Gipuzkoa insiste en que los problemas en las residencias son aislados y pide que no se “ensucie” a centros y trabajadores
El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, se ha mostrado este miércoles enormemente molesto por quienes “ensucian” -ha repetido el verbo en numerosas ocasiones- el nombre y el prestigio del sistema de residencias del territorio o incluso de los 6.500 gerocultores que lo atienden. En Euskadi Irratia, ha negado con rotundidad que haya un problema generalizado de falta de personal en los centros o que en muchos de ellos -como publicó este periódico- los mayores pasen 13, 14 o hasta 15 horas entre la cena y el desayuno. Ha rebajado el alcance de los problemas a posibles casos “concretos” e incluso ha asegurado que la inspección que hablaba de este asunto y que fue firmada por personal de la propia Diputación emitió conclusiones solamente “provisionales”.
La polémica se inició la pasada semana, cuando trascendió que una denuncia del sindicato ELA en el centro Txara-I, un edificio público externalizado a la compañía privada Biharko Gipuzkoa, había derivado en un contundente informe de las inspectoras de la Diputación. La diputada de Políticas Sociales de Olano, Maite Peña, insistió en que anualmente se hacen más de 300 visitas y que los problemas de falta de personal o de largos períodos sin alimentos podrían haberse producido solamente en una ocasión aislada. El sindicato ELA replicó que el problema no solamente era real y continuado en Txara-I y trabajadoras de otras residencias guipuzcoanas explicaron hechos similares. Posteriormente, este periódico publicó horarios de otra docena de centros en los que había más de 13 horas desde la cena al desayuno de la mañana siguiente, la misma falta que criticaron las inspectoras en Txara-I.
Según Olano, todo responde a una “agenda política” de ELA, a quien ha recordado que no se presenta a las elecciones. Ha explicado que el modelo de residencias está en revisión -de ser semihospitales a pasar a ser más parecidos a un hogar, ha propuesto- pero que no se puede cuestionar “de arriba abajo” un sistema que, a su juicio, es el mejor del entorno. Como dato, ha indicado que hay un ratio de personal el doble de alto que la media española y también muy superior al de Álava y Bizkaia. “Gastamos 600 euros por cada guipuzcoano para alimentar las políticas sociales”, ha subrayado.
Olano ha rechazado, asimismo, que el hecho de que el grueso de las residencias sean o concertadas o privadas esté detrás de los problemas. El diputado general -que ya ha anunciado que no continuará en el cargo en 2023- ha asegurado que ELA quiere un sistema enteramente público mientras el PNV, con el respaldo electoral, lo que propone es un modelo de colaboración público-privada por ser lo más “eficiente”. En todo caso, sus cuentas no separan lo público de lo privado sino que añaden a la primera categoría los centros dirigidos por empresas “sin ánimo de lucro”. Así, según este cálculo, en Gipuzkoa solamente el 18% del sector estaría privatizado. La pugna de Olano con ELA no queda ahí ya que ha mencionado que durante la huelga de personal -un largo conflicto en el territorio- han llamado “chorizos” o “mentirosos” a responsables forales como la propia Peña. Y ha criticado que “en el peor momento de la pandemia, cuando más gente moría” ELA denunciara la situación en cinco residencias guipuzcoanas.
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