Réquiem por el Círculo de Lectores: “No se le abría la puerta a ningún comercial excepto a ellos”
Socios, exbecarios y agentes del Círculo de Lectores comparten su recuerdo más nostálgico ante el cierre de una red que llenó las estanterías de hogares sin libros
“La pena es que se acaba un modelo que ya está obsoleto pero que era más sostenible a nivel medioambiental que Amazon, que genera emisiones contaminantes y gases de efecto invernadero”
“Los libros del Círculo, así los llamábamos en casa, eran la única forma de acceder a títulos que no estaban en una biblioteca rural desactualizada y un tanto descuidada”
Este viernes es el Día de las Librerías, una efeméride que se ha tornado triste para muchos de los que empezaron las suyas gracias al Círculo de Lectores. La red nació en 1967 como un club literario a domicilio réplica del Círculo que había fundado el gigante empresarial Bertelsmann varios años antes en Alemania.
Lo que hizo grande al Círculo de Lectores es precisamente lo que cavó su tumba en la era de los catálogos online: la venta puerta a puerta. Como recuerdan los nostálgicos, “no se le abría el portero a ningún comercial menos a los del Círculo”.
Se sentaban en el sofá de las familias y, a veces con un café y otras con un vino de la tierra, repartían recomendaciones con la cordialidad de un librero. Iban a comisión, pero conseguían que eso no se notase.
Ayer, ante la noticia de su cierre por parte de Planeta, Twitter se inundó de historias personales que dejaban patente lo que supuso la red literaria para generaciones muy distintas de españoles. Había de todo: becarios del Círculo, editores, hijos de agentes, escritores que descubrieron su pasión gracias al catálogo y ciudadanos rurales cuya única opción de acceder a un libro llegaba de la mano de ese señor o señora trajeada.
“Esta es la cuadratura que consiguió milagrosamente el club: situarse en un mercado ya formado, afectando a todos sus componentes, pero sin crear suspicacias y muchas veces en régimen de colaboración”, dice hoy el lingüista y editor José Antonio Millán. Sin embargo, en los últimos años los rutilantes agentes habían dado paso a “jubilados que repartían el pedido con carritos de la compra”, como admitió el Círculo a El País. Habían llegado tarde a un mercado monopolizado por Amazon.
Entre las teorías corporativas y las razones empresariales del cierre, ayer destacaron las fotografías de enciclopedias, estanterías y ediciones -unas con portadas más acertadas que otras-, que muchos rescataron para despedirse de la red. También hubo algunos que criticaron las formas de comunicar el despido por parte de Planeta y otros que no mostraron ni pizca de compasión, pues hacía mucho que se habían dado de baja.
Pero, ante todo primó la nostalgia, más que por el cierre del Círculo de Lectores, por un futuro cada vez menos esperanzador para los negocios libreros de siempre. Aquí una breve muestra de recuerdos cedidos por los socios y extrabajadores.
Roberto Ruíz Robles, técnico medioambiental y exbecario del Círculo.
Belén Bermejo, fotógrafa y editora de Espasa.
Lara Hermoso, periodista de RNE y redactora en Librotea.
Jorge Carrión, autor del libro Contra Amazon.Contra Amazon