Bilbao entra en alerta roja pero estará todavía 72 horas con la movilidad y la hostelería abiertas
182 casos de COVID-19 en 24 horas, el peor dato con diferencia de toda la semana, han hecho que Bilbao engrose la lista de municipios en alerta roja por tener una tasa de más de 500 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, una incidencia que se ha disparado un 49% en siete días. Las restricciones previstas para esos casos incluyen el confinamiento perimetral de ámbito municipal, el cierre de la hostelería y limitaciones en la práctica deportiva. Es la situación que estrenan hoy 15 municipios. Pero esos cambios sólo se hacen dos veces por semana y no se aplicarían en Bilbao hasta la medianoche del viernes.
Este decalaje se produce con todos los municipios -Durango pasó el fin de semana en alerta roja en estas mismas circunstancias- pero Bilbao no es uno más, puesto que es la ciudad más poblada de Euskadi. La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, se ha resistido a recomendar a la población que, por ejemplo, no acuda a la hostelería, pero sí ha señalado que, “sin tener que esperar al día” en que entren en vigor unas medidas que son inevitables, la población tiene que ser “consciente” de la situación especialmente crítica. Se ha referido también a las aglomeraciones tras la victoria del Athletic en la Supercopa de este lunes y ha apelado a que “se dé la menor de las concentraciones” en cualquier ámbito.
Los datos de evolución de la pandemia no son buenos en Bilbao pero tampoco en el conjunto de Euskadi, que se halla en alerta naranja con una tasa media general de 430,87 y una velocidad de crecimiento semanal del 32% que le llevaría a la alerta roja en unos pocos días. Sagardui asume que la evolución va a ir a peor. En las últimas 24 horas han aparecido 894 infectados con una positividad del 8,3%. Son los peores registros diarios desde el 19 de noviembre. Por territorios, son 530 los casos aparecidos en Bizkaia, 227 los de Gipuzkoa, 132 los de Álava y 5 los de fuera o sin residencia conocida.
Además, sigue creciendo hasta el 37,2% la media de sintomáticos en el momento de la prueba, a los que se suman los que luego desarrollan la enfermedad. Y la franja de edad con más incidencia es la de mayores de 80 años, justamente donde el riesgo de letalidad es mayor. La transmisibilidad, según Sagardui, se ha contenido algo en las últimas jornadas pero los números muestran que la pandemia continúa en expansión: el R0 es mayor que 1 (1,12), lo que indica que cada infectado multiplica el virus a más de una persona.
En el plano más local, Sagardui ha ofrecido datos de los cribados realizados en tres zonas de alta incidencia. En Bermeo y Mundaka 10.030 vecinos pasaron una prueba (el 55,73% de los convocados) y aparecieron 31 casos (0,31% de positividad). En Zaldibar fueron 1.577 las PCR (el 54,62% de los citados) y seis de ellas confirmaron la presencia del virus (0,38%). Finalmente, en las localidades alavesas de Salvatierra-Agurain, Asparrena y San Millán, se hicieron 4.029 test (el 63,13%) y salieron 28 infectados (el 0,69%). La consejera se ha felicitado por haber “sacado pronto de la calle” a personas asintomáticas que de otro modo habrían seguido con una vida 'normal'.
En cuanto a la situación hospitalaria, el volumen de ingresos regresa a niveles de noviembre, el pico de la segunda ola. 82 personas con COVID-19 ingresaron en los hospitales vascos en 24 horas. El total de hospitalizados llega a 544, de los que 96 están críticos en la UCI. Son dos menos que en la jornada anterior, pero se desconoce si es por mejoría o por fallecimiento. “En los hospitales se empieza a notar la tensión”, ha admitido Sagardui, aunque ha matizado después que Osakidetza aún dispone de “capacidad” para “responder adecuadamente” al repunte de la pandemia. Si la transmisión se halla en alerta 4 sobre 5, los hospitales están en un escenario 3 sobre 5, ha recordado la consejera de Salud.
Sin la reserva del 50%, la mitad se quedaría sin segunda dosis esta semana
Respecto a la vacunación, los datos más recientes muestran que hay 395 personas que tienen ya la doble dosis administrada y que hay otras 28.930 con la primera puesta. Con estos datos se da por completada al menos la primera ronda entre internos y profesionales de residencias. De ellos, 914 son trabajadores sanitarios, que han agotado ya las 700 unidades de Moderna y ahora reciben la vacuna de Pfizer, que estaba siendo la utilizada en las residencias. En estos centros, en todo caso, la pandemia sigue dejando fallecidos.
Sagardui ha insistido en defender la idoneidad de mantener por sistema una reserva del 50% de las dosis que llegan para garantizar a quien recibe la primera el segundo y definitivo pinchazo que otorga la inmunidad a los pocos días. “Nos reafirmamos en la estrategia”, ha dicho. Por vez primera, se ha apoyado en datos para ello y ha dicho que, “de no haber guardado vacunas”, únicamente “la mitad” de los que tendrían que tener esta semana la segunda podrían recibirla. Y ha añadido que el proceso se habría detenido “hasta dentro de tres semanas”. Cuando haya más material, “se irá incrementando el ritmo”, ha dicho la consejera, que ha garantizado que Euskadi tiene “capacidad” como probarían las “600.000 vacunas de la gripe en dos meses” del pasado otoño.
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