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El yerno de Zaplana justifica los 2,2 millones que ingresó desde Suiza en la venta de un edificio a Amancio Ortega en Madrid

Rosa Barceló, mujer de Zaplana, y sus dos hijas, Rosa María y María, cuando acudieron a la Guardia Civil tras la detención del político.

Sergi Pitarch

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El empresario Luis Iglesias, yerno del exministro de Trabajo Eduardo Zaplana, ha declarado ante la jueza del caso Erial que el ingreso de 2,2 millones de euros que recibió desde Suiza y con el que pagó el alquiler de la vivienda de lujo donde residía el expolítico son de una operación inmobiliaria con Amancio Ortega, el fundador y máximo accionista de la multinacional de la moda Zara. Fuentes conocedoras de la declaración y de la documentación aportada por la defensa a la causa consideran que el argumento de Iglesias no está fuera de lugar, pero que habrá que seguir investigando. Esta mañana, su esposa e hija del expresidente de la Generalitat, María Zaplana, ha defendido que el ingreso millonario desde la Confederación Helvética fue fruto de “negocios privados”, algo que ya sustentó en su interrogatorio ante la Guardia Civil.

Luis Iglesias ha explicado ante la jueza del caso que participó a través de un fondo internacional -Drago Capital- en la venta de un edificio en Gran Vía 32 de Madrid por más de 400 millones de euros. De los beneficios de la venta de esa operación inmobiliaria consiguió bonos de 2,2 millones de euros que son los que repatrió a España. Esta operación bancaria, ha asegurado, está supervisada por la Agencia Tibutaria.

El edificio del número 32 de la Gran Vía de Madrid es una emblema de la capital de España porque alberga tiendas como Zara o Primark y es la sede del grupo Prisa. Lo que se cuestiona en esta investigación del caso Erial no es la compra del edificio por parte de Pontegadea (Amancio Ortega), sino la repatriación de la comisión de 2,2 millones que obtuvo Luis Iglesias de Drago Capital.

Luis Iglesias recibió 11 días antes de empezar a pagar el alquiler de 3.500 euros al mes de la vivienda de lujo de Zaplana 2,2 millones de euros desde Suiza. En esa cuenta estaba como cotitular María Zaplana, a quien también han preguntado por una vivienda que adquirió en la calle Poeta Querol de València. Sobre esa compra, María Zaplana ha explicado que la adquirió gracias a una donación de su padre de 600.000 euros.  “No hay nada, que son todo errores que se subsanarán con el tiempo y la documentación aportada por la defensa”, ha asegurado la hija del expolítico, que como su marido, está imputada en la causa.

Mitsouko Enríquez, secretaria personal de Zaplana desde hace 30 años, también ha declarado este martes ante la jueza del caso Erial. Enríquez ha explicado que los 50.000 euros que se encontraron en el despacho de Zaplana en Telefónica “eran para gastos imprevistos”. Enríquez ha declarado que todo lo que hizo que se le imputa en la causa fue por orden del expolítico.

El ex presidente valenciano y exvicepresidente de Bankia José Luis Olivas ya prestó declaración ante la jueza hace un par de semanas y negó haber cobrado algún tipo de comisión por la adjudicación del Plan Eólico a Sedesa, la empresa de la familia Cotino, cuando él era jefe del Consell. También mantuvo que los 500.000 euros que ingresaron a su cuenta fue la cantidad que pactó con el empresario Vicente Cotino, dueño de la mercantil, por diferentes servicios prestados en una operación de compraventa.

Junto a Olivas, también comparecieron ante la jueza Francisco Pérez López, representante de una gasolinera a quien se vincula con la compra de una embarcación que sería finalmente de Zaplana; Saturnino Suanzes, abogado y considerado por los investigadores como quien se encargaría de gestionar los fondos ocultos en Andorra; y la hermana de este último, exdiputada del PP en las Corts Valencianes y también considerada intermediaria, Elvira Suanzes.

También acudieron a la Ciudad de la Justicia los empresarios Robert Edgar Bataouche y Ángel Salas; y María Paloma Domínguez, mujer de Francisco Grau, considerado diseñador de la red societaria de la que se servían los supuestos implicados en la trama.

Todos los investigados quisieron prestar declaración excepto los hermanos Suanzes. A su salida del juzgado, Elvira manifestó a los medios de comunicación, preguntada por si es inocente, que es “evidente”: “Lo llevamos diciendo en todos los escritos y en todos los momentos en los que hemos tenido oportunidad”, apostilló.

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