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El comité que gestiona la pandemia en Catalunya no ha levantado acta de ninguna de sus reuniones en un año

El PROCICAT es el plan mediante el que Catalunya toma medidas contra la COVID y depende de Salut e Interior

Arturo Puente

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“No hay actas del comité técnico del PROCICAT propiamente dichas”. Tampoco hay órdenes del día de cada reunión, ni listado de la documentación elaborada o consultada, ni informes internos sobre la efectividad de las medidas que toman. El comité que gestiona la pandemia en Catalunya lleva un año manteniendo dos reuniones semanales y tomando decisiones de enorme trascendencia tanto desde el punto de vista sanitario como desde el de las restricciones de derechos, pero ha actuado sin dejar constancia de sus deliberaciones, de la información manejada, las decisiones tomadas y ni siquiera de qué personas han participado en cada encuentro.

Los informes remitidos por los departamentos de Salut e Interior a raíz de diversas solicitudes de acceso a la información cursadas por este diario dejan clara la situación: no hay actas ni apenas documentación, más allá de la publicada. “Lo que hay es un debate interno de carácter técnico, cuyas conclusiones o acuerdos se elevan al Comité de Dirección del Plan para su aprobación en forma de recomendación o resolución”, explicaba Salut en una respuesta remitida en diciembre de 2020. “Esta forma de trabajar es consecuencia de la urgencia y la celeridad extraordinaria con la que se debe actuar, que hacen imposible un procedimiento de levantar y validar actas formales, dado que lo que se busca desde el principio de la sesión es consensuar el texto final”, continúan razonando.

El PROCICAT es, oficialmente, un plan de actuación en materia de emergencias, en este caso asociadas a la COVID-19. Aunque el plan como tal existe de forma permanente, fue activado el 3 de marzo de 2020 ante la irrupción del nuevo virus. El organismo depende orgánicamente de los departamentos de Salut e Interior, pero incorpora diferentes mecanismos de coordinación tanto con ámbitos del Govern como con gobiernos municipales, cuerpos de policía, organizaciones privadas y cualquier entidad o experto que pueda tener intereses o conocimiento relevante sobre el tema.

Su estructura es compleja y a la vez flexible, pero hay algunos elementos fijos donde se desarrolla la toma de decisiones. Una de estas es el llamado comité técnico, que se da cita cada dos o tres días a media mañana. El primer día que se reunió y durante las primeras semanas que lo hizo, apenas congregó a una decena de personas. Por ejemplo, el 7 de marzo del año pasado, después de producirse la primera muerte por COVID-19 en Catalunya, a la reunión telemática asistieron un representante de Interior, dos de Salud, la directora de coordinación interdepartamental del Govern y otros ocho representantes de organismos como los Mossos, la Cruz Roja o los bomberos. Esta cifra de participantes ha ido creciendo hasta superar la treintena, con representantes de todas las consellerias, el Ayuntamiento de Barcelona, y otras entidades.

Desde que se constituyó, el comité técnico se ha reunido más de 150 veces a lo largo de un año. Este grupo se encarga de “analizar y valorar la situación de riesgo, su posible evolución y las actuaciones a realizar para minimizar las consecuencias”. Todas sus valoraciones, por tanto, se trasladan al comité de dirección del PROCICAT, un órgano mucho más restringido donde se sientan únicamente los consellers de Salut e Interior. Ellos son quienes tienen la última palabra de cada una de las actuaciones que se deciden.

Una de las medidas más recordadas que tuvo que valorar el PROCICAT, de las más contundentes antes de la declaración del Estado de Alarma, fue el confinamiento de Igualada y la Conca d'Òdena, el primero de muchos cierres perimetrales que vendrían después. La fase final de la desescalada de junio, en manos de las comunidades autónomas, tuvo que pasar por esa mesa, así como el confinamiento de Lleida en julio, el cierre de los bares en noviembre o la reapertura fallida de Navidad. Lo mismo con los planes sectoriales de apertura de todos lo ámbitos económicos y sociales, desde los teatros y cines hasta las extraescolares o los centros comerciales.

Pero es imposible conocer en base a qué información y recomendaciones se toman esas decisiones, ya que no queda constancia de ninguna de ellas, según afirman en documentos oficiales ambos departamentos. “No existen órdenes del día ni actas de las reuniones formales, ya que se presentan verbalmente los temas en las reuniones. Las valoraciones del comité técnico se trasladan al Comité de dirección del Plan que las aprueba”, afirmaba el departamento de Interior en otra respuesta a una petición de elDiario.es, en este caso esta misma semana. En la solicitud no solo se reclamaban las actas y órdenes del día, sino también cualquier informe o documento técnico, más allá de los que son públicos con el seguimiento epidemiológico, la situación hospitalaria o las cifras de vacunaciones. La respuesta es que no hay nada más que eso.

Los departamentos ni siquiera tienen un registro que les permita llevar la cuenta de quién participa efectivamente en cada una de las reuniones. De hecho, el expresident de la Generalitat, Quim Torra, desveló a TV3 que durante los meses de marzo y abril llegó a conectarse a las reuniones de este comité en secreto y mediante el “modo oculto”. Los departamentos responsables de estas reuniones ni dejaban registro de los participantes, ni tampoco el número de asistentes, ni mucho menos verificaban la identidad de ninguno de ellos.

Esta forma de proceder tiene difícil encaje con la ley catalana de régimen jurídico y procedimiento de las administraciones públicas, que marca la forma en la que deben actuar los órganos colegiados, como son los comités estables del PROCICAT. La ley no prevé que puedan celebrarse estas reuniones sin levantar acta, e indica que en ellas deben constar “los asistentes, el orden del día de la reunión, el lugar y el tiempo en que se ha efectuado, los puntos principales de las deliberaciones, el contenido de los acuerdos adoptados, el sentido de los votos y, si un miembro o una miembro lo solicita, una explicación sucinta de su punto”. Otro de los requisitos es que estas actas se levanten por parte del secretario, que se aprueben en la siguiente sesión y los documentos sean accesibles para todos los participantes.

Comité de expertos disuelto en abril

El comité técnico del PROCICAT reúne a los principales responsables de la parte administrativa, pero no convoca a ningún experto en epidemiología, virólogos o a personas con conocimientos médicos. En cambio, la Generalitat sí disponía de un grupo específico de expertos en pandemias víricas, que se reunían bajo el Comité de Análisis y Seguimiento de las Enfermedades Transmisibles Emergentes de Alto Riesgo. Este grupo, que se citó el 27 de enero para tratar por primera vez la aparición del nuevo virus, congregaba a una treintena de expertos entre los que había profesionales de los servicios de epidemiología de varios hospitales catalanes, miembros de grupos universitarios de investigación y representantes de las administraciones.

Este comité se reunió en cinco ocasiones entre enero y el 8 de abril. Pero, en esa fecha, decidió disolverse. La razón aducida por Salut es que “su principal función era la de adaptar a Catalunya el Procedimiento aprobado en el seno de la ponencia de vigilancia epidemiológica liderada por CCAE (Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias) adscrito al Ministerio de Sanidad, y dado que la mayoría de los miembros pertenecían a las instituciones del ámbito sanitario (Departamento y sus unidades, Servicio Catalán de la Salud, ICS, SEM) se optó por crear otros espacios más operativos internos para tratar y decidir los aspectos técnicos de los procedimientos de actuación frente a casos de infección por el nuevo coronavirus SARS-Cov-2 derivados de la propuesta de la citada ponencia ministerial”.

Aunque solo fueron cinco reuniones, este Comité de Análisis y Seguimiento sí levantó acta puntual de cada encuentro que realizaron los expertos de forma telemática. En esos documentos, a los que ha tenido acceso este diario, quedaron plasmados los asistentes, los principales puntos tratados e incluso en ocasiones un breve resumen de las intervenciones de cada experto.

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