La mirada hacia las personas migrantes en época de crisis: ¿aumenta el recelo hacia ellos?

Uno de los colectivos más vulnerables en época de crisis económica es la población extranjera, especialmente las personas migrantes racializadas en situación administrativa irregular. Durante la crisis de 2008, los trabajos ocupados por los inmigrantes fueron los primeros en desaparecer y terminó siendo un colectivo muy vulnerable a la pérdida de empleo, no sólo por su situación laboral –contratos temporales, nivel bajo de capital humano–, sino también por los sectores en los que mayormente trabajaban, que fueron los más expuestos a la crisis. En el tercer trimestre de 2010, la tasa de desempleo de los trabajadores extranjeros fue del 29,3% frente al 18% de los trabajadores nacionales. ¿Ocurrirá lo mismo con la crisis económica que prevé que provoque el paso del coronavirus por España?

Para la investigadora Maite Daniela Blanco Lococo, experta en derechos humanos, migraciones, refugio y género, es importante definir a qué se refiere con población extranjera, puesto que “dentro de las personas migrantes hay una casuística enorme con distintos factores sobre cómo afecta”. “No es lo mismo un inglés o un alemán, que un mexicano que está haciendo un doctorado, o una persona que está en situación irregular, o una mujer que está en servicio domestico en situación de interna y al perder el trabajo ha perdido la casa y se ha quedado en la calle”, ha indicado a este diario.

Para dar solución a la situación irregularidad de migrantes durante la pandemia, el pasado 13 de abril cerca de 200 organizaciones -en una semana sumar 1.000-  entre las que se incluyen, Sos Racismo, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Alianza por la solidaridad, el SJM e Iridia, entre otras, lanzaron la campaña “Regularización ya”. 

“Es importante recordar que la Oficina de Asilo (OAR) acumula actualmente más de 100.000 expedientes de asilo pendientes. Es necesario que los derechos de las personas migrantes en situación administrativa irregular se vean garantizados. Para ello, es urgente que se ponga en marcha un proceso de regularización que les permita acceder a sus derechos en igualdad de condiciones al tiempo que se reconozca el valor las aptitudes, dedicación y compromiso que pueden aportar a sociedad española”, sostienen en un comunicado desde CEAR. 

Con la solicitud se pretende que el Gobierno español siga la senda del Gobierno de Portugal, que a principios de abril anunció una regularización extraordinaria de validez temporal a aquellos migrantes que ya hubiesen solicitado dicho trámite. Una medida que busca la cobertura sanitaria y social de estas personas ante la emergencia de la COVID-19. 

La tolerancia hacia migrantes en tiempos de crisis

Otro de los factores que afectan a esta población, sobre todo en época de crisis, es la tolerancia que tienen los autóctonos con respecto a ellos. En Euskadi, a medida que la economía iba recuperándose de la crisis, el nivel de tolerancia de los vascos hacia las personas migrantes iba mejorando. Una mejora que según los datos analizados desde el 2007 hasta el 2018 por el Observatorio Vasco de Inmigración-Ikuspegi reflejan una visión social de la inmigración más optimista y menos restrictiva como resultado de la recuperación económica.

“Los momentos de crisis económica generan un caldo de cultivo para la radicalización de la derecha, como Vox. Creo que esos espacios los puede ocupar otro tipo de discursos, pero es bastante fácil que la xenofobia, el racismo, discursos muy nacionalistas se forjen, sobre todo con temas de ayudas”, argumenta Blanco Lococo.

“Lo bueno de esta situación es que ya sabemos qué ocurrió en la crisis anterior y hemos visto cómo se comportó la sociedad vasca. En los datos que publica Ikuspegi cada año se ve una relación enorme entre la percepción de la inmigración en función de la situación económica. Cuando la situación económica mejora, la percepción mejora con ella, cuando hay crisis, la percepción empeora. Incluso en la crisis anterior, que fue muy profunda y muy estructural, muy larga en el tiempo, a pesar de que el índice de tolerancia bajó, los consensos básicos se mantuvieron. La crisis anterior nos permite un aprendizaje para gestionar este nuevo escenario. ¿Que se vaya a resentir la percepción? Es bastante probable e incluso lógico. Sin embargo, tenemos un buen punto de partida y un buen suelo y una serie de consensos que permiten que con la recuperación económica volvamos a aumentar la tolerancia”, asegura el investigador y miembro de Ikuspegi Arkaitz Fullaondo.

La viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno vasco, Lide Amilibia, confía en los datos de tolerancia y de no xenofobia que Euskadi ha tenido “hasta ahora”. “Ese es un gran valor que tenemos que preservar. Los últimos datos del Barómetro de Ikuspegi de tolerancia cada año son índices mejores y hablamos de una sociedad absolutamente convencida de la necesidad de personas migrantes para que ruede la sociedad al ritmo al que estamos acostumbrados. Ahora todo ha cambiado, pero en el Gobierno vasco tenemos plena confianza de que la sociedad vasca sabrá estar a la altura de las circunstancias como ha estado hasta ahora”, señala.

Se desconoce por el momento el impacto económico que tendrá la crisis sanitaria provocada por el coronavirus en Euskadi y el resto de España. Sin embargo, en un estudio realizado con datos previos al virus, en 2018, Ikuspegi- Observatorio Vasco de Inmigración ha determinado que en términos de consumo, las personas migrantes en Euskadi aportaron 810 millones de euros más de lo que recibieron de la Administración Pública. Mientras que las ayudas que recibieron a lo largo ascendieron a los 714 millones de euros, lo aportado superó los 1.525 millones. Datos que determinan que la contribución a la riqueza de esta población es del 2,06 % del PIB de Euskadi y han sido obtenidos analizando la información facilitada por los organismos oficiales relacionados con el gasto público, es decir, el departamento de Vivienda, de Educación y Salud del Gobierno vasco, así como de Lanbide.