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La presión hospitalaria por la COVID-19 sube un 56% en un mes en Euskadi

Una ambulancia, en el centro de Vitoria

Iker Rioja Andueza

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La presión hospitalaria generada por la COVID-19 crece de manera lenta pero continuada en el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) coincidiendo con el arranque del otoño y con una oleada paralela de casos de gripe, en particular de la del tipo A. En un mes, las personas ingresadas se han incrementado en un 56%, de 102 a 171 este lunes. Con todo, están lejos del pico de 700 a comienzos del verano o de los casi 1.000 a principios de año, el momento con más casos desde el confinamiento.

En cifras, esta subida se aprecia a que ya ha habido dos jornadas con 30 entradas diarias en la red hospitalaria o en en la UCI hay 12 camas ocupadas por 7 hace una semana, aunque ambos son niveles todavía pequeños en comparación con otras fases de la pandemia. El repunte afecta particularmente a las personas mayores de 60 años, con una probabilidad de ingreso seis veces más alta que los más jóvenes. Ahora mismo, por ejemplo, solamente hay un menor de edad por COVID-19 en Osakidetza.

En cuanto a la letalidad del virus, Euskadi bordea ya los 8.000 decesos. Como los datos últimos son del pasado jueves es probable que ya se haya superado esa barrera. El último dato suma 14 decesos a la estadística con relación a la pasada semana, aunque se estima que diez de ellos no tienen el Sars-Cov-2 como causa principal. Son los valores más bajos de mortandad del año después de meses con excesos estadísticas que han pasado en buena medida fuera del foco público. La letalidad del virus se mantiene en el 18% para los más mayores, los nonagenarios y centenarios.

Todo esto se produce en un contexto alcista de los indicadores de contagios, aunque desde que se redujeron las pruebas registradas en el sistema son menos fiables. El R0 está por encima de 1 -cada infectado multiplica el virus, por lo tanto-, la positividad supera el 5% del total de pruebas realizadas -otro indicador de riesgo- y la tasa sube un 25% en una semana. Se han registrado 1.353 casos en los últimos días, 938 de ellos entre mayores de 60 años y hay 110 positivos por cada 100.000 habitantes en 14 días, aunque en Álava ese dato asciende a más de 180 puntos. Técnicamente, es un nivel de alerta amarilla, el segundo de los cuatro escenarios de alerta. Sin embargo, pasa ya a alerta naranja en algunas franjas etarias sensibles, como los octogenarios (334 de tasa).

Por otro lado, según datos facilitados por Quirón, el 10% de los contagiados presentan síntomas de la denominada COVID-19 persistente, particularmente mujeres de 30 a 45 años. En ocasiones, son problemas “bastante incapacitantes”, aunque no hay un patrón único y las consecuencias se presentan muy variables. Si en Euskadi hay alrededor de 750.000 casos confirmados, esta patología afectaría a 75.000 personas. Unas 120.000 mujeres de entre 30 y 50 años tiene un diagnóstico registrado en Osakidetza de COVID-19.

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