Bronca entre los afines a Puigdemont y el PDeCAT por la marca de JxCat en las municipales
Que las relaciones entre los diversos sectores del antiguo espacio de Convergència son tensas es un secreto a voces. Pero la bronca nunca se había vivido de forma tan pública como ahora, cuando el PDeCAT ha anunciado su intención de concurrir a las elecciones municipales con el nombre de JxCat. Esa fue la marca utilizada por Carles Puigdemont para sumar a independientes en su lista a las elecciones al Parlament del pasado diciembre y, ahora, varios de aquellos independientes han salido a quejarse de la maniobra de un partido en el que no militan.
La decisión del PDeCAT se venía fraguando durante los últimos meses, conscientes de que sus siglas tienen menos tirón que las de Puigdemont. El pasado viernes, en la convención municipalista del partido que tuvo lugar en Castelldefels, se acabó poniendo de manifiesto que la marca bajo la que se presentaría la antigua convergencia sería la de JxCat. Entre las razones que expusieron para fundamentar esta decisión pesa la fuerza de la marca, pero también el deseo de abrir las listas locales a independientes.
“No es lo mismo ser JxCat que llamarse JxCat. Ahí lo dejo”, escribió el sábado, lacónico, el vicepresidente del Parlament y diputado independiente de la lista, Josep Costa. Un mensaje corto pero suficiente para abrir la espita de las críticas de otros diputados de su misma condición.
La arremetida de la diputada Aurora Madaula llegó horas después, de forma mucho más beligerante: “No en mi nombre. Soy diputada de JxCat y no me representan ni vuestras maneras de hacer ni vuestro proyecto. JxCat nació como un proyecto transversal de país y no de partido. El nombre no hace la cosa. Y lo sabéis”.
El rapapolvo en redes sociales fue solo la punta del iceberg, según explican fuentes cercanas al espacio de JxCat. Varios diputados manifestaron internamente su malestar durante el fin de semana y las posiciones se enconaron aún más de cara a las municipales. La idea de tomar las siglas de JxCat perseguía también poder utilizar a algunas de las caras más conocidas de la formación y del Govern durante la campaña municipal, algo que, según el nivel de tensión interna que se viva, podría resultar imposible.
Sin embargo este lunes el partido se ha reafirmado en la intención de acudir con la marca JxCat. Según ha defendido la portavoz Maria Senserrich, Puigdemont no solo estaba informado sino que fue un paso acordado con él. “El martes pasado David Bonvehí y Ferran Bel fueron a Alemania a hablar con el president y se le explicó lo que hace meses que estábamos trabajando y que él ya conocía. Nosotros hemos informado en todo momento al líder de nuestro partido y de JxCat, que somos todos la misma cosa”, ha explicado Senserrich en rueda de prensa.
El PDeCAT busca su impulso en JxCat
Acudir a las municipales con las siglas de JxCat no es, ni mucho menos, una idea repentina. El PDeCAT lleva meses asegurando que su proyecto se engarza perfectamente con el JxCat de Carles Puigdemont. Pocas semanas después de las elecciones de diciembre, cuando Artur Mas renunció a la presidencia del PDeCAT ante la inminencia de la sentencia del caso Palau, el propio expresident aseguró que considerado que una de las razones para dejar la formación es no ser un “freno” para que el éxito de JxCat expandiera al PDeCAT.
La idea de que hay un espacio mucho más amplio que el de las siglas del PDeCAT ha estado latente en muchos sectores desde la refundación de Convergència. Eso fue precisamente lo que impulsó el proyecto de Puigdemont antes de las elecciones de 2017, con una candidatura trufada de independientes que sin embargo legalmente era una coalición entre el PDeCAT y Convergència.
Pero el éxito de JxCat, que consiguió remontar las encuestas y superar a ERC convirtiéndose en la principal lista independentista, pronto traspasó las paredes del hemiciclo y comenzó a calar en el tejido municipal. Hasta tal punto que en marzo pasado comenzó una verdadera carrera por registrar marcas locales de JxCat. Ya para entonces se habían inscrito siglas como Junts per L'Hospitalet, JxBadalona, JxSabadell, JxLleida o JxReus. Sobre la mayoría de ellas mantenían el control personas cercanas al PDeCAT.
La lista unitaria gana adeptos
La disputa mantenida con los independientes de JxCat no ha sido suficiente para que el PDeCAT se desprenda de la voluntad unitaria que últimamente exhiben. En las últimas semanas la formación se ha abierto a intentar formar listas de unidad del independentismo, como ya sucediera en 2015 con la fórmula de JxSí para el Parlament. Hasta ahora era el independiente Jordi Graupera, casi en solitario, quien impulsaba la idea de la lista unitaria para Barcelona, según su fórmula con unas primarias conjuntas. Pero la candidata del PDeCAT en la capital, Neus Munté, presentó su candidatura la semana pasada apostando por “una lista transversal y unitaria”.
Con esto, Munté hizo suya la idea y marcó desde Barcelona el camino a los grupos municipales de diversos municipios de Catalunya. A partir de aquí, las fórmulas desde las que el PDeCAT intente sumar a ERC o a partidos más pequeños del independentismo está por ver, pero el hecho de que varias marcas locales estén registradas como JxCat apunta a que será este el paraguas por el que apuesten desde la formación de Pascal y Munté, y una de las razones que podrá aducir ERC para rechazarlo.
En busca de evitar esta presión desde el PDeCAT, Democràtes de Catalunya, que ya acudió en coalición con ERC, ha anunciado este lunes que se suma al proyecto de Graupera por unas primarias abiertas. Entre quienes comparten el objetivo de la unidad independentista la división está a la orden del día.