Bankia vuelve a apostar por la construcción de viviendas y prevé duplicar los préstamos a promotores
Bankia quiere volver a apostar por el ladrillo. La entidad financiera, que fue rescatada en 2012, vuelve a situar el préstamo promotor para la construcción, entre los productos más rentables. La compañía avanza su apuesta por este segmento de financiación, que tantos quebraderos de cabeza ha dado al sector financiero en la última década.
Así se ha evidenciado en la presentación de resultados de la compañía, celebrada este lunes. El grupo financiero, que ha disparado un 40% su beneficio, ha cerrado 2018 con una vuelta al crecimiento en el conocido como crédito promotor, que es aquella financiación destinada a la construcción. En concreto, ha concedido 400 millones de euros.
Para este año, la cifra será sensiblemente superior, más del doble. “Este año va a ir claramente a más, llegaremos a los 1.000 millones de euros”, señaló este lunes José Sevilla, consejero delegado de Bankia. El directivo señala que “hay un montón de proyectos” abiertos y que están enfocados en la construcción de viviendas.
El pasado ejercicio ha supuesto la vuelta de Bankia a este negocio. Hasta entonces, la compañía estaba bajo la intensa mirada del Banco Central Europeo y la Comisión Europea, que limitaba los ámbitos de actividad y de asunción de riesgos. Este plan de recapitalización incluía una restricción a su entrada en sectores como el mayorista o el crédito promotor. Esa limitación se levantaba para 2018, como informaba la propia entidad en su memoria anual de 2017.
Ahora, en 2019, la compañía incluye en sus resultados del pasado ejercicio al crédito promotor entre los productos de “alto valor”, como son las hipotecas, las comisiones por gestión y comercialización de fondos de inversión o la financiación a grandes corporaciones.
Bankia es el producto de siete antiguas cajas de ahorros que entraron en crisis, principalmente, por su exposición al crédito promotor y el aumento de los impagos. Especialmente es el caso de Caja Madrid y Bancaja. Este proceso, y su posterior salida a Bolsa, son materia central en el proceso judicial del caso Bankia, cuyo juicio se retoma el próximo lunes, tras la suspensión por enfermedad de la fiscala del caso, Carmen Launa.
Por ello, la dirección del grupo pretende dejar clara su cautela y lo diferencia del crédito promotor que se concedía antes de la crisis. “Hay bastantes diferencias respecto al negocio promotor de hace años”, apuntó Sevilla durante la presentación de resultados. “Estamos contentos con la evolución del sector”, subrayó el consejero delegado de la entidad.
Por su parte, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, defendió que la compañía tiene “toda la capacidad” para controlar el riesgo de estas inversiones crediticias. Además, quiso acotar la importancia actual de los créditos promotores en el total del sector. “Estamos entrando en un mercado que es enorme con 400 millones y este año con 1.000 millones, somos superprudentes con estos objetivos”, apuntó.
Niega que exista una nueva burbuja
Además, Goirigolzarri se mostró optimista con la situación que vive el sector inmobiliario y descartó por completo que se esté caminando a una nueva burbuja. “Se está dando una evolución positiva, pero nada tiene que ver con los picos que nadie desea que vuelvan, no estamos en nada cercano a algo que podamos llamar burbuja”, subrayó.
La apuesta del grupo por crecer en el préstamo promotor coincide con un periodo en el que la entidad todavía está dando salida a los créditos morosos y a los activos adjudicados procedentes de la mala gestión del pasado en el entorno del ladrillo. Pese al importante recorte del pasado año de 6.000 millones de euros, los activos improductivos, como se les conoce, siguen sumando más de 10.800 millones, o el 8,2% del conjunto de los activos del grupo.
La empresa tiene la reducción de estos activos improductivos como uno de los pilares de su plan estratégico. El objetivo es cerrar 2020 por debajo del 6%. En este plan se encuadran algunas operaciones, como la venta de una cartera de 3.000 millones en ladrillo, al fondo Lone Star, afincado en Bermudas, del pasado mes.