¿La luz artificial eclipsa la lluvia de perseidas?
Un año más, la lluvia de perseidas protagonizará la noche de los días que suceden a la luna nueva del 11 de agosto. Las madrugadas de este mes se convierten en un momento único durante el verano, las popularmente conocidas como lágrimas de San Lorenzo son el culmen del estío. Toda la península se prepara para contemplar la caída de meteoros, sin embargo, en muchas partes del territorio español y de Euskadi se convierte en una tarea complicada debido a la contaminación lumínica que roba el primer plano a esta peculiar lluvia. Ahí no queda todo, este uso desmesurado de alumbrado público es perjudicial para la salud de las personas y de los ecosistemas.
A pesar de que el factor “paisajístico y cultural” es uno de los factores por los que el se da el exceso de energía lumínica, es decir, como explica José Ramón Becerra, parlamentario de Equo y de la coalición Elkarrekin Podemos, “cuando se observa el cielo” y no se pueden observar las estrellas u otros fenómenos atmosféricos, la contaminación lumínica es preocupante por su elemento nocivo contra el ser vivo. La contaminación lumínica es, propiamente, iluminación excesiva o innecesaria, que según señala la formación ecologista, perjudica a la hucha de los fondos públicos y al ciclo biológico de los seres vivos, pudiendo ser determinante para la biodiversidad. Becerra lo ha explicado así: “Hay varias cuestiones que hacen interesante la reducción de la contaminación lumínica. Reducir y racionalizar los niveles de intensidad de la iluminación urbana, pues los ayuntamientos pagan un consumo que no mejoran la seguridad, es un gasto adicional que no existe en otros países. Este exceso de iluminación afecta a los ecosistemas que rodean la ciudad y a nosotros mismos como seres vivos, sin olvidarnos de los seres vivos que conviven en la ciudad”.
Aunque según ha informado el Instituto Geográfico Nacional la luna nueva garantice la oscuridad, lo que facilita la observación de las estrellas fugaces, el alumbrado público de zonas urbanas invisibiliza este fenómeno natural. Desde la formación Equo Berdeak se ha denunciado esta situación con el motivo de la proximidad de la lluvia de estrellas por San Lorenzo (día 10 de agosto), como explican en un comunicado, el alumbrado público desmesurado “imposibilita” disfrutar de las perseidas desde sus lugares de residencia a un 70% de los españoles: “La noche es cada vez más luminosa debido al exceso de iluminación artificial”. José Ramón Becerra ha destacado que la Ley de Sostenibilidad Energética, actualmente en tramitación en el Parlamento Vasco y con visos de salir adelante, “es un primer paso, pero hay que seguir en esa línea hacia un decreto” más específico. Se espera que la ley, que ya ha superado el trámite de totalidad, pueda ser promulgada antes del final de este 2018.
En todo caso, son necesarias más medidas. En ciudades como Madrid, este tipo de contaminación se ha disparado en un 50% en los últimos diez años. “España es el país que más energía gasta por habitante en alumbrado público, tres veces más que Alemania. Es necesaria la elaboración de mapas de contaminación lumínica y el desarrollo de normas específicas que garanticen la protección del cielo nocturno”, ha argumentado el coportavoz de Equo Madrid y diputado en la Asamblea, Alejandro Sánchez.
Esto, como apuntan desde el grupo verde, podría resolverse de diversas formas, por lo que instan a las instituciones locales, autonómicas y estatales a tomar medidas legislativas para acabar con la contaminación lumínica y emplear decisiones prácticas como sustituir focos ineficientes por LEDs, prevenir y minimizar la dispersión lumínica artificial hacia el cielo nocturno o mejorar la iluminación de vías y calles minimizando el impacto.