para terminar de construir viviendas, un parque y un edificio municipal. Todavía no está claro qué uso se dará a esta dotación municipal, pero el presidente de esta asociación de vecinos apuesta por un centro cívico porque la Casa de Cultura está muy alejada de esa zona del barrio y las personas mayores “no se pueden mover tanto”. “No tenemos un centro cívico o un centro de día para que vayan a jugar los mayores, así que se quedan en casa o salen al parque”, explica Vicente.
El presidente de la Asociación Juan XXIII también reclama al Ayuntamiento que presione a la Junta para recuperar las urgencias en Gamonal y para que se retomen las obras del centro de salud García Lorca paralizadas desde septiembre. “Si presionasen un poquito, algo se haría”, considera. Francisco Cabrerizo añade otra cuestión que considera más importante: la calle Santiago.
Otros vecinos ponen el foco, por ejemplo, en el pueblo antiguo de Gamonal, prácticamente abandonado y derruido: “Es un peligro por si se derrumba alguna casa y tiene poca acera, por ejemplo”. El presidente de la asociación G-9, Rafa Sancho, asegura que la gente está “cansada” de esta cuestión e insta a que el equipo “coja el toro por los cuernos”. El alcalde, preguntado por este asunto, se muestra partidario de realizar un abordaje en el pueblo antiguo de Gamonal, pero a mucho más largo plazo.
El portavoz de la asociación G9 prevé que los próximos meses serán complicados para muchos vecinos después de la pandemia de COVID-19. “Esperemos a ver cómo avanza todo esto, pero yo prefiero no tener aparcamiento en Buenavista o no poder modificar la calle Vitoria y que mis vecinos tengan qué comer”, censura.
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