El PP se desploma en Álava y queda relegado a cuarta fuerza ante el triunfo del PNV y la subida de EH Bildu
Hubo un tiempo no tan lejano en que el PP gobernaba en Álava y en su capital, en Vitoria. El desplome del PP -ahora en coalición con Ciudadanos- se hace sentir aquí especialmente. De 32.661 votos en las elecciones autonómicas de 2016 baja a 14.287, del 21% al 11%. Son ya la cuarta fuerza. Y no toda la caída se justifica por la irrupción de Vox, que logra con 4.722 papeletas (solamente un 3,8%) un escaño para Amaya Martínez Grisaleña, la nueva cara de la ultraderecha en Euskadi. Crece cuatro puntos el PNV, que pasa del 28% al 32% de los apoyos y sube un escaño con Iñigo Urkullu como cabeza de lista.
Sin embargo, al margen del fenómeno Vox, el único que ha crecido es EH Bildu. Y lo ha hecho con claridad. Con una participación que se ha desplomado a poco más del 50% -la mitad de los alaveses no ha sentido interés por estos comicios y ha habido colegios en barrios populosos de Vitoria con índices por debajo del 40%- ha pasado de 26.899 votos a casi 31.000, un tope histórico en el territorio menos propicio para sus intereses.
El PSE-EE prácticamente ha calcado sus votos de 2016 con menos participación, lo que hace que sume un cuarto escaño en Álava, el único que logra arañar en toda Euskadi. No ha aprovechado la fuerte caída de Elkarrekin Podemos-IU, que se queda en la mitad de lo que fue. De 24.339 papeletas se queda en 10.054, un 8% muy ajustado. De esos 8 puntos Equo Berdeak, desgajado de la coalición y en solitario, apenas se ha llevado el 2,19%, 2.728 apoyos que dejan a José Ramón Becerra fuera del Parlamento.
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