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Las cuchillas de las vallas de Ceuta y Melilla son sustituidas por un “peine invertido” para impedir trepar

El "peine invertido" sustituye a las cuchillas de Ceuta y Melilla.

Gonzalo Testa / Gabriela Sánchez

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La promesa del Gobierno de retirar las concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla llevaba consigo una profunda reforma del entramado fronterizo actual. La remodelación, entre otras obras, incluía una nueva “corona” que sustituiría a las cuchillas, pero Interior se resistía a confirmar el obstáculo escogido para frenar la entrada de migrantes a España de manera “menos lesiva”. Este viernes, varios tramos de la alambrada ceutí han amanecido con unos barrotes semicirculares en su parte superior. Se trata de un “peine invertido”, confirman fuentes del Ministerio.

“Los puntos más sensibles de las vallas, se colocará en la coronación [la zona superior de la alambrada] una estructura metálica de barrotes semicirculares”, confirma un portavoz de Interior a eldiario.es. “Entre las diferentes opciones, se ha optado por la que mejor combina el espíritu poco lesivo y seguro de la reforma fronteriza”, añaden las mismas fuentes.

Según defiende Interior, el “peine invertido” impedirá los profundos cortes provocados por el alambre de cuchillas, que será retirado de la totalidad de las alambradas españolas, mientras impedirá la entrada de migrantes a través de las vallas. Sin embargo, las concertinas sí están presentes en el lado marroquí de las fronteras de Ceuta y Melilla.

Las obras en las alambradas comenzaron a finales de noviembre del año pasado, después de haber pospuesto su inicio en varias ocasiones desde 2018. La reforma, que se preveía finiquitar en octubre de este año, cuenta con un presupuesto de casi 18 millones de euros (8.366.333 euros destinados a Ceuta y 9.533.549 euros a Melilla). Los operarios de la empresa de Transformación Agraria S. A. (TRAGSA) llevan meses inmersos en la retirada de las concertinas y en los últimos días han colocado el “peine invertido” en varios puntos de la alambrada ceutí.

Más allá de la prometida eliminación de las cuchillas, debido a las lesiones que provocan, Interior ha aprobado también la eliminación de la denominada “sirga tridimensional” de la valla de Melilla. Se trata de la “tercera valla” creada en 2006 durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero en la zona intermedia de la triple alambrada melillense.

La reforma incluye el aumento de la altura de la vallas hasta un 30%, alcanzando los 10 metros en algunos puntos de ambas fronteras. En la actualidad las dos verjas se sitúan en torno a los seis metros. En esos mismos puntos considerados “vulnerables” por las fuerzas de seguridad, es donde Interior pretende incluir los nuevos barrotes semicirculares que “impidan trepar, reduciendo el riesgo de caídas y otro tipo de heridas”.

La retirada de las concertinas fue la primera promesa de Grande-Marlaska al frente de Interior. Mientras en Melilla este alambre cortante fue retirado de la zona superior en 2006 -pero permanecieron en otros puntos-, la verja de Ceuta seguía coronada con sus púas.

Pero, mientras en el lado español los operarios retiraban el alambre de cuchillas, Marruecos construía una nueva verja coronada por concertinas a escasos metros de la valla de Ceuta.

En febrero, Fernando Grande-Marlaska insistió en que “era mentira” la información sobre la creación de un nuevo obstáculo en Marruecos pero ya es una realidad. El camino que recorre la valla está trazado a lo largo de toda la frontera de Ceuta, pero en territorio marroquí. Alrededor de la verja se han creado garitas de control y pequeños cuartelillos para los agentes de vigilancia de la Gendarmería Real.

Aunque la construcción del vallado comenzó cuando España anunció la retirada de las concertinas, las autoridades marroquíes mantienen que este proyecto de refuerzo en la frontera es anterior a la llegada del PSOE al gobierno y a los acuerdos económicos con la Unión Europea (UE) del pasado verano, por los que se prometió al país magrebí la dotación de 140 millones de euros para controlar la migración y evitar que lleguen personas a España.

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