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Al menos 40 migrantes muertos y 80 heridos en un ataque de cazabombarderos en Trípoli
Al menos 40 migrantes han muerto y más de 80 han resultado heridos en un supuesto bombardeo de las tropas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter que afectó a un centro de detención en la localidad de Tajura, en el sur de Trípoli, según ha informado el gobierno sostenido por la ONU en la capital (GNA).
Según la fuente, el ataque, perpetrado por cazabombarderos F-16 se produjo al caer la noche y causó un amplio número de heridos. “Los equipos de socorro se encuentran trabajando en el lugar del ataque. Hay decenas de víctimas”, ha explicado a Efe un portavoz de la operación “Volcán de la ira”, lanzada por el GNA para contrarrestar la ofensiva de Hafter contra la capital.
El hombre fuerte del país puso cerco a Trípoli el pasado 4 de abril con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un claro mensaje a la comunidad internacional que tenía como primer objetivo arruinar el actual plan de paz.
Desde entonces, se suceden los combates en las áreas rurales del sur de Trípoli, en una espiral de violencia que ya ha causado cerca de 600 muertos, más de 5.000 heridos y obligado a más 30.000 familias a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos.
Los enfrentamientos armados también han afectado gravemente a miles de migrantes, en su mayoría de origen subsahariano, que se encuentran en los alrededores de la capital a la espera de poder viajar de forma irregular a Europa o que han sido recluidos en centros de detención tras haber fracasado en el intento.
Flavio Di Giacomo, portavoz del área del Mediterráneo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ha calificado el ataque como “una terrible tragedia” que demuestra una vez más que Libia no es un puerto seguro para devolver a los migrantes rescatados en la ruta marítima que lleva a Italia. “Ahora más que nunca, Libia es un país muy peligroso. Mientras los enfrentamientos militares continúan en el país, los migrantes rescatados en el mar son trasladados a centros de detención donde su vida corre un gran riesgo. Los migrantes no deben ser devueltos a Libia”, ha sentenciado en un mensaje en Twitter.
Según varios responsables del GNA, Hafter ha intensificado los bombardeos en respuesta a la pérdida hace varios días de la ciudad de Gharyan, situada a unos 100 kilómetros de Trípoli y base usada por sus tropas para el asedio de la capital.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de los heterogéneos grupos rebeldes sobre la larga dictadura de Muamar al Gadafi.
Desde 2015 tiene dos gobiernos, uno sostenido por la ONU en Trípoli, que apenas domina la capital y algunas pequeñas poblaciones del oeste del país, y otro tutelado por el mariscal Hafter que controla el resto del territorio y la mayor parte de los recursos petroleros.
De la división se benefician diversos grupos dedicados al tráfico ilegal de armas, combustible y personas, que son el verdadero motor de su destruida economía.
En este contexto, la playas del oeste de Libia se han convertido en el principal trampolín para la inmigración irregular a través de la ruta del Mediterráneo central, una de las más mortíferas del mundo.
La Unión Africana condena los hechos
El presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, ha condenado la muerte de al menos 40 migrantes en Libia la pasada noche en un supuesto bombardeo de tropas del mariscal Jalifa Hafter en una zona del sur de Trípoli.
“Condeno con contundencia el ataque aéreo que mató a al menos 40 migrantes inocentes en un centro de detención en Libia”, ha escrito Mahamat en un comunicado divulgado en su cuenta oficial de la red social Twitter. “Es un crimen horroroso que debe investigarse completamente”.
Mahamat instó a las partes en conflicto a adoptar un “alto el fuego inmediato” que posibilite volver a la “mesa de negociación”, y a “garantizar la protección y seguridad de todos los civiles, especialmente los migrantes atrapados en centros de detención”.