La guerra en el Gobierno de La Rioja solivianta al PSOE y complica la negociación de los presupuestos regionales
Hace justamente un año, el Parlamento de La Rioja alumbró el primer Gobierno autonómico progresista en un cuarto de siglo tras una dificilísima negociación del PSOE con Podemos, que se partió en mil pedazos y rompió su alianza con IU. Doce meses después de la investidura de la socialista Concha Andreu como presidenta, aquel Ejecutivo está sumido en una profunda crisis que puede condicionar la aprobación de los presupuestos de 2021. En agosto, en dos tandas, Andreu ha relevado a cuatro de sus consejeros. En la primera salió José Luis Rubio y, a la fuerza, Luis Cacho. El titular de Educación era un independiente fichado personalmente por la presidenta que tenía una sicav con 77 millones de euros en Luxemburgo y que incomodaba al PSOE. Ahora quienes han tenido que recoger su despacho son Ana Santos y, sobre todo, Francisco Ocón, el consejero de Presidencia pero también secretario general socialista en La Rioja. Andreu niega que aspire a tomar también el control del partido, pero la división interna está servida.
El movimiento -que ya estuvo a punto de producirse a principios de agosto con la primera crisis de Gobierno- evidencia la ruptura entre el Palacete -la sede del Gobierno- y el partido. La mayoría de las fuentes consultadas reconocen que era “una estructura que no tenía mucho sentido” dado que el líder del PSOE estaba en el organigrama gubernamental a las órdenes de la presidenta. Pero esa fue la decisión que adoptaron en su día, una más dentro de la bicefalia orgánica que se estableció tras la salida de César Luena: Ocón se quedó al frente del partido asumiendo que Andreu sería la candidata. Una vez en el poder, admitió estar por debajo de la presidenta. Los detractores de Ocón le reprochan que no haya asumido que estaba por debajo de la presidenta. “Lo ha traicionado. Es una batalla que nadie esperaba”, replican sus partidarios.
La “guerra total”, como la define un dirigente socialista, se lleva “arrastrando desde hace meses”. Cuando Pedro Sánchez designó al nuevo poder territorial, el ministro y secretario de Organización federal, José Luis Ábalos, ofreció a Ocón ser delegado del Gobierno en La Rioja. Pero declinó la oferta. Acabó ocupando el cargo la diputada María Marrodán. Las discrepancias con Andreu se evidenciaron públicamente cuando Ocón criticó con dureza al ahora exconsejero de Educación y Cultura, el empresario Luis Cacho, ante la revelación de que poseía una sicav millonaria en Luxemburgo. Era uno de los nombramientos defendidos por Andreu aún a pesar de las reticencias de sus socios de IU, que alertaron desde el principio que había participado en planes de privatización de la educación pública con el PP. Terminó por salir del gabinete junto con el consejero de Transición Ecológica, José Luis Rubio.
En aquel momento la crisis interna quedó patente en las declaraciones tanto de Ocón como de Andreu. En estas semanas, poco a poco se han ido definiendo los bandos. Ocón retiene importantes apoyos como el alcalde de Logroño, diputados y senadores en las Cortes Generales y, según una fuente parlamentaria, 13 de los 15 aforados en el Parlamento autonómico, es decir, todos menos el presidente de la Cámara, Jesús María García, y la propia Andreu. Han llegado a dirigir un escrito a Ferraz. Andreu, por su parte, se ha acercado al conocido como 'clan de Moncalvillo', cuyo máximo exponente, el alcalde de Casalarreina, Félix Caperos, fue el rival de Ocón en las primarias que le dieron la secretaría general en 2015. En ese sector encuadran los afines a Ocón a Pablo Rubio, el nuevo 'superconsejero' que ha incorporado Andreu para relevar al ya extitular de Presidencia. Rubio, un histórico dirigente riojano, ha pasado por todos los gabinetes socialistas de la historia de la autonomía.
En el partido cuestionan también otros nombramientos en el gabinete de Presidencia. Singularmente, apuntan a la influencia de Eliseo Sastre, responsable de la oficina de la presidenta por su participación en gobiernos anteriores del 'popular' Pedro Sanz. Además, constatan que la crisis de Gobierno ha reforzado el peso de Podemos en el Ejecutivo. Aunque Raquel Romero seguirá siendo su única consejera, gana competencias en materia de igualdad, transparencia y Agenda 2030. “Las crisis de Gobierno se hacen para solucionar problemas, no para crearlos”, apuntan fuentes socialistas. “Parece que Concha está empeñada en que gobierne la derecha 100 años más”, añade otra voz desde el Parlamento riojano.
Cuando se produjeron esos relevos de principios de agosto, Andreu ya estaba decidida a fulminar a Ocón. Pero la operación “se paró”. Una fuente explica que el mismo 3 de agosto Andreu citó a Ocón en el Palacete y que, al llegar, se encontró que estaba lista una videoconferencia con Ábalos para buscar una salida ordenada. En aquellas fechas, Ferraz ofreció a Ocón la presidencia del SEPES -empresa pública del suelo que depende del Ministerio de Transportes y Agenda Urbana del propio Ábalos-, pero también lo rechazó. Se paró la destitución del líder de los socialistas riojanos pero el problema de fondo “no había quedado resuelto”. La negociación se ha prolongado en las últimas semanas con la mediación del responsable de Organización Territorial del PSOE, el navarro Santos Cerdán. En Ferraz son conscientes de que tienen que cuidar al partido, pero sobre todo preservar la institución, por lo que hacen equilibrios entre las distintas posiciones. Andreu es, además, miembro de la Ejecutiva federal.
El “apaño” al que han llegado es que Ocón se mantenga al frente del partido y en el grupo parlamentario para enterrar el hacha de guerra. Andreu, en la Cadena Ser, ha parecido aceptar la fórmula: “Espero que siga siendo durante muchos años mi secretario general”. Ha añadido en la misma entrevista que su mente está en el Gobierno, en combatir la pandemia y la crisis económica, y no en el congreso riojano del PSOE, que aún no tiene fecha. Andreu no contempla una rebelión en su grupo parlamentario en votaciones clave, como los presupuestos, si bien un solo voto arruinaría al Gobierno. Eso sí, tendrá que volver a trabajar la relación con IU, socio externo pero con un voto decisivo para la mayoría absoluta. “Hablaré con Henar Moreno”, ha prometido la presidenta consciente de los complejos equilibrios políticos en el que es el Parlamento más pequeño de España.
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