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La Generalitat solicita quedarse los pisos del 'caso Blasco' comprados con ayudas a la cooperación

La vicepresidenta valenciana Mónica Oltra

Adolf Beltran

La Generalitat Valenciana ha decidido solicitar al Tribunal Superior de Justicia que le adjudique tres inmuebles que se compraron en 2008 en Valencia con el dinero de sendas ayudas destinadas a la cooperación en Nicaragua. Con ello, pretende recuperar en la medida de lo posible los fondos detraídos por una trama de corrupción que ha llevado a la cárcel, entre otros, al que fue conseller de Solidaridad y Ciudadanía, Rafael Blasco.

Los inmuebles (tres pisos y una plaza de garaje), que había comprado con el dinero de las ayudas una fundación privada en complicidad con el conseller y su equipo, salieron a subasta para hacer frente a la responsabilidad civil determinada en la sentencia, que supera la cifra de 1,6 millones de euros. Pero solo se adjudicó la plaza de garaje ya que las ofertas no alcanzaron los mínimos en la licitación (por uno de los pisos, por ejemplo, solo se ofrecía el 10% de los 290.634 euros solicitados).

“Queremos recuperar hasta el último céntimo de lo que se ha robado”, ha explicado este viernes en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell la vicepresidenta Mónica Oltra, que ha considerado que se trata de “un símbolo del gobierno antiguo y de su corrupción política” y ha añadido que los inmuebles se destinarán a políticas sociales.

El valor de mercado de los pisos, según la Generalitat, es de 830.000 euros. Una cantidad que resarciría la mitad de lo que se usó indebidamente. En el caso de que los inmuebles pasen al inventario de la administración autonómica, podrá disponer de ellos libremente, mediante su uso o su venta. En un caso u otro, como ha resaltado Oltra, será con destino a las políticas sociales.

Cambiar la residencia mayores de Carlet

La vicepresidenta ha informado al Consell sobre el conflicto ocurrido en la residencia para mayores de Carlet, tras la publicación de una fotografía de uno de los residentes caído en el suelo y medio desnudo. Oltra ha explicado que la residencia, construida en los años ochenta con una capacidad de más de 500 plazas, obedece a un modelo contrario al que propugna el gobierno del Botànic y ha revisado los pasos que se han dado desde su departamento tanto antes como después del incidente que ha llevado a la dimisión del director de la residencia y la apertura de una investigación sobre el autor o autores de la fotografía.

“Años y años de abandono” y una evidente falta de personal están en la base del deterioro de la atención en esa macro-residencia, según la también consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, que está pendiente de que las Corts Valencianes pongan fecha a su comparecencia para dar explicaciones a los grupos, con cuyos portavoces ha asegurado que ha estado en contacto desde el primer momento y tienen “la misma información” que ella.

Tras remarcar la reducción de la ratio de residentes y el establecimientos de normas pactadas con el comité de empresa que eviten los problemas en las sustituciones de personal, Oltra ha respondido a preguntas de los periodistas que su intención no es cerrar el centro. “Lo que quiero es cambiar la residencia de Carlet”, ha indicado, para defender un modelo contrario a la “institucionalización” de los dependientes, en este caso los mayores, en esas condiciones de impersonalidad.

La vicepresidenta, que se ha declarado partidaria de un modelo en el que se mantenga lo más posible el contacto con el entorno personal, familiar y social, rechaza las “residencias de 400 personas” y aboga por residencias pequeñas. Oltra ha revelado que visitó la residencia de Carlet con la arquitecta de la conselleria para ver las posibilidades de intervención en el edificio. “No será una residencia de 400 personas, será otra cosa”, ha concluido Oltra. “Lo estamos definiendo”

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