Las ONG denuncian que Europa infla en 7.000 millones de euros la ayuda al desarrollo
Europa engorda sus cifras de inversión en cooperación al desarrollo. Es una de las principales denuncias del informe AidWatch 2015, elaborado por las ONG europeas para el desarrollo, que mide la calidad de la ayuda de los países ricos a los empobrecidos. Su análisis estima que “en 2014 más de 7.000 millones de euros” nunca llegaron a las regiones necesitadas, se quedaron en Europa.
Las entidades sociales de la Confederación europea de ONG para el desarrollo y la ayuda humanitaria (CONCORD) indican en el estudio que hay una “tendencia creciente” de los países europeos a apuntar gastos y partidas en su cuenta de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) que, según su valoración, no deberían figurar dentro de este concepto. Las ONG se refieren a la “AOD genuina” como aquella que “realmente transfiere recursos a los países en desarrollo”.
Según sus cálculos, “en 2014 los 28 miembros de la UE y las instituciones europeas inflaron sus ayuda en 7.100 millones de euros, que representa un 12% de todos los fondos de ayuda”. La Coordinadora de ONGD española, que forma parte de CONCORD, indica que en las cifras españolas, “los porcentajes destinados a cooperación descienden del 0,14% al 0,13%, lo cual significa que el 20% de los recursos que invierte España son de baja calidad con un cuestionable impacto en la lucha contra la pobreza y la desigualdad”.
¿A qué se han destinado estos fondos? El estudio apunta que una parte ha ido a parar a la crisis humanitaria de refugiados, que ha llegado a Europa a través del Mediterráneo. “Luxemburgo, Polonia y Bulgaria han decidido no incluir los costes en la acogida de refugiados como AOD, al contrario que España, Malta y Hungría”, reza el estudio.
Europa como “beneficiaria”
Las organizaciones sociales entienden que la acogida en Europa de los demandantes de asilo es “un imperativo moral”, pero no por ello “los fondos para los refugiados en el país se deben contar como ayuda oficial al desarrollo”. En este sentido, CONCORD teme que esta crisis humanitaria desvíe fondos necesarios en países empobrecidos para los gastos relacionados con el freno de los flujos migratorios, que no supongan una inversión real para el desarrollo de la población.
“Si continúa la tendencia actual de utilizar los presupuestos de AOD para acoger a los refugiados, el mayor receptor de la ayuda europea en el futuro, paradójicamente, podría ser Europa”, critican desde la sociedad civil.
Otra parte de los 7.000 millones han sido destinados para el pago de estudios en Europa de personas procedentes de países empobrecidos y la condonación de la deuda, “que no deberían ser tenidos en cuenta en el cómputo, sino que deberían financiarse con recursos distintos a los de la política de cooperación”, indican desde la Coordinadora española.
Los compromisos que se alcanzan internacionalmente para combatir el cambio climático también presentan un problema, según las ONG europeas. En ausencia de un acuerdo o criterios claros sobre cómo contar los fondos destinados al cuidado medioambiental, “muchos donantes están contando la misma AOD para el desarrollo y para sus objetivos de financiación ambiental”, en lo que consideran que supone en muchas ocasiones “contar el mismo dinero dos veces”.
Ignacio Martínez, responsable del área de Estudios de la Plataforma 2015 y más, afirma que es complicado diferenciar si algunas partidas deben considerarse o no Ayuda Oficial al Desarrollo. “El concepto de AOD es un poco permeable y los gobiernos aprovechan a veces para meter cosas en las que no hay una concepción muy clara”.
En ocasiones, saber a dónde han ido a parar los recursos públicas es de por sí una hazaña. “El rastro de buena parte de la cooperación financiera se pierde adónde va. Porque los instrumentos financieros muy opacos”, añade Martínez. En España, la inversión financiera a través del Fronprode “se supone que es ayuda al desarrollo, pero no siempre se puede seguir el rastro del dinero”.
Un concepto en discusión
En la actualidad, la propia noción de ayuda al desarrollo y la forma de contar los recursos destinados a la cooperación está en discusión. El informe internacional de la sociedad civil menciona las conversaciones de la OCDE sobre una nueva fórmula denominada 'apoyo oficial total para el desarrollo sostenible' (TOSSD, por sus nombre en inglés). Este medidor tendrá en cuenta también otras partidas más allá de la AOD. El reto, indican, radica en que por el momento es un concepto “muy amplio” y temen que los países intenten incluir partidas que no pretendan expresamente el desarrollo de los países empobrecidos y que mezclen otro tipo de intereses, como los comerciales.
Con esta fórmula más amplia, los esfuerzos de los países miembros de la UE podrían parecer que aumentan en un contexto en el que Europa está fallando en sus promesas sobre cooperación. Los compromisos de la UE para destinar el 0,7% de su renta bruta a la ayuda al desarrollo en 2015 se han quedado en “un 0,42%”. Los 28 también se comprometieron a llegar al famoso 0,7%, recomendado por Naciones Unidas, este año pero solo cuatro lo han alcanzado: Luxemburgo, Suecia, Dinamarca y Reino Unido.
España, tras años de recortes, se ha quedado muy lejos: en un 0,13% de inversión (un 0,14% según el Gobierno). La sociedad civil exige a los 28 y a las instituciones europeas que sean leales a las promesas que firman sobre el papel para que en la próxima cita, en 2020, el 0,7% no vuelva a ser una utópica meta.