Equo aspira a reconciliarse con Podemos e IU en Euskadi para formar una coalición que llegue a 60 municipios
La formación ecologista extraparlamentaria Equo ha anunciado este lunes que ya tiene en marcha sus propios procesos internos para presentarse a las elecciones municipales y forales de 2023 en Euskadi. El plan, en todo caso, parte con el hándicap de que está pendiente de cerrar una posible coalición con Podemos, IU o incluso con otros agentes como la que se firmó en 2019. En 2020, en las autonómicas, Equo tuvo que ir en solitario tras ser expulsada de Elkarrekin Podemos al haberse producido en Madrid un acercamiento de los verdes con Íñigo Errejón. Ahora, en paralelo al proceso de Sumar de Yolanda Díaz, la voluntad es de reagrupación o reconciliación, aunque las negociaciones siguen abiertas y no están siendo sencillas dadas algunas tensiones en la izquierda no independenitsta a la izquierda del PSE-EE.
Fuentes de los tres partidos concernidos confirman la voluntad de articular una coalición que podría llegar a unos 60 de los 251 municipios vascos, según los datos que se manejan internamente. Además, en Barakaldo o Durango -donde gobiernan en coalición con EH Bildu- hay acuerdos con grupos locales independientes de cierta relevancia que se quieren preservar. “No hay razones programáticas para no hacerlo, para maximizar los resultados en las tres izquierdas no independentistas”, afirma una fuente que ha participado en las reuniones que ya se vienen celebrando desde antes del verano. Eso sí, de momento no ha habido un encuentro unitario con las tres formaciones implicadas sentadas en la misma mesa.
En un comunicado, el partido que ahora se hace llamar oficialmente Berdeak Equo, asegura tener músculo para disponer de cuadros “en una treintena de municipios de Euskadi”, “incluidas las tres capitales”. La confluencia no es un tema menor en Vitoria, por ejemplo, ya que el portavoz del grupo conjunto con Podemos e IU es ahora mismo de Equo, Óscar Fernández, mientras que Podemos propone ya como candidata a Garbiñe Ruiz Noriega. Fuentes de Podemos recuerdan que Fernández “no fue el candidato” en 2019 y que era Podemos quien encabezó la plancha, aunque la baja por enfermedad de Fernando Castillo le hizo quedarse al frente. En 2015, IU y Equo fueron juntos con Fernández como cabeza de cartel y Podemos concurrió por separado con Jorge Hinojal. En Bilbao, los verdes tienen también una edil, Carmen Muñoz. Podemos ya ha propuesto como candidata a Ana Viñals. En Donostia, en los últimos meses quedó patente la tensión entre Podemos e IU con la renuncia de la edil de esta formación, Haizea Garay, bajo la acusación de que la portavoz morada, Aitzole Araneta, se había excedido con ella incluso con “violencia verbal y física”.
En la legislatura vasca 2016-2020 Equo logró un parlamentario también, José Ramón Becerra, quien en 2020 tuvo que presentarse como candidato en solitario tras la ruptura con Podemos e IU. Ahora mismo, en el Parlamento, Podemos tienen cuatro escaños e IU dos. La fuerza mayoritaria, que ya ha celebrado sus primarias, defiende acuerdos amplios para “lograr el espacio más grande posible que permita ilusionar con un proyecto alternativo de país”. “Consideramos que es imprescindible ir juntas para influir en la política vasca. En estos meses vamos a seguir trabajando para construir y articular un proyecto de izquierdas progresista y plurinacional que ilusione a la ciudadanía”, defienden desde el partido dirigido por Pilar Garrido.
IU se ofrece como “pegamento” de las izquierdas y Equo, como mensaje oficial, afirma únicamente que “la formación no descarta acuerdos con otras fuerzas políticas próximas a sus postulados”. Eso sí, indican que están abiertos a “apoyar a formaciones independientes” en otros municipios para “desarrollar políticas locales justas y sostenibles”. En localidades como Zalla o Mutriku hay plataformas locales de corte ecologista que han adquirido cierta relevancia en los últimos años. La formación de Becerra “considera que su influencia en la política vasca es más necesaria que nunca, en un momento de incertidumbre total marcado por la crisis energética, una guerra en Europa, el encarecimiento del coste de la vida -y de la vivienda en particular- y la emergencia climática, que centran las preocupaciones de la ciudadanía, sobre todo entre la juventud”.
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