Los alquileres en Valencia suben aún más que en Madrid y casi tanto como en Barcelona
Vuelco total en el precio de los alquileres de viviendas para uso residencial en los últimos años en València. La ciudad ha registrado un incremento del 39,4% desde que alcanzó su mínimo histórico, en mayo de 2014, un aumento muy superior al que ha registrado Madrid en el mismo periodo (27%) y cercano al que ha experimentado Barcelona (48%).
Así se desprende de un estudio del portal inmobiliario Fotocasa, especialista en el mercado de vivienda de segunda mano y de alquiler.
Según el mencionado informe, la capital valenciana registró su máximo histórico en enero de 2008, al alcanzar los 8,83 euros por metro cuadrado, es decir, que un piso de 100 metros cuadrados se cotizaba entonces a 883 euros al mes.
A partir de ese momento, el mercado se desplomó un 48% hasta los 5,81 euros mensuales por metro cuadrado registrados en mayo de 2014.
Desde ese momento, hasta ahora, los precios han vuelto a subir un 39,4% hasta los 7,77 euros actuales. El incremento en los últimos cuatro años es muy superior al registrado de media en la provincia de València (29,8%), en la Comunitat Valenciana (24,2%) y en España (16,4%).
Por distritos, actualmente la zona más cara de València para alquilar es Campanar con 8,78 euros el metro cuadrado, seguida de L'Eixample (8,76 euros) y Ciutat Vella (8,46 euros) y las que más han subido desde que Fotocasa cuenta con registros por distritos (julio de 2014), han sido L'Eixample (33,5%) y Campanar (32,4%). En Poblats Marítims los alquileres se han encarecido un 27,4% y en Ciutat Vella un 15%.
Pero, ¿cuál es la causa de este pronunciado aumento de los precios? Fuentes de Fotocasa han explicado que entre los motivos destaca un aumento de la demanda del alquiler en detrimento de la compra como consecuencia de la crisis, y al mismo tiempo una reducción de la oferta, entre otros motivos, porque cada vez más propietarios destinan sus vivienda al alquiler turístico.
“Emergencia habitacional”
Por su parte, la directora general de Vivienda de la Generalitat Valenciana, Rebeca Torró, comenta que “el crecimiento porcentual de los precios medios de alquiler es inquietante, pero el análisis fino de la situación permite constatar una evolución aún más inquietante: la importante disminución de oferta de viviendas en alquiler, y sobre todo, la casi desaparición de la oferta asequible. Es una verdadera situación de emergencia habitacional”.
Sobre las causas, además de la proliferación de apartamentos turísticos y de la rebaja de la duración de los contratos de cinco a tres años, destaca que la evolución del mercado inmobiliario es causa principal del aumento: “posteriormente al estallido de la burbuja inmobiliaria disminuían los precios de venta de la vivienda, con lo que la vivienda dejó de ser un activo (una mercancía) interesante; de repente, había que rentabilizar la vivienda alquilándola, y se llegó a una situación de mercado de alquiler que funcionaba de manera relativamente equilibrada en términos de oferta y demanda”.
Sin embargo, “con la vuelta del crecimiento de los precios de venta, la vivienda ha vuelto a ser un activo financiero interesante, y el alquiler deja de serlo, con lo que la oferta se reduce considerablemente”.
Al borde de la burbuja
Diferentes colectivos vecinales vienen advirtiendo del efecto perverso que está generando el boom de apartamentos turísticos, tales como el incremento del precio de los alquileres, lo que acaba expulsando a los vecinos de sus barrios de toda la vida en busca de precios más asequibles.
La concejala de Turismo del Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, ya advirtió de que Valencia se encuentra al borde de la 'burbuja'.
La ciudad cuenta con 4.714 apartamentos turísticos, lo que supone un 48,6% de la oferta habitacional municipal (18.102 plazas). De esas plazas, solo 2.245 están reguladas -pertenecen a empresas o inmobiliarias y están dadas de alta en Hacienda, por lo que pagan los impuestos que les corresponden-. El resto (2.469) son de particulares que las alquilan sin ningún tipo de control.
Tanto desde el Ayuntamiento como desde la Generalitat se están estudiando varias iniciativas encaminadas a regular y endurecer las condiciones de este tipo de alojamiento, entre ellas, la imposición de una tasa a los clientes, la limitación de días que se puede ofertar un apartamento turístico o la necesidad de que cuenten con un visado del Ayuntamiento y con permiso de la comunidad de vecinos para poderse dar de alta en el registro autonómico.