PP y Vox ahondan en el borrado de la “violencia machista” en la Comunitat Valenciana
Lo que no se nombra no existe. Sobre esta máxima, asumida por el movimiento feminista, que pone de relieve la necesidad de visibilizar una realidad para actuar sobre ella, se ha articulado una batería de acciones para luchar contra la violencia de género y comprenderla como un conflicto político, social, cultural y simbólico. Los pactos políticos acentúan la necesidad de llevar el debate sobre una violencia antaño amagada en el espacio privado al debate público para concienciar a la población. No en vano, el primer objetivo del pacto valenciano contra la violencia machista aboga por la “sensibilización con perspectiva de género con diseño universal como herramienta de prevención de toda la sociedad”.
Desde la llegada al poder de la derecha aupada por la extrema derecha la máxima sigue operando, pero lo hace a la inversa. La unanimidad en la condena a la violencia de género y machista se rompió hace una legislatura con la presencia de Vox en los parlamentos, que consideran el concepto ideológico y erróneo, y ahora, paulatinamente, se ha ido eliminando desde las instituciones en las que gobiernan. En sus discursos, los dirigentes populares se muestran comprometidos con erradicar el conflicto, pero en las estructuras de poder, como en el Parlamento valenciano, cada vez hay menos rastro de esas palabras.
En la Comunitat Valenciana, el acuerdo para un gobierno de coalición presidido por el PP con la presencia de Vox, con un diputado nacional condenado por violencia psicológica hacia su exmujer, omitía las referencias a la violencia de género o machista. En su lugar, el documento que le dio la presidencia a Carlos Mazón alude a la “violencia intrafamiliar”, término que prefiere Vox, y añade: “En especial la que sufren mujeres y niños, garantizando la igualdad entre todas las víctimas”. En el único municipio valenciano en el que la formación de ultraderecha ostenta la alcaldía se acordó, también con el PP, “sustituir las concentraciones de 'No a la violencia machista' por 'No a la violencia' o 'Condenamos toda violencia'”, como dice el acuerdo de gobierno.
Las competencias en violencia machista también fueron una cuestión clave en la composición del Ejecutivo autonómico. Mazón dejó a Vox sin apenas competencias en esta materia y subrayó su compromiso en la sesión de investidura, anunciando que mantendría la cartera de igualdad con rango de vicepresidencia, aunque la formación ultra gestiona la Conselleria de Justicia, a cargo de las oficinas de atención a las víctimas y de los cuerpos policiales. Dos meses después, aún es una incógnita si se mantendrán las oficinas de atención. La titular de Justicia, Elisa Núñez, señaló el pasado jueves que la Generalitat Valenciana estaba estudiando si mantenía estos recursos y con qué competencias. El presidente de la Generalitat la rectificó un día después.
Vox también ha manifestado su rechazo al término violencia machista en las concentraciones por los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Lo hizo la pasada legislatura como grupo parlamentario y lo hace ahora la presidenta de las Corts, Llanos Massó, que en las dos últimas concentraciones a las puertas de la Cámara se ha apartado de la pancarta institucional junto a los diputados de Vox. Antes de la constitución del Gobierno autonómico uno de sus diputados afirmó que “la violencia de género no existe” ante las cámaras de Televisión Española.
Tras las críticas, que han llevado a Compromís y PSPV a pedir la reprobación de la segunda autoridad valenciana, la mayoría conservadora de la Cámara autonómica ha aprobado un protocolo nuevo. A propuesta del PP, el Parlamento valenciano eliminará el término “violencia machista” de la pancarta institucional y este será sustituido por el de “violencia contra las mujeres”, un término que, a priori, no generaría rechazo en Vox. El vicepresidente primero de la Mesa y autor de la propuesta, Alfredo Castelló, justifica la medida en que hasta la fecha no existe un protocolo unificado entre las instituciones, como marca el pacto valenciano contra la violencia de género, y que hasta que este exista el lema escogido es el mismo que emplea la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana, “con el ánimo de homogeneizar las actuaciones de las administraciones públicas”. Se guardarán tres minutos de silencio a las 12 del mediodía, una vez el Gobierno comunique que se trata de un caso de violencia de género. La medida ha salido adelante con la oposición de PSPV y Compromís, que critican el borrado.
La vicepresidenta segunda de la Mesa y exconsellera de Justicia con el PSPV, Gabriela Bravo, ha acusado al PP de “contradecirse” y de impulsar este cambio para que “Llanos Massó, que forma parte de un partido que niega la violencia de género, se sienta cómoda” y así “blanquear” a Vox. El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha acusado al PP de “plegarse a Vox” y “no tener escrúpulos de quitar de una pancarta una reivindicación como la violencia machista”.
El portavoz del PP, Miguel Barrachina, ha defendido el cambio para “despolitizar” los minutos de silencio y evitar que se utilicen como “arma arrojadiza” entre partidos. “El día que desgraciadamente haya un caso [de violencia machista] y estemos los cuatro grupos se acabará este debate que no lleva a ningún lugar”, ha augurado, para subrayar que “el cien por cien de los valencianos se situarían detrás de una pancarta que diga 'No a la violencia contra las mujeres'”, ha incidido.
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