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Pau Rodríguez

7 de septiembre de 2022 22:27 h

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La presentación del ‘Visa pour l’image’, el festival por excelencia del fotoperiodismo en Perpiñán, arranca con toda una declaración de intenciones en forma de veinte nombres, la mayoría de ellos ucranianos. Son los reporteros fallecidos en la guerra… Pero no en la que empezó en 2022, sino en 2014. “Hace ocho años que la guerra ruge a las puertas de Europa”, advierte Jean-François Leroy, en un editorial que sirve para recordar a los periodistas que pagan con su vida el ejercicio del oficio, desde los diez asesinados en México solo en 2022 hasta la palestina Shireen Abu Akleh. 

El certamen, que se celebra hasta el 11 de septiembre, incluye en su recorrido hasta cuatro exposiciones sobre Ucrania, un abordaje con la “amplitud debida”, según Leroy, pero que deja espacio para otros conflictos bélicos abiertos en el mundo, como el de Libia o el de Birmania, las crisis sociales y revueltas como las ocurridas en Líbano, o las consecuencias de los movimientos migratorios de África hacia Europa, a menudo fuera del foco mediático, pero no del objetivo de algunos reporteros gráficos.

La vida entre las bombas

Uno de los nombres propios del certamen es el joven fotógrafo Lucas Barioulet, enviado por Le Monde a Ucrania, que se ha llevado el premio Visa d’Or Rémi Ochlik 2022 por sus instantáneas de la vida cotidiana en plena invasión rusa de Ucrania. Entre ellas, la de un numeroso grupo de refugiados en el este del país que comparte comida en una pequeña habitación de un monasterio ortodoxo. “Son el reflejo de mi empeño por mostrar la experiencia cotidiana de la guerra, para mostrar el impacto que tiene en la gente, presentando un registro documental de su vida que, aunque desgarrada, todavía continúa”, escribe. 

Otra impactante serie fotográfica se centra en las localidades de Irpin y Bucha, donde el ejército ruso cometió crímenes de guerra al ejecutar a civiles. La exposición, titulada People lived here, hace referencia a los mensajes (“aquí vive gente”) que pintaban algunos vecinos en sus fachadas para advertir a los militares de que no atacaran sus hogares. Su autor es Daniel Berehulak, el conocido fotoperiodista australiano –de ascendentes ucranianos– que trabaja para The New York Times y que tiene en su haber dos premios Pulitzer y seis World Press Photo. 

El de Berehulak fue un extenso trabajo de documentación, a través de su cámara, de los asesinatos y crímenes cometidos por el ejército ruso. “Lo que quedó [tras su retirada] fue una escena de horror y desolación; las calles estaban sembradas con cuerpos e civiles; otros yacían muertos en patios traseros, sótanos y salas de estar, algunos con heridas de bala en la cabeza, algunos con las manos atadas a la espalda”, describe el reportero. 

También sobre la guerra que ha marcado la actualidad geopolítica mundial este año, el ‘Visa pour l’image’ incluye series sobre la campaña de propaganda bélica en Rusia, una dedicada a Mariúpol, y otra de carácter histórico, de la mano de Sergei Kupinscky, que abarca desde la independencia de Ucrania hasta su reciente invasión. 

Premio al retrato de la crisis migratoria en Francia

Otro de los premios destacados en el certamen es el Humanitarian Visa d'Or - International Committee of the Red Cross (ICRC), que ha recibido en esta edición el reportero de la agencia AFP Sameer Al-Doumy, por su cobertura de la crisis migratoria en Calais, entre Francia y Reino Unido. Durante el año 2021, más de 30.000 personas trataron de cruzar el canal que separa ambos países de forma irregular. Al-Doumy, que nació en Siria y vivió la primavera árabe en 2011 con apenas 13 años, estuvo documentando gráficamente la guerra para AFP con un pseudónimo hasta 2018.

Myanmar, Afganistán y Líbano, crisis que perduran

Si en la pasada edición del 'Visa' el mayor protagonismo se lo llevó Myanmar gracias a su fotógrafo anónimo, en esta ocasión la rebelión que continúa en el país, controlado por el gobierno militar, también se hace un hueco en Perpiñán con el reportaje En el corazón de la rebelión birmana. Igual que Afganistán o Líbano, cuyas crisis llevan exponiéndose en el certamen desde hace años. Esta vez a cargo de los fotógrafos Andrew Quilty (Agence Vu) y Tamara Saade, respectivamente.

Goran Tomasevic, entre la guerra y la paz

Entre la guerra y la paz es el título del fotorreportaje que firma el serbio Goran Tomasevic, uno de los profesionales más veteranos en coberturas de guerras y revueltas para la agencia Reuters. La muestra recoge sus trabajos a lo largo de las últimas décadas. “Desde Afganistán a África y desde Irak a Latinoamérica, he tenido la oportunidad y el deber de presenciar lo mejor y lo peor de la humanidad, para dejar constancia de ello para siempre. A veces ha sido peligroso; a veces, ha sido bonito. Y siempre ha sido interesante”, reflexiona.

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