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El Guggenheim de Bilbao rescata el Pop Art más allá de Warhol y muestra su lado más inclusivo con “artistas ignoradas”

El museo Guggenheim Bilbao ha presentado este jueves la exposición 'Signos y objetos. Arte Pop de la Colección Guggenheim', que muestra cuarenta obras clave de los autores más representativos del arte pop.  EFE/Miguel Toña

Maialen Ferreira

Bilbao —

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En el año 1963 el museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York se atrevió dedicar una exposición al Pop Art llamada Six Painters and the Object, algo que muchos de los demás museos se negaban a hacer debido al estigma y las críticas que suscitaba este tipo de arte en la comunidad artística y la sociedad. Esa exposición, con obras de Robert Rauschenberg, Jim Dine, Jasper Johns, Roy Lichtenstein, James Rosenquist, y, por supuesto, Andy Warhol, supuso la validación institucional del movimiento. Pero, como en muchos otros ámbitos más allá del arte y la cultura, no se incluyó a artistas mujeres o a pintores de otras procedencias que no fueran Estados Unidos o Europa, a pesar de que también se dedicaban al mundo del arte en aquella época.

Con el objetivo de “corregir” la omisión consciente de artistas del Pop Art a lo largo de la historia, el Museo Guggenheim de Bilbao ha recuperado las obras de esa primera exposición y las ha completado con nuevos artistas. La nueva exposición lleva el nombre de Signos y Objetos, título que iba a llevar la muestra de 1963 en primer lugar, antes de que decidieran cambiar su nombre. “Seis pintores y un objeto fue muy influyente, porque en aquel momento ninguna institución quería saber nada del Pop Art. Es una tragedia porque a las mujeres y a las personas de color artistas se les omite, pero estamos trabajando en tener obras inclusivas y en ver retrospectivas para conocer hasta donde llega su omisión”, ha explicado Lauren Hinkson, que junto a Joan Young han comisariado la exposición.

No es casualidad que en la entrada de la muestra en la primera sala denominada Signos, una de las primeras obras que se contemplan sea Estudio constructivo para Eso es todo, una obra de neón y grafito realizada por la artista de origen griego Chryssa, quien llegó a Nueva York a mediados de los años 50 y se inspiró en los rótulos luminosos de Times Square para crear sus obras. Para ella, esos rótulos luminosos eran el paradigma de la modernidad y la imbricación de lo vulgar y poético de la cultura estadounidense. Se trata de la primera mujer en lograr una exposición en el Guggenheim de Nueva York.

Junto a esta obra se encuentra Afrikan Spir, realizado por la alemana Josephine Meckseper, una vitrina de acero y vidrio con luces fluorescentes y lámina de acrílico en la que se muestra un pájaro disecado inspirado en la película Los pájaros de Alfred Hitchcock, estropajos, la pierna de un maniquí de mujer con una media de rejilla y un espejo. Según las comisarias, se trata de una “selección enigmática que muestra el arte como elemento de consumo”.

En la segunda sala, de nombre Objetos, las obras forman un círculo que rodea, en el centro, la creación de la francesa Niki de Saint Phalle, una escultura sin título realizada en 1979 que realiza la forma de una casa con el cuerpo de varias mujeres exuberantes, con curvas y labios rojos. La artista francesa comenzó en los años 60 a realizar arte relacionado con el Pop Art, como performance, 'happenings' o esculturas de la vida real y de la mujer.

Otra de las grandes mujeres que la exposición Signos y objetos ha trasladado desde Nueva York hasta Bilbao es Lucía del Hierro, quien en colaboración con Lucía Guzmán García creó la obra De todo un poco. Del Hierro recoge la esencia de su cultura latina, ya que a pesar de haber nacido en Nueva York es de República Dominicana y la introduce a partir de objetos en una bolsa gigante. En esa bolsa se ven carteles, anuncios, publicidad y hasta un disco de reguetón. Se trata de una representación exagerada de productos que se encuentran en mercadillos latinoamericanos, planteando cuestiones de identidad cultural, capitalismo y clase. “Son productos que se encuentran en cualquier tienda de ultramarinos. Su objetivo es mostrar la identidad de su pueblo y llevar su cultura a los museos. Productos que por lo general no están expuestos convertidos en arte”, explica Hinskon.

Además de mujeres artistas, la exposición sobre Pop Art abre el abanico a artistas de lugares como México o Colombia. Como José Dávila cuya obra sin título se compone de cajas de cartón y tapones de botella y, con eso, realiza una escalera vertical con fotografías de productos de limpieza que se utilizan en su país. “Muestra lo cotidiano utilizando cajas de cartón con el logotipo de un detergente. Muestra la creatividad en la escasez”, detalla Young.

Por su parte, el colombiano Miguel Ángel Cárdenas expone Pareja verde, una obra creada en 1964 realizada con objetos comunes como el tubo de una aspiradora o pelotas de plástico. Se trata de dos piezas unidas entre sí y, al igual que en la mayoría del resto de sus obras, el tema principal es la sexualidad en su sentido más erotizado y explícito. “En Latinoamérica siempre ha habido una tradición de Por Art. En nuestra historia personal, como museo, hemos intentado mirar más allá de la historia de Estados Unidos o de Europa, eso nos ha llevado a conseguir grandes oportunidades y a expandir el arte para que fuera más incluyente. Nuestro objetivo era presentar el Pop Art, pero no como siempre se ha presentado, sino con una historia nueva, queríamos incluir a artistas que han sido ignorados y unirlo con la parte más contemporánea de este arte”, reconoce a este periódico la comisaria Joan Young tras finalizar la visita a la exposición.

Más allá de estos artistas “rescatados” por el Guggenheim de Bilbao, Signos y objetos cuenta con obras de autores reconocidos como Roy Lichtestein, Claes Oldenburg, James Rosequist o Andy Warhol, que hacen de cuestiones triviales, arte utilizando la publicidad, el mundo del cómic o los medios de comunicación. También se incluyen varias estructuras monumentales, como la obra de Oldenburg y Coosje van Bruggen Volante suave, un proyecto a gran escala que antes del Guggenheim de Bilbao estuvo en la famosa rotonda del Museo Guggenheim de Nueva York. O Daddy, Daddy, el Pinocho del italiano Maurizio Cattelan, un Pinocho inspirado en la película de Disney de 1940 bocabajo que no se sabe si se ha suicidado, se ha caído o le han tirado. El título está inspirado en las últimas palabras de Cristo en la cruz.

En total la exposición la componen 40 obras que estarán disponibles en el Museo Guggenheim de Bilbao hasta el próximo 15 de septiembre. Además de la muestra, el museo realizará una serie de actividades sobre el Pop Art como conferencias los próximos 16 y 20 de febrero, una sesión creativa de diseño de moda el 18 de abril uy un concierto de piano con el músico ruso Pavel Kolesnikov y la musicóloga Patricia Sojo el próximo 14 de mayo.

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