Italia responde a la carta de Bruselas contra sus presupuestos: “Somos conscientes de no estar en línea con la UE”
Pone en riesgo la moneda única, alertó Jean-Claude Juncker. Son los únicos que se han atrevido con un presupuesto expansivo, afeó Pierre Moscovici. La Comisión Europea no acepta los presupuestos italianos, que suponen mayor gasto público en el afán de intentar calentar la economía para rebajar la deuda. Pero las instituciones europeas no se creen esa regla de tres, y quieren que Italia rehaga sus cuentas.
Pero la respuesta italiana no ha ido por ahí. Italia reconoce que sus presupuestos se alejan de las normas comunitarias, pero persiste en ello. “Ha sido una decisión difícil pero necesaria”, dicen en una en la carta enviada a la Comisión Europea y difundida este lunes.
“El Gobierno italiano es consciente de haber elegido una dirección de la política presupuestaria que no está en línea con las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Ha sido una decisión difícil pero necesaria a la luz del persistente retraso en la recuperación”, se lee en el texto.
En la carta, el ministro de Economía, Giovanni Tria, ofrece explicaciones sobre las cifras que causan preocupación a Bruselas, como un elevado déficit, y desea que sean “suficientes” para calmar los temores.
“Italia es Italia”, dijo Juncker el jueves pasado en Bruselas durante el Consejo Europeo: “No tenemos prejuicios negativos contra el presupuesto italiano, será examinado con el mismo criterio que el resto. Siempre hemos sido acusado de ser generosos, flexibles con Italia. Italia ha podido gastar en los últimos tres años 30.000 millones sin sanciones bajo el imperio del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Hemos sido muy amables, gentiles y positivos con Italia, porque Italia es Italia”. Para el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, sin embargo, “la manovra è molto bella [el proyecto de presupuestos es precioso]”.
Y los casos de España, Francia, Bélgica y Portugal son distintos. Por eso la dura carta a Italia fue hecha pública el jueves por la Comisión, mientras que la de los de los países restantes se difundió el viernes por la tarde.
La Comisión ha confirmado este lunes que ha recibido la respuesta del Gobierno italiano a su carta alertando del “incumplimiento particularmente serio” en su borrador de presupuestos para 2019 por el aumento del gasto y la deuda públicos que prevé.
“Puedo confirmar, efectivamente, que la respuesta de las autoridades italianas acaba de llegar”, declaró el portavoz jefe de la Comisión Europea (CE), Margaritis Schinas, durante la rueda de prensa diaria de la institución. Añadió que el colegio de comisarios europeos, en su reunión del martes, analizará la situación y determinará qué pasos dar.
En la misiva del jueves enviada desde Bruselas a Roma, la Comisión pedía explicaciones sobre las “razones” por las que se planea “un desvío significativo obvio con respecto a las recomendaciones” que se le hicieron dentro del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
El Ejecutivo italiano ha fijado un objetivo de déficit para el año que viene del 2,4 % del producto interior bruto (PIB), el triple de lo estimado por el anterior Gobierno, que pronosticó que sería del 0,8 % para 2019. El ministro italiano de Economía y Finanzas, Giovanni Tria, señala que, si bien el Gobierno italiano espera apartarse de la ruta del ajuste estructural en 2019, no tiene intención de ampliar el déficit estructural en los próximos dos años y se compromete a buscar el equilibrio estructural a partir de 2022.
No obstante, a pesar de la diferencia en los puntos de vista adoptados, el Gobierno italiano expresa su disposición a continuar un “diálogo constructivo y leal”, en el marco de las normas institucionales que rigen la zona euro.
“Con respecto al camino del equilibrio estructural, el Gobierno italiano es consciente de haber elegido un enfoque de política presupuestaria que no está en línea con las reglas de aplicación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento”, admite la misiva.
“Fue una decisión difícil pero necesaria a la luz del persistente retraso en la recuperación de los niveles del PIB antes de la crisis y el condiciones económicas dramáticas en las que se encuentran los sectores más desfavorecidos de la sociedad italiana”, expone el ministro italiano.
En este sentido, Tria añade que en caso de que el PIB italiano regrese al nivel anterior a la crisis antes de lo previsto, el Gobierno pretende anticipar el saneamiento de las cuentas públicas, apuntando que la dinámica del PIB es “crucial” cuando se evalúa la evolución de las ratios de deuda o déficit, y expresando su confianza en que las medidas de crecimiento que se introducirán con la próxima ley de presupuesto permitirán una evolución a la baja de ambas.
El Gobierno está convencido de que todas estas medidas, incluyendo aquellas dirigidas a crear un entorno propicio para la inversión, permitirán la reactivación del crecimiento, garantizando al mismo tiempo la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas y la reducción planificada de la relación entre deuda y PIB.
No obstante, el ministro italiano de Economía y Finanzas expresa en su carta el compromiso del Gobierno “a tomar todas las medidas necesarias” para garantizar el cumplimiento estricto de los objetivos indicados si las relaciones deuda/PIB y déficit/PIB no evolucionan de acuerdo con lo planificado.
De este modo, Roma confía en que lo expuesto representa una aclaración suficiente del enfoque presupuestario del Gobierno italiano y señala que su postura no amenaza la estabilidad financiera de Italia o de otros países de la UE, ya que el fortalecimiento de la economía del país transalpino va en interés de toda la economía europea. “El lugar de Italia está en Europa y en la zona del euro”, concluye Tria.
El líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y vicepresidente de Italia, Luigi Di Maio, ya adelantó este domingo que la carta dirigida a la Comisión Europea para responder a las dudas sobre sus presupuestos defendería ese dato.
Mientras tanto, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha afirmado este lunes que el presupuesto italiano no respeta las reglas comunes de la zona euro, pero también que no quieren una crisis con su Gobierno y que van a mantener “un diálogo constructivo” tras el ultimátum de este mediodía.