El marido de Maguette Mbeugou pide “perdón” en un último intento de librarse de la condena por asesinato
El marido de Maguette Mbeugou y único acusado del asesinato de la joven senegalesa de 25 años, Bara Ndiaye, ha hecho uso de su derecho a la última palabra en la última sesión del juicio para pedir “perdón” por haber matado a su mujer. Durante una intervención que ha durado poco más de tres minutos, ha pedido perdón a su mujer y sus hijas, así como a Amadou Mbeugou, hermano de la víctima que ha estado presente en todas las sesiones del juicio, y al resto de su familia. También se ha dirigido al jurado y “a todos los que están aquí hoy y desde el día 15 de noviembre para pedirles perdón” y ha reiterado, al igual que en otras ocasiones en las que se le ha dado la palabra, que quiere “pasar página” y que “que nunca jamás volverá a pasar”.
Con las últimas palabras del acusado se da por finalizado un juicio que se ha prolongado durante nueve sesiones en las que han testificado una larga lista de personas entre los que se encontraban amigos de la víctima, vecinos de la pareja, psicólogos, educadores y trabajadores sociales, agentes de la Ertzaintza y médicos forenses, entre otros.
Tras las sesión celebrada este martes, los miembros del jurado popular han recibido el objeto del veredicto y se han retirado para deliberar sobre la culpabilidad o no del procesado. En su veredicto deberán decidir si se trató de un asesinato con alevosía como defienden tanto las acusaciones particulares como la Fiscalía o si, por el contrario, el asesinato de Maguette Mbeugou fue resultado de una pelea entre ambos. Además, deberán decidir si el acusado es culpable de un delito de abandono de menores y otro de maltrato habitual hacia la víctima. También deberán dictaminar si, como esgrime la defensa, existe un atenuante por legítima defensa y confesión.
Siete votos a favor para condenarlo
El magistrado les ha recordado que la reglas que rigen la deliberación se basan principalmente en que ésta debe ser secreta y, por tanto, deben estar incomunicados. También ha incidido en el hecho de que “todo ciudadano es inocente mientras no se pruebe lo contrario” y que “la condena exige estar totalmente seguro”. Por ello, para condenar al acusado, el jurado deberá tener siete votos a favor de las nueve personas que son, sin embargo, para ser absuelto, con cinco votos a favor bastaría.
La noche del 24 de septiembre de 2018, el acusado asestó, según la autopsia, 83 cuchilladas y degolló a la joven en su domicilio de Bilbao y en presencia de sus hijas de 2 y 4 años, a las que después dejó durante más de un día solas con el cadáver de su madre. A pesar de las pruebas objetivas, desde el primer momento de su detención y también durante el interrogatorio que protagonizó el lunes, Bara Ndiaye ha aceptado que él fue quien la mató, pero ha intentado hacer creer al jurado que fue en defensa propia y que fue la misma Maguette Mbeugou la que trató de atacarle con un cuchillo, versión que no se sostiene en la declaración de ninguna de las personas que han testificado hasta el momento.
Según testificaron los médicos forenses que realizaron la autopsia del cuerpo de la víctima, Ndiaye realizó al menos 25 cortes paralelos en el cuello hasta degollar a su mujer. Además de esas lesiones, los forenses hallaron cortes en la cara, los hombros, las manos y los brazos provocados en parte porque Mbeugou intentó defenderse tratando de parar las cuchilladas con sus manos. En total, Ndiaye realizó un mínimo de 63 ataques con “una o varias armas blancas” en los que le produjo 83 cortes, todo ello mientras la mujer seguía con vida.
Durante la sesión celebrada el lunes, en la que todas las partes presentaron sus conclusiones, la Fiscalía declaró que mantiene su petición de 25 años de prisión para Bara Ndiaye por el asesinato de su pareja, Maguette Mbeugou. El ministerio fiscal opinó que acabó “de manera brutal” con la vida de la mujer cometiendo un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, con las agravantes de género y parentesco. El resto de acusaciones -el hermano de la víctima, el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Bizkaia- solicitan penas de hasta 44 años de prisión ya que también añaden otros delitos de maltrato, abandono y lesiones a las dos hijas de la pareja, entonces de 2 y 4 años. Por su parte, la defensa plantea ocho años de cárcel por un delito de homicidio con atenuante de legítima defensa y confesión.
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