Sube la tensión entre Iberia, Fomento y el Sepla por la inminente repetición del laudo de los pilotos
Los sindicatos representativos de los 15.000 trabajadores de tierra y de los 3.500 sobrecargos y azafatas de Iberia se han dado una tregua navideña en el conflicto que mantienen contra el ajuste que plantea la dirección, tras lograr un preacuerdo el pasado lunes para negociar un plan de futuro.
Pero lo que se calma por un lado se complica por el otro. En las próximas horas está previsto que Jaime Montalvo haga pública la repetición de su laudo sobre las condiciones de aplicación del convenio colectivo de los 1.500 pilotos de Iberia y sobre la legalidad de la 'low cost' Express. El poderoso sindicato de los tripulantes Sepla, y los principales directivos de Iberia e IAG, Rafael Sánchez Lozano y Willie Walsh, mantienen desde hace dos años una dura pugna que ahora amenaza con recrudecerse. Esta vez no quedará otro remedio que aceptar el laudo sin rechistar, pero la rivalidad irreconciliable entre las partes se convierte en una nueva amenaza para la paz en los cielos durante las inminentes vacaciones de Navidad.
Durante las últimas jornadas las partes se han acusado mutuamente de boicotear la apertura de la mesa de negociación del plan de ajuste o del plan de futuro, pero en el trasfondo de los reproches se encuentra la inminente resolución del laudo que puede condicionar los planes de ajuste de la dirección de Iberia en lo que afecta al colectivo de pilotos.
El primer arbitraje, realizado en mayo a instancias del Ministerio de Fomento fue impugnado por la dirección de Iberia y de IAG, lo que generó una fuerte tensión con el Gobierno. Los consejeros delegados de la aerolínea y de su holding se negaron durante meses a aplicar el laudo que, si bien reconocía la legalidad de Iberia Express, obligaba a que sus aviones fueran tripulados por los pilotos de la matriz. Esta compañía de bajos costes había sido creada en marzo con tripulaciones nuevas y con la oposición frontal del Sepla.
La titular del Ministerio de Fomento, Ana Pastor, conminó durante semanas a Sánchez Lozano y a Walsh a que facilitaran la incorporación de los pilotos de Iberia a las cabinas de los aviones de Express, tal como obligaba el arbitraje, pero ambos directivos respondieron impugnando el laudo ante la Audiencia Nacional.
En octubre la Audiencia obligó a repetir el arbitraje sin entrar en el fondo del dictamen realizado por Montalvo. Alegó como defecto de forma que no se había escuchado a la dirección de Iberia Express como parte interesada en el contencioso.
Desplantes
A lo largo de esta semana los desplantes entre la dirección de Iberia y el Sepla se han multiplicado. El Gobierno ha recibido como un nuevo agravio el plante y la recusación realizada por Iberia a Jaime Montalvo como árbitro responsable de la repetición del laudo. El Sepla ha presentado a la dirección de la aerolínea una tabla de reivindicaciones en la que se refuerza la exigencia de negociar un plan de crecimiento para Iberia, y a la vez se exige recuperar para la matriz las rutas que ahora realizan Express, la franquiciada Air Nostrum y la 'low cost' Vueling.
Sánchez Lozano y Walsh han respondido denunciando ante la justicia británica las huelgas realizadas por el Sepla el pasado mes de mayo y reafirmándose en la decisión de suspender las rutas de largo radio entre Madrid, La Habana, Santo Domingo, Atenas, El Cairo y Estambul. Además, la dirección de Iberia ha acusado a los pilotos del Sepla de intentar conseguir unas condiciones más ventajosas que el resto de la plantilla al negociar el plan de ajuste.
El Sepla, por su parte, tiene la esperanza de que, en la repetición del laudo, Jaime Montalvo vuelva a exigir que las tripulaciones de Iberia Express salgan del escalafón de la matriz.